Actualmente muchas personas siguen una dieta en la que se incluyen, ya sea por las prisas o por falta de conocimientos en la cocina, una gran cantidad de alimentos ultraprocesados ricos en grasas, aditivos y azúcares que, poco a poco, han hecho que nuestro paladar pierda su capacidad de apreciar el sabor dulce natural de las frutas y de otros alimentos que, por su naturaleza, nos aportan más dulzor.
Por eso, cuando hacemos una lectura del etiquetado nutricional de los productos que compramos no es de extrañar encontrar ingredientes como maltitol, sucralosa, sorbitol…, todos ellos edulcorantes, es decir, sustancias químicas encargadas de dar ese extra de dulzor a los productos que lo contienen.
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Por lo general, hacer uso de los edulcorantes artificiales de forma puntual puede ser una buena estratégia para sustituir el azúcar, reduciendo de esta manera el aporte calórico y dando un respiro a nuestro páncreas, que es el encargado de segregar la insulina necesaria para gestionar ese azúcar en sangre.
Lo unico, es que debemos tener en cuenta es que un consumo exagerado de edulcorantes artificiales, no solo puede puede aumentar el umbral de dulzor (el paladar se va a acostumbrando y cada vez necesitamos consumir alimentos más dulces), sino que podemos acabar consumiendo más cantidad de algunos alimentos que seguramente no sean tan saludables, como por ejemplo unas galletas sin azúcar (que llevarán edulcorantes). A esto hay que sumar que todavía no tenemos la suficiente información para asegurar que un consumo excesivo de edulcorantes artificiales pueda modificar nuestra microbiota.
El exceso de edulcorante enmascara el sabor natural de las frutas.Edulcorantes más usados
De los edulcorantes más utilizados en la industria podemos destacar los polialcoholes, que los reconocerás fácilmente porque son todos los terminados en ‘-ol’. El xilitol, maltitol, sorbitol.
Los polioles o polialcoholes, cuando pasan por el intestino delgado absorben agua formando una solución isotónica que cuando llega al colón, si hemos hecho un consumo abusivo de este tipo de edulcorantes puede provocar diarrea además de gases y distensión abdominal.
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Por otra parte también encontramos los edulcorantes intensivos, que reciben este nombre debido a que endulzan entre 50 y 2500 veces más que el azúcar común. Prácticamente no aportan calorías, por lo que no influyen en los niveles de azúcar en sangre.
Y en este grupo localizamos la famosa sacarina, junto con otros compuestos como:
– La estevia: al ser acalórico y no elevar la glucosa en sangre puede ser una opción para personas con diabetes, pero siempre con moderación.
El aspartamo: endulza entre 150 y 200 veces más que el azúcar de mesa. Se suele encontrar con frecuencia en alimentos procesados.
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– Xilitol: se trata de un edulcorante 100% natural, procede de la madera de abedul, varios estudios indican que ayuda a combatir las caries y el mal aliento. Además, también el xilitol es aconsejable para personas con diabetes, ya que tiene un índice glucémico bajo.
– Eritritol: se emplea sobre todo en repostería, aunque su uso cada vez es más amplio en la industria alimentaria, aún no existen suficientes estudios que lo confirmen que no tiene efectos sobre la microbiota.
La mejor alternativa, siempre la moderación, tanto en los azúcares naturales, como en los edulcorantes. Un excesivo sabor dulce nos hace querer cada vez más dulce. Mi recomendación es ir reduciendo poco a poco las cantidades (y el consumo de alimentos ultraprocesados) para poder apreciar el verdadero sabor de los alimentos, disfrutar más de ellos y por supuesto preservar tu salud.