Punto G de la mujer y punto P del hombre: mapa para encontrarlos

Fue el ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg el primero en redactar teorías en torno a la existencia de una zona especialmente erógena en el interior de la vagina. Lo hizo en la década de los 40 pero en realidad no fue hasta mucho después de su muerte, en el arranque de los 80 y al calor de un estudio en torno a la eyaculación femenina que avalaba parte de sus tesis, cuando se comenzó a popularizar el concepto ‘
Punto G
‘, cuyo nombre rinde homenaje al apellido del médico alemán, Gräfenberg.

Desde entonces hasta hoy el famoso ‘Punto G’ sigue siendo objeto de controversia, pues a pesar de que la mayoría de lo sexólogos y terapeutas de pareja hablan de su existencia también existen estudios que la niegan. Lo que sí parece más sencillo de entender y de explicar, tal como apunta Rosa Navarro, sexóloga de Diversual, es que lo que conocemos como Punto G no es un punto concreto sino más bien un área situada en el interior de la vagina caracterizada por tener una gran cantidad de terminaciones nerviosas, por ser una zona sensible a la estimulación y por estar asociada a un placer intenso.

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En cuanto a la ubicación exacta la sexóloga revela que, anatómicamente, se puede localizar en el frontal de la pared de la vagina, la que está más pegada al ombligo, a una distancia de entre 3 y 7 centímetros de la entrada de la vagina. Otra de sus características es que su textura puede ser algo rugosa.

Cómo localizar y estimular el Punto G
A la hora de localizar el Punto G conviene no obsesionarse pues, como recuerda la sexóloga, cada anatomía es distinta y la ubicación puede variar. Puede intentar buscarse en solitario o en compañía y para ello la experta propone dos fórmulas:

– Una buena posición para encontrarlo en solitario es tumbarse boca arriba, en una postura lo más cómoda posible. A continuación se introducen uno o dos dedos y se arquean imitando el gesto que se hace cuando se le dice a alguien «ven aquí». «Este movimiento debe estar orientado hacia la cara anterior de la vagina, como buscando el ombligo», precisa Navarro.

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– Si se busca en compañía o en pareja la sexóloga aconseja el uso de algún tipo de lubricante para que la otra persona introduzca igualmente uno o dos dedos en la vagina. A continuación iría dando ligeros toques sobre la pared frontal hasta notar esa zona abultada y rugosa. «La pareja puede ir preguntando para así ver las sensaciones y las reacciones y tener una mayor consciencia de si está o no cerca del punto G», recomienda.

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Algunos de los indicadores que se pueden tener en cuenta para saber si se está o no cerca del Punto G es notar una sensación de placer, así como una textura algo distinta a la del resto de la vagina, pues está algo más rugosa y se hincha con la excitación.

En cuanto a la estimulación del Punto G, puede realizarse de forma manual, a través de la penetración o incluso con juguetes eróticos, tal como afirma la sexóloga.

En el primer caso, la estimulación manual, lo importante es encontrar la técnica que mejor se adapte a cada persona, ya que se pueden usar uno o dos dedos y, una vez que se han introducido en la vagina y se ha localizado la zona, se pueden ir probando diferentes tipos de contacto: moverlos dedos en círculos, de arriba a abajo o haciendo ligeras presiones.

En torno al estímulo a través de la penetración, la sexóloga revela que las posturas más eficaces son aquellas en las que quien penetra lo hace desde atrás o bien aquellas en las que es posible contolar bien la entrada del pene. Suelen ser posturas, según precisa, con un contacto muy directo con la zona, como es el caso de la postura del ‘perrito’, la ‘vaquera’ o ‘la profunda’.

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Los
juguetes eróticos
pueden ser también buenos aliados a la hora de estimular esta zona erógena pues, según asegura la sexóloga, existen multitud de dildos y vibradores cuyo diseño está especialmente pensado para esa estimulación específica. «La forma curvada de la punta del juguete hace que sea más sencillo alcanzar esa zona y en el caso de que se desee ir un paso más allá existen vibradores que imitan el movimiento que de forma natural se haría con los dedos», explica Navarro.

Asímismo, como añade la sexóloga, los succionadores de clítoristambién podrían resultar útiles en este tipo de estimulación pues se da la circunstancia de que el clítoris tiene una gran parte no visible que internamente abraza el canal vaginal y el punto G coincide precisamente con esa zona.

Hablemos del Punto P
El homólogo del Punto G se denomina en el hombre Punto P y en realidad debe su denominación a su relación con la próstata, que es una glándula cuya función es producir y almacenar el líquido prostático. El punto P, por tanto, se sitúa en la pared del recto, a unos 5-7 centímetros de la entrada del ano, según precisa la sexóloga, quien además apunta que es una zona con mucha sensibilidad por la cantidad de terminaciones nerviosas que tiene.

Cómo localizar y estimular el Punto P
Para localizar el punto P es aconsejable, según señala Navarro, tener ya un cierto nivel de excitación y acompañar la exploración de un lubricante. A continuación debe buscarse una postura cómoda como por ejemplo tumbado, con las rodillas dobladas y proceder a introducir un dedo para ir habituando la zona a ese contacto. Una vez acostumbrados a ese estímulo se pasaría a introducir dos dedos y a curvarlos, como buscando el ombligo. «Al ir pasando el dedo por la pared del recto se puede notar un bultito que recuerda a la forma de una nuez. Ahí estaría el punto P», comenta.

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También puede realizarse esa búsqueda con la ayuda de la pareja usando un procedimiento similar, aunque en este caso pueden probarse posturas, como a cuatro patas o tumbado de costado, que permitan un mejor acceso al recto por parte de la persona con la que se realiza la localización.

Al igual que sucede con el Punto G, existen varias fórmulas para estimular el punto P.

Por un lado tendríamos la estimulación manual que llevaría a la introdución de los dedos de forma progresiva y atendiendo a las sensaciones que se vayan percibiendo y a la experiencia previa que se tenga en torno a ese tipo de acción. Y una vez localizado el punto P se podría dar un pequeño masaje variando la presión que se haga con los dedos y también imitando el gesto de «ven aquí».

Algunos accesorios eróticos que pueden ayudar en est sentido son las fundas para los dedos con estrías. También hay estimuladores específicos para la próstata, algunos de ellos con vibración, o incluso, como aporta Navarro, se pueden usar los juguetes pensados para estimular el punto G, ya que su diseño es curvo y eso también asegura un buen acceso a la próstata. 

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