El trastorno obsesivo-compulsivo, conocido con las siglas de TOC, es una afección mental en la que el paciente presenta pensamientos y miedos no deseados (obsesiones) que le llevan a hacer comportamientos rituales (compulsiones) una y otra vez. Estos interfieren en su vida, pero no puede controlarlos ni detenerlos y lo peor es que pueden llegar a causar un gran sufrimiento emocional a quien lo padece.
No se sabe exactamente qué es lo que puede provocar el TOC, pero sí que puede presentarse a cualquier edad y que puede llegar a producir una importante discapacidad a las personas que padecen este trastorno porque las obsesiones que padecen les generan ansiedad, angustia o miedo y para superarlas se ve obligado a realizar acciones compulsivas (compulsiones) en su intento por neutralizarlas.
El ciclo de obsesiones y compulsiones requiere mucho tiempo a diario e inhibe la realización de actividades importantes para la persona. Este trastorno puede ser mental y físicamente agotador para la persona que lo padece.
Este trastorno es muy común en la sociedad actual y se estima que alrededor del 2,1 al 7,9% de la población general tiene trastorno de la personalidad obsesivo-compulsivo y que es más común en hombres que en mujeres.
Hay algunos factores que pueden ayudar a que se desarrolle un TOC, como por ejemplo, personas que tienen algún familiar cercano con este tipo de trastorno; diferencias fisiológicas, hay imágenes de cerebros que muestran que las personas con TOC tienen diferencias en ciertas partes de este músculo y por último, algunos estudios indican que personas que han tenido algún trauma infantil pueden llegar a tener TOC.
Casi en el 90% de los casos de pacientes con TOC se asocian otros trastornos, especialmente episodios depresivos y con menos frecuencia con cuadros de ansiedad y con tics.
Obsesiones más comunes
Este tipo de trastorno se puede dar en muchas circunstancias, pero las obsesiones más comunes entre los afectados son: el miedo a contaminarse, miedo a pensar que la persona o los demás están en peligro, necesidad de mantener el orden y la exactitud y dudas excesivas. Para estas obsesiones, las compulsiones más comunes son lavarse las manos frecuentemente, contar, acumular u ordenar y organizar las cosas de una manera particular y precisa, así como revisar constantemente que no han tenido un descuido que les haga responsables de las consecuencias negativas temidas.
Hay que tener en cuenta que la mayor parte de las personas que padecen un trastorno obsesivo compulsivo saben que sus obsesiones y compulsiones son irracionales.
Diagnóstico del toc
Se consigue un diagnóstico una vez que la persona afectada es entrevistada por un médico. Además, este solicitará también una reunión con los familiares. Un examen físico puede descartar causas físicas y una evaluación psiquiátrica puede descartar otros trastornos mentales.
Se pueden hacer test también para diagnosticar este tipo de trastorno. Pero lo que se tiene que tener claro desde un primer momento es que las obsesiones o compulsiones deben cumplir al menos una de las siguientes características:
– Suponen una pérdida de tiempo.
– Ocasionan una gran angustia o afectan al funcionamiento de la persona.
Tratamiento
El TOC se trata con una combinación de medicamentos y terapia conductual, basada en la exposición y prevención del ritual (respuesta). Con la repetición de dicha terapia el malestar o la ansiedad disminuyen, porque la persona se da cuenta de que los rituales no son imprescindibles para reducir el malestar. Además, se puede añadir la terapia cognitiva.
En cuanto a los medicamentos, suelen ser muy habituales los antidepresivos, fundamentalmente los que contienen clomipramina, porque suelen ser muy eficaces para el tratamiento de este trastorno.