Los hipopresivos llevan tiempo de moda, pero es importante realizarlo correctamente para que no resulten perjudiciales. Y es que a pesar de que tienen numerosos beneficios sobre nuestro suelo pélvico e, incluso, en la postura, pueden ser dañinos y afectar de forma negativa a determinadas partes de nuestro cuerpo si no se ejecutan apropiadamente.
Alternativas efectivas y divertidas
Ejercicios de ‘twerking’ para mover la pelvis y mejorar el suelo pélvico
Verónica Selis (@movimientoyconciencia), entrenadora corporal y especialista en suelo pélvico y flexibilidad, señala que los hipopresivos son una técnica que combina ejercicios posturales y respiratorios. «Este método se trabaja con una apnea espiratoria, llevada a cabo cuando los pulmones están vacíos de aire para quitar la presión del abdomen y descomprimir tanto el suelo pélvico como la columna».
Con un trabajo postural específico se irá activando toda la musculatura. Selis subraya la importancia de dónde colocamos el peso del cuerpo, sobre todo, cuando estos ejercicios los realizamos de pie: «Normalmente nos vamos hacia la punta de los dedos para conseguir una mayor activación».
En el caso de la respiración, la experta indica que se tiene que soltar el aire completamente. Al terminar de expulsarlo, se hace la apnea y seguidamente se realiza una aspiración diafragmática que se consigue abriendo las costillas (recuerda, sin tomar aire por nariz y boca). «En esta aspiración lo que hacemos es quitar la presión del suelo pélvico y descomprimir las vértebras. Muchas personas, aunque no todas, consiguen una activación refleja e involuntaria del suelo pélvico y el abdomen».
Selis insiste en contar con un entrenador formado en hipopresivos para que nos enseñe las diferentes técnicas. «Es necesario comprender el trabajo postural y aprender a relajar el diafragma, ya que si este tiene un exceso de tensión, costará mucho hacer esa aspiración diafragmática».
Por otro lado habría que trabajar la movilidad de las costillas, «porque si estas no se pueden mover, será muy difícil realizar la respiración diafragmática».
Importancia de la respiración
La respiración está íntimamente relacionada con nuestro suelo pélvico. «Si esta no es correcta y además no hay una buena coordinación con el resto de los elementos implicados, puede afectar directamente a nuestro suelo pélvico de forma negativa», explica Selis.
Y es que si nuestro diafragma tiene un exceso de tensión, este empujará nuestras vísceras constantemente hacia bajo, haciendo presión sobre el suelo pélvico. Si esto ocurre durante mucho tiempo, el suelo pélvico puede debilitarse al no ser capaz de gestionar ese peso constante.
«En este sentido, los hipopresivos son muy buenos, pues trabajan el movimiento del diafragma. Y siempre que el diafragma se pueda mover bien y recupere su tono, flexibilidad y elasticidad, hará que nuestro suelo pélvico funcione mejor y nos ayudará a corregir nuestra postura», manifiesta la experta.
Consideraciones a tener en cuenta<iframe height=”286″ src=”https://www.youtube.com/embed/ymSA8laKMlw&t=333s” frameborder=”0″ allowfullscreen style=”width:100%;”></iframe>
Laura Rojas, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, advierte sobre una serie de contraindicaciones: por ejemplo, no debes realizar hipopresivos si estás embarazada (específicamente la parte de la apnea) y tampoco si tienes la tensión alta o alguna cardiopatía. En cualquier caso, es importante saber cuál es el estado de tu suelo pélvico antes de llevar a cabo estos ejercicios, más si cabe, si estás en periodo de lactancia, independientemente de haber tenido un parto natural o por cesárea.
También hay algunas consideraciones a tener en cuenta. Entre ellas, Rojas destaca que es mejor hacerlos por la mañana y nunca antes de irnos a la cama, pues podríamos tener dificultades para conciliar el sueño. En este sentido, recomienda ejecutarlos con un mínimo de tres horas antes de irnos a la cama.
Tampoco hay que hacerlos después de comer y se aconseja vaciar la vejiga antes de realizarlos e ingerir algo de líquido, porque aunque parezcan ejercicios sencillos, aumentan la temperatura corporal y se puede llegar incluso a sudar.
