Para estas épocas de calor bochornoso se vuelve casi de ley tener algo en el refrigerador que sea refrescante, rico y que nos hidrate, porque de lo contrario el día se vuelve algo complicado de sobrellevar. La buena noticia es que siempre podemos recurrir a las bebidas naturales, el agua simple y de vez en cuando las sodas de sabores, refrescos o ya la de siempre la clásica agua mineral, pero ¿qué pasa si bebemos agua mineral todos los días?, ¿qué tan recomendable es?
Para empezar debemos diferenciar y conocer lo que es el agua mineral: el agua mineral natural es extraída del subsuelo, está mineralizada naturalmente, pues proviene de un manantial mineral; contiene varios nutrientes como el magnesio, calcio, potasio y hierro, aunque no se limitan a estos. Al agua mineral natural gasificada se le añade gas carbónico de procedencia casi siempre volcánica y más concretamente ligado a fenómenos de volcanismo residual. Esto le da un sabor ligeramente ácido y una particular estimulación de las papilas gustativas. Mientras que el agua mineralizada es agua a la que se le añaden minerales para enriquecer sus propiedades.
¿Para qué mantenerse hidratado?
Según los expertos de la Secretaría de Salud, el agua es el principal componente del organismo, conforma 60% del peso corporal de los hombres y 50% en las mujeres; del total del agua en el cuerpo humano, el 70% se encuentra en el interior de las células, mientras que el 30% se localiza en el plasma sanguíneo.
Nuestro organismo llega a perder en promedio entre 2 a 2.5 litros diarios de agua por medio de la respiración, el sudor y la orina, junto con esta también se pierden minerales indispensables para el correcto funcionamiento de nuestro cuerpo como lo son el sodio, el potasio, el calcio, el flúor y otros electrolitos; debido a esto, el agua perdida tiene que recuperarse lo antes posible, ya que cinco minutos después de ser ingerida aparece en el plasma y en la sangre.
¿Y qué pasa si tomo agua mineral diario?
En 2020 la Revista del Consumidor, en su edición de septiembre, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) profundizó en qué tan bueno o malo es su consumo. De acuerdo a este organismo, aunque el consumo de estas bebidas tiene varios beneficios, recomienda moderar su ingesta, pues en exceso podrían ocasionar problemas a la salud.
Estos son los beneficios y riesgos que conllevan los minerales que contienen estas bebidas:
Calcio: favorece la formación de dientes y huesos, no obstante, su abuso puede provocar cálculos renales.
Cloruro: mantiene el equilibrio de líquidos corporales, aunque en exceso podría aumentar la presión arterial.
Fluoruro: ayuda a fortalecer el esmalte de los dientes, pero paradójicamente el incremento de su consumo debilita este esmalte.
Magnesio: mejora el funcionamiento de nervios y músculos, pero en cantidades mayores ocasiona debilidad muscular.
Potasio: en exceso puede llevar a una concentración demasiado alta en la sangre llamada Hiperpotasemia.
Sodio: aunque regula el equilibrio de agua en el cuerpo, en cantidades excesivas puede llevar a la hipertensión arterial y a la retención de líquidos.
Sulfato; aunque elimina las toxinas que ingresan al organismo, su abuso puede provocar diarrea y deshidratación.
Tips para tu consumo de agua mineral
Recuerda que todo en exceso puede resultar perjudicial para nuestra salud, por lo que te recomendamos ser cauteloso con todo aquello que consumes.
Si de verdad sientes que necesitas agua mineral para refrescar tu día, te recomendamos agregarle dos terceras partes del vaso de agua normal.
Puedes agregar hielos naturales o hielos de frutas naturales, son una muy buena opción para acompañar las bebidas y darle un toque fresco.
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