El día de ayer, 7 de abril, está marcado en el calendario como el Día Mundial de la Salud, una fecha impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en la efeméride de su fundación. Cada año, la campaña se centra en un desafío de salud en concreto, y en esta ocasión, que coincide con el 75 aniversario de la organización de las Naciones Unidas, el lema elegido es «Salud Para Todos» con el que pretenden concienciar y mejorar sobre la salud pública.
La
salud mental
es la gran olvidada del sistema de salud público. El gasto en salud mental en España representa alrededor del 5% del gasto total y la ratio de psicólogos por habitante se sitúa en 5 especialistas por cada 100.000 habitantes, una cifra muy por debajo de la media de nuestros vecinos europeos, que es de 18 profesionales por cada 100.000 habitantes. Dedicar los recursos necesarios, no solo al tratamiento sino al cuidado y la prevención de la salud mental ahorraría costes al sistema público y a la sociedad, y sufrimiento a los pacientes.
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No solo el sector público, las empresas también deben contribuir al fomento de la salud mental creando un
ambiente laboral saludable
con recursos destinados a proporcionar apoyo emocional a sus empleados. Esto puede incluir desde una evaluación inicial y periódica tanto de los riesgos psicosociales como de la salud mental de los equipos de trabajo, hasta una oferta de programas de bienestar psicosocial, como formaciones en habilidades o el acceso a servicios de asesoramiento psicológico como el Programa de Ayuda al Empleado.
Concretamente, el Programa de Ayuda al Empleo facilita a los empleados el acceso a una atención 24/7 de su salud mental, para aquellas situaciones de malestar que no puedan gestionar solos, ayudándoles a reducir así el estigma que a menudo se asocia con buscar ayuda.
Otras medidas pueden ser también las políticas de flexibilidad en el horario de trabajo o la implantación de sistemas híbridos (que combinan el trabajo presencial y el teletrabajo) que han demostrado favorecer la conciliación entre la vida laboral y familiar de los trabajadores, y pueden contribuir a que los empleados se sientan más felices.
«La ratio de psicólogos por habitante en España se sitúa en 5 especialistas por cada 100.000 habitantes, una cifra muy por debajo de la media de nuestros vecinos europeos, que es de 18 profesionales por cada 100.000 habitantes»Anabel Fernández, CEO de Affor Health
Cuidar la salud mental es tarea de todos, también de uno mismo, ya que debemos empoderarnos y adueñarnos de nuestro propio bienestar psicológico. Algunas claves para cambiar el chip pueden ser combatir la principal fuente de malestar: el
estrés
, mediante una mejor gestión de nuestras emociones; adquirir buenos hábitos, como una alimentación sana, un sueño reparador y suficiente y el ejercicio regular (caminar 30 minutos al día es suficiente); y practicar el
autocuidado
, mejorar el diálogo con nosotros mismos y bajar el volumen de la autocrítica.
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La prevención es la clave
La pandemia del COVID-19 supuso un antes y un después en nuestro discurso público sobre la salud mental. Hoy somos más conscientes de que pedir ayuda profesional no es un signo de debilidad o de locura, sino un paso más en el proceso de recuperación de nuestro bienestar.
A pesar de los pasos dados, aún estamos lejos de conseguir un cambio de paradigma que ponga la prevención en el centro. La
ansiedad
y la depresión ya afectan a 5,7 millones de españoles y nuestro país encabeza el consumo de medicamentos ansiolíticos de la OCDE. En lugar de esperar a que aparezcan los trastornos mentales y tratarlos de forma reactiva, deberíamos mover el foco a la prevención.
Sabías qué…
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Nos enfrentamos a nuevos retos, como el que supone la implantación de nuevos modelos de trabajo, como el ya mencionado teletrabajo, o el tecnoestrés, asociado al uso excesivo de las nuevas tecnologías y las redes sociales, tanto durante la jornada laboral como en los momentos de ocio. Además, se están detectando procesos como el burnying, que provoca que haya jóvenes que terminan su etapa escolar exhaustos y saturados por el continuo uso de las tecnología.
En definitiva, en el Día Mundial de la Salud debemos recordar que sin salud mental no hay bienestar completo, ya que cuerpo y mente están conectados. Gobiernos, organizaciones, empresas e individuos debemos trabajar para proteger el equilibrio psicológico individual y el común, dedicando recursos a la prevención, promoviendo cambios de hábitos y mejorando el acceso a la ayuda profesional, cuando sea precisa. Una sociedad que cuida su salud mental es una sociedad más productiva y, no olvidemos, también más feliz.
Sobre la autora: Anabel Fernández es licenciada en Administración y Dirección de Empresas cuenta con más de 20 años de experiencia en Gestión de RRHH y Organización de Empresas.
Desde 2010 decide formar Affor Health para ofrecer soluciones que contribuyan al cuidado de la salud psicosocial de las personas en sus entornos de trabajo.
Ha participado como ponente experta en más de una veintena de jornadas, congresos y foros profesionales, tanto nacionales como internacionales, sobre la importancia de la gestión psicosocial en las organizaciones y la prevención de los riesgos psicosociales para preservar la salud mental de las personas.