Nuestra mente no para. Los pensamientos no solo se suceden unos detrás de otros sino que se superponen, se mezclan, se interconectan, se deforman y a veces nos atrapan en estados de inquietud, miedo o desesperanza. Y esta sensación, muy a nuestro pesar, nos puede llevar a creer que nuestra mente es un lugar lleno de amenazas, y no un refugio seguro, como propone la psicóloga y experta en mindfulness, Belén Colomina en ‘El poder sanador del silencio’. La autora invita en su obra a entrenar la mente con la práctica de la meditación y a descubrir en el silencio de la calma la puerta para transformar el sufrimiento en bienestar. No en vano asegura que todos tenemos la capacidad de adquirir sabiduría y habilidad en el adiestramiento mental para transitar ese dolor, aliviarlo y cultivar el bienestar. Veamos con ella cómo lograrlo…
¿Por qué el título de su obra hace hincapié en la palabra ‘silencio’?
El título refleja la esencia del libro pues se centra en mostrar cómo podemos tener desde el silencio interior una mente aliada que aporte beneficios para sanar, tener bienestar y seguir desarrollándonos internamente.
Cuando la mente se convierte en un refugio seguro y está alineada a esa transformación podemos ver que también nuestra vida se transforma. Lo que sucede muchas veces es que en lugar de vivir en el silencio, vivimos en el ruido mental, en la agitación, en la dispersión… Y todo esto se convierte en patrones disfuncionales como la ansiedad, la angustia, la desesperanza, la desazón o el miedo.
A menudo relacionamos el silencio solo con lo que hay fuera de nosotros, pero no con lo que hay dentro…
Vivimos rodeados de hiperestimulación, en la era de la hiperconexión y en la era de la inmediatez. Son tres factores que necesitamos regular y que regulamos con silencio interno y externo. Hay que aprender a disminuir los estímulos, el exceso de información y el exceso de conexión.
Se trata de conectar con la vida de una manera íntegra y no de una manera rápida, exigente o hiperproductiva. Por eso nos hace falta un recorrido interno que podamos realizar a través de la vía de la compasión y el análisis interior. De este modo puedo ver qué patrones se ponen en funcionamiento en ese contacto con el exterior. Puedo analizar si es un automático y se puede convertir en tóxico o, por el contrario, si es íntegro, pleno y consciente y eso me permite armonizar mis partes: cognición, voluntad y contacto con el entorno. Si todo esto va en armonía consigo una vida en plenitud, pero si hay exceso de ruido externo o interno, viviré en piloto automático manejando los obstáculos de una manera abrupta, sin ser consciente de que puedo salir de la dificultad sin tanto ruido o dificultad. Normalizamos eso, el ruido y la dificultad y pensamos que la vida es así, pero no es así.
¿Qué podemos hacer para ordenar el pensamiento y para aplacar ese ruido mental? ¿Se puede dejar de pensar?
Dejar de pensar es imposible pues una de las funciones de la mente es precisamente pensar. Lo que habría que plantearse es no fusionarse con esos pensamientos, no creer que nuestra vida son esos pensamientos. Esos pensamientos pueden volverse negativos, angustiosos, amenazantes, exigentes… Y me los puedo creer y eso puede hacer que en mi vida normalice que mi existencia real es así.
La meditación me ayuda a tomar una perspectiva y una distancia de esos pensamientos para observarlos sin juicio y sin reactividad. El objetivo es convertirse en una persona que, a través de la reflexión, pueda elegir lo que quiere hacer con cada uno de sus momentos del día. Sin embargo, es cierto que muchas veces cuando el pensamiento viene con mucha intensidad puedo llegar a creerme que soy mis pensamientos. Pero no, no somos nuestros pensamientos.
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¿Y qué podemos hacer si creemos que somos lo que pensamos?
Con la meditación nos entrenamos a ver los pensamientos como eventos mentales. Así, puedo ver ese evento mental como una cadena inmensa de pensamientos. Hay que ser conscientes de que tenemos una media de 70.000 pensamientos diarios. Si me creo toda esta cadena reactiva de pensamientos al final convierto mi vida en azarosa y en lo que mi mente está creando. Pero puedo reconducir el azar del automático a algo voluntario de modo que pueda depositar mi atención en aquello constructivo, positivo, amoroso, amable.. Podemos llevar una vida más consciente dirigida hacia el bienestar y eso requiere consciencia y atención y eso es precisamente lo que entrenamos en la meditación.
Si a una persona le resulta difícil encontrar calma interior, ¿por dónde debe empezar a buscar aquello que nos calma y nos reconforta?
Hay un primer momento en el que si la mente está muy agitada y dispersa, la mente se rebela cuando se intenta ir hacia la calma. Esto es un proceso normal. Cuando una persona se sienta a meditar lo primero que dice es que no puede porque se pone más nervioso o se agita más. Eso es normal. La mente no está acostumbrada a que la frenes, ni tampoco a que la sostengas en un estímulo concreto. Pero no por ello tienes que dejar de entrenar. A cualquier persona le resulta complicado, por ejemplo, ponerse a correr para prepararse una maratón. Pero eso no significa que no podamos hacerlo. Tienes que entrenar para lograrlo. A la mente le sucede lo mismo, si la llevas a un hábito disfuncional de agitación y lo normalizas, vivirás en una mente entresada. Si quieres vivir en una mente en calma tendrás que ajustar poco a poco el entrenamiento para empezar a sostener la atención en solo un estímulo. Estamos acostumbrados a cambiar de estímulo de una manera rápida y a sostenernos poco tiempo en cada estímulo. Pero lo que sucede es que pensando que hacemos más, estamos haciendo menos y con menos calidad.
Cuesta mucho meditar…
Claro que al principio cuesta pero es algo que se tiene que trabajar para convertir en un hábito. La mente se rebela porque no está acostumbrada a sostenerse en un estímulo, pero solo si entrenas esta capacidad podrás reconducir la atención hacia donde quieres en un momento de estrés, ansiedad o angustia para calmarte y encontrar un lugar seguro, un refugio dentro de tu mente. Pero para eso necesitas un entrenamiento diario.
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A menudo vemos normal entrenar el cuerpo con esfuerzo pero a la hora de meditar pensamos qu ees algo que tiene que salir solo.
No es así pero porque no nos han enseñado desde pequeños a que en realidad la mente es un instrumento capaz de muchas cosas, es como un coche de alta velocidad. Pero con nuestra mente sucede lo mismo que con ese coche, es muy capaz, muy potente y muy veloz pero si no la sabes conducir bien, es peligrosa. Tenemos que aprender a pilotar la mente y a reconducirla hacia una buena dirección. A veces optamos por no dirigir pero cada vez que optamos por no dirigir la mente, es el azar y la vida el que elegirá por ti. Hay que tener presente que puedes elegir cómo vivir cada una de las cosas que te ocurren. Y eso no sale solo, eso cuesta esfuerzo. Entre sobrevivir y vivir hay una diferencia, que es el esfuerzo y el entrenamiento. Para unos es más difícil que para otros pero para todos es absolutamente posible.
Creo que es una falta de educación pues no nos han enseñado a hacerlo, tenemos normalizado que tenemos que vivir en el sufrimiento o que somos así y que no podemos cambiar. Puedes cambiar y mucho. Tienes mucho por desarrollar en tu mente, todo aquello que deseas, pero con un esfuerzo, claro.
«Cuando comenzamos a meditar la mente se rebela porque no está acostumbrada a sostenerse en un estímulo, pero si entrenas esta capacidad podrás reconducir la atención hacia donde quieres en un momento de estrés, ansiedad o angustia para calmarte y encontrar un lugar seguro, un refugio dentro de tu mente»Belén Colomina,
De hecho, su obra explica que si no cuidamos lo que pensamos, nuestra mente nos puede llevar a lugares oscuros y aflictivos…
Nuestra mente es potente y es capaz de crear todo tipo de escenarios. Y cuanto más tiempo esté en los escenarios disfuncionales, en las aflicciones, en el miedo… más grandes y catastróficos se harán los monstruos internos. Cuanta más atención y credibilidad se les otorgue, mayor será la resonancia en el cuerpo, la mente y la vida. Puedo vivir atormentado y con aflicción, pero puedo elegir también no aumentar la espiral del sufrimiento. Necesito saber que puedo aliviar el sufrimiento y tengo la capacidad de generar las habilidades necesarias para hacerlo. Pero he de elegir cómo pienso, cómo siento y cómo actúo. Para eso tengo que entrenar la mente a través de la meditación.
La meditación es familiarizar la mente con estados virtuosos, constructivos y amables, algo que a su vez nos lleva hacia un estado de bienestar y armónico.
¿Es posible mejorar las capacidades de la mente a través de la meditación?
La meditación te llevará a grandes beneficios que están respaldados por la ciencia. La mente mejorará incluso en su propia arquitectura y en su propio funcionamiento. Los resultados son más que evidentes. La mala noticia es que no son rápidos ni son para ya, sino que son el resultado de un continuo entrenamiento. Por tanto también a la hora de practicar la meditación tenemos que ser amables y autocompasivos. Tenemos que acompañarnos en este camino de una manera amable y menos exigente, destructiva o sufriente, pues esto último nos lleva a un extremo de estrés, ansiedad, de insomnio o de malos hábitos alimenticios.
Tenemos normalizado que eso tiene que ser así en lugar de pensar que podemos hacer de otro modo las cosas en un día que nos parezca complicado. Pero esto se tienen que entrenar para lograrlo.
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¿Qué beneficios de la meditación cree que son los menos conocidos?
Uno de los beneficios más importante es sentir que tu vida cambia y se vuelve más armónica, se ve la vida de una manera distinta, esa persona se vuelve menos negativa o sufriente y empieza a ver la vida con ojos más resilientes y constructivos. Empiezas a hablarte mejor, a tratarte mejor y a adoptar un estilo de vida que tiende hacia el bienestar de una manera orgánica, sin que suponga un esfuerzo. También se aprecian resultados en la salud tanto física como mental pues muchas personas han encontrado mejoras en relación a la presión arterial, el insomnio, el estado de ánimo, el estrés o incluso la rumiación mental.
Belén Colomina.Meditación en estado puro
Desde hace más de 20 años Belén Colomina trabaja en la atención individual y grupal. Es instructora de meditación, mindfulness, compasión y yoguini. La meditación le acompaña como herramienta de entrenamiento y salud mental tanto en su consulta como en los retiros de bienestar que organiza. Es codirectora del área de terapia, psicología y meditación del centro de psicología y ciencias contemplativas Elephantplena. También es colaboradora y formadora en el Instituto de Terapia Gestalt de Valencia y miembro fundador de Psicoemergencias-CV, grupo de emergencias psicológicas del Colegio Oficial de Psicólogos de Valencia.
Colabora como divulgadora en diferentes medios de comunicación y desde que arrancó ABC Bienestar cada domingo aporta una meditación guiada en audio para ayudar a entrenar la mente y afrontar los problemas cotidianos.
Participa en diferentes apps de meditación, fitness y bienestar y es además autora de ‘La adolescencia. 7 claves para prevenir los problemas de conducta’ y ‘Mindfulness para familias’.
En el libro ‘El poder sanador del silencio’ de la editorial Grijalbo, la psicóloga Belén Colomina acompaña al lector a que descubra la meditación desde un lugar íntimo y sutil, acompañándole a desvelar su calma para transformar su sufrimiento en bienestar.
Puede saber más sobre el trabajo de Belén Colomina en su página web y en sus redes sociales: @belencolomina en Instagram.