¿Y si te dijeran que puedes calmar la ansiedad o paliar un resfriado sin necesidad de recurrir a algún medicamento? Desde luego hay casos en los que la gravedad implica un fármaco, pero hay otros en los que la aromaterapia puede ser la solución a tus problemas.
La aromaterapia consiste en proporcionar bienestar a través de aceites esenciales. Estos son líquidos volátiles, aromáticos y muy concentrados que pueden extraerse de distintas partes del vegetal: de las hojas, flores, corteza, madera, piel, semillas, bayas, resinas, bulbos…. «La calidad dependerá de su origen, pero tienen que ser 100% puros para que conserven lo que llamamos el grado terapéutico», indica Carmen Vadillo, marketing y communication manager en Sisen.
La diferencia con los ambientadores es que los segundos se quedan solo en la parte olfativa, pero los aceites esenciales hacen un trabajo terapéutico. «Los ambientadores te pueden emanar recuerdos, pero un aceite esencial, por ejemplo el de lavanda, tiene propiedades calmantes del sistema nervioso central, por lo que te ayudará a calmar las emociones, reducir la ansiedad y dormir mejor», explica Vadillo.
Y es que los aromas activan las emociones. En el sistema límbico hay un órgano que conecta los aromas con las emociones, la amígdala. De esta forma, el olfato y el cerebro están conectados, ya que el cerebro va memorizando diferentes aromas que irán directamente relacionados con experiencias y emociones vividas. «Lo que hace la aromaterapia es proporcionar a la amígdala y al hipotálamo los aromas adecuados para conseguir el equilibrio correcto», señala la experta.
Estos aceites esenciales se pueden utilizar de diferentes maneras: solo a nivel olfativo mediante un difusor o un pañuelo que nos ayude a inhalar, o también se pueden utilizar en la piel, siempre diluyéndolos antes en un aceite vegetal portador, como el aceite de almendras o de jojoba.
«La difusión de los aceites esenciales mediante un difusor ultrasónico o nebulizador es una opción ideal, ya que se trata de un método suave y seguro, mientras que sigue siendo eficaz», subraya Vadillo. Puedes crear un momento de calma y bienestar antes de dormir, llenar tu oficina de energía, conseguir limpiar y purificar el aire o ayudar a tu familia o compañeros a respirar mejor en época de resfriados.
Aceites esenciales para el invierno
– Canela. Con su aroma cálido y especiado, combina muy bien con los cítricos, especialmente con la naranja. Tiene propiedades estimulantes y ayuda a reforzar las defensas.
– Clavo. Este aceite esencial actúa como estimulante físico y tónico, pero también ofrece propiedades anestésicas y analgésicas. El aroma es cálido y amaderado, con un toque picante.
– Naranja. Gran relajante del sistema nervioso, además de estimulante y reconfortante. Su aceite esencial es dulce y cítrico, confiere energía positiva cuando más lo necesitamos y aporta vitalidad.
– Eucalipto. El aceite esencial de eucalipto funciona como expectorante, ayudándonos a respirar mejor en momentos de resfriado y congestión. Además tiene poder antiinflamatorio, por lo que alivia molestias musculares si lo aplicamos en la piel con un aceite vegetal portador.
– Romero. Estimula el sistema inmune, ayuda a la concentración y alivia las molestias musculares. También confiere vitalidad, energía, claridad mental y confianza en uno mismo con su aroma fresco, leñoso y alcanforado.
– Orégano. El aceite esencial de orégano es conocido por su poder contra infecciones de un amplio espectro, así como virus y hongos. Ayuda a purificar el ambiente y las superficies, además de ser un buen aliado en casos de infecciones respiratorias.
– Árbol de té. Uno de los más conocidos. El árbol de té es un buen inmunoestimulante y ayuda a combatir todo tipo de afecciones de la piel, como el acné y los hongos.
– Lavanda. El aceite esencial de lavanda es imprescindible en cualquier época del año. Es calmante y equilibrante del sistema nervioso central, ayuda a reducir la sensación de ansiedad y estrés y ayuda a dormir mejor.
El aceite de lavanda puedes usarlo en el difusor añadiendo entre 5 y 15 gotas y activándolo una hora antes de irte a dormir. La experta recomienda también otra opción que es la de añadir dos gotas de este aceite en tu almohada o en un pañuelo junto a la misma para que te ayude a bajar el ritmo y dormir mejor.
Por otro lado, para esas mañanas en las que nos cuesta despertar con vitalidad, el geranio y la menta son de gran ayuda, pues despeja y estimula la mente. «Lo puedes combinar con romero y limón para crear una bruma aromática llena de vitalidad que ayuda a mejorar la concentración y la memoria. Es ideal para estudiantes y opositores», comparte Vadillo. El cedro es otro aliado para aumentar la capacidad de concentración.
Según qué aceite utilices y qué beneficios tenga podemos aplicarlo en una zona u otra. Por ejemplo, si queremos respirar mejor iremos al pecho, pero si necesitamos liberar la carga mental será en las sienes. Para bajar nivel de estrés y de ansiedad, la experta apunta que debemos aplicarlo en las muñecas, cuellos e incluso plantas de los pies, realizando un masaje una hora antes de dormir.