Te encuentras en un avión en pleno vuelo junto con 300 personas más. El vuelo cubre el trayecto más largo de todas las rutas comerciales, por lo que no habrá ninguna escala durante un alto número de horas. Por la megafonía del aeroplano la sobrecargo informa de una terrible noticia: «la empresa de handling en tierra ha cometido un error de gestión de los víveres del avión que ha echado a perder todas las bebidas y alimentos. Nadie podrá comer ni beber nada durante todo el vuelo. Dado que la duración del vuelo es tan dilatada, es posible que se produzcan desfallecimientos por deshidratación. Sin embargo, contamos en la reserva con una reducidísima cantidad de comida y bebida pero que sólo es suficiente para una persona». Ahora viene la pregunta clave: si esa ración sólo se puede ofrecer a una persona entre todo el pasaje y la tripulación, ¿a quién crees que elegirían todos de forma unánime?
¡Al piloto!
¿Por qué? Porque de él depende la salud de todos los demás.
¿Cómo se aplica esto a nuestra realidad?
Tu cerebro es tu piloto. Y cada vez que en tu vida te halles ante un área que quieras mejorar o que sea un problema, ese problema es tu avión. Cuando te preocupe el estado de un vuelo, tan sólo preocúpate por el estado del piloto. Cada vez que desees mejorar un área de tu vida, no te centres en ese ámbito en sí. Céntrate en mejorar tu mente con respecto al área, y esta mejorará.
¿No sabes cómo mejorar tu carrera profesional? Alimenta al piloto. ¿No sabes cómo motivarte para mejorar tu salud física? Alimenta al piloto. ¿No sabes cómo mejorar tu nutrición? Alimenta al piloto. ¿No sabes cómo mejorar tu aceptación social? Alimenta al piloto. ¿No sabes cómo educar mejor a tu hijo? Alimenta al piloto.
¿Cómo?
Empapándolo de toda la información que encuentres sobre cada uno de esos campos.
«Todo lo que de tu cerebro sale está estrechamente ligado a lo que en tu cerebro entra»@Anxo, #LaInteligenciadelÉxito
Por tanto, si quieres que tu cerebro te dé resultados sobre un tema, tan sólo bombardéalo con información sobre ese tema.
Y si quieres un piloto positivo, aliméntalo con ideas positivas. Si tu cerebro produce ideas negativas, lo más probable es que las que tú le inyectas también lo sean.
