Numerosos estudios han demostrado los diferentes beneficios del café en lo relativo a la memoria, energía o función cognitiva en general. Pero una última investigación publicada en ‘Nutrición Clínica’ ha relacionado su consumo con un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Carolina Ochoa Rosales, una de las autoras del estudio, perteneciente al Departamento de Epidemiología del Centro Médico Universitario de Róterdam y al Instituto Latinoamericano de Salud Cerebral (BrainLat) de la Universidad Adolfo Ibáñez de Santiago, Chile, explica que la diabetes tipo 2 es considerada, en parte, una enfermedad inflamatoria, «ya que en pacientes diabéticos se observa un aumento de proteínas proinflamatorias como la C-reactiva, interleukina-6 (IL-6), IL-12 o el factor de necrosis tumoral-alfa (TNF-α), entre otros».
Por su parte, el grano de café contiene una serie de moléculas bioactivas como son los polifenoles, por ejemplo, que cuentan con propiedades antiinflamatorias que combaten el estrés oxidativo.
Este estudio, llevado a cabo con más de 150.000 personas, ha revelado que un mayor consumo diario de tazas de café está asociado a un menor riesgo de padecer diabetes tipo 2 en el futuro, concretamente en un 4%. Y es que se mostró una disminución significativa de la proteína C-reactiva en plasma.
«Encontramos que de esta relación, alrededor del 30% puede explicarse por diferencias en la concentración plasmática de biomarcadores de inflamación subclínica o de moléculas con acción antiinflamatoria, tales como la proteína C-reactiva y adiponectina respectivamente», expone Ochoa Rosales. En consecuencia, la investigación sugiere que la relación beneficiosa del consumo de café sobre el menor riesgo de diabetes tipo 2 podría deberse, en parte, a la acción antiinflamatoria de algunos componentes del grano del café. «En el 70% restante pueden estar implicados otros mecanismos biológicos fuera del alcance de nuestro estudio».
Al estudiar de manera separada a los consumidores de café instantáneo, molido (filtrado o expreso) y descafeinado, encontraron que este efecto beneficioso solo se mantenía entre aquellos que consumían café instantáneo y molido. «Esto fue mucho más marcado en aquellos que preferían café filtrado, quienes presentaron un 12% menos de riesgo de padecer diabetes tipo 2, mientras que los consumidores de café instantáneo mostraron un 4% menos de riesgo», declara la coautora de la investigación. En cambio, en aquellos que tomaban descafeinado, los resultados no fueron significativos.
Otros beneficios del café
La cafeína basa su poder en la estimulación del estado de ánimo, lo que genera una sensación de menos fatiga. Este aspecto resulta muy interesante a la hora de incrementar el rendimiento deportivo, pudiendo soportar mayores cargas y un entrenamiento más intenso.
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Otra de las aportaciones que se han estudiado es su capacidad de movilizar y oxidar ácidos grasos en nuestro tejido adiposo. Por esta razón se considera uno de los suplementos más populares, por su marcado efecto en la pérdida de grasa.
Además contribuye a que el organismo utilice de forma preferente los ácidos grasos como fuente de energía en lugar de los hidratos de carbono (glucógeno), lo cual convierte a la cafeína en un ahorrador de glucógeno. Este aspecto es interesante de cara a retrasar la fatiga en deportistas de resistencia.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, los expertos aseguran que conviene tomarlo con moderación. En concreto, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) indica que su consumo no debe superar los 400 mg de cafeína al día. Lo que significa que, si calculamos que una taza de café expreso muy cargado puede llegar a aportar unos 100 mg de cafeína, no sería adecuado superar las cuatro tazas diarias. Eso sí, las cantidades pueden variar si se mezcla con leche y el aporte total de cafeína por taza es menor.