Si estás pensando en cuidar de tu salud, la planificación de tus comidas es el primer paso que debes tener en cuenta, seguida de una buena elección de los productos que añadimos a nuestra cesta de la compra.
La dificultad suele venir en que si no elaboramos una buena lista de la compra y hacemos caso de los reclamos publicitarios de los alimentos podemos caer en el error de pensar que estamos comiendo saludablemente y sin embargo estar introduciendo en nuestra alimentación grandes cantidades de sal, azúcar, aditivos y grasas de mala calidad.
Además…
La manera en la que tu móvil te dice si tu comida es sana o no
La solución a este problema, como siempre te recomiendo, es la lectura del etiquetado nutricional, pero no la parte frontal que es donde van a poner los reclamos publicitarios y va a querer el fabricante llamar tu atención, sino la letra pequeñita que está en la parte trasera. Ahí es donde encontrarás la realidad del producto, la que te permitirá conocer si un alimento es saludable o por el contrario no tiene esas cualidades que esperabas.
Hoy para ponértelo más fácil haremos un repaso de aquellos alimentos que pensamos que parecen saludables pero que sin embargo son ultraprocesados.
Bebidas vegetales
En los últimos años podemos encontrar gran variedad de bebidas vegetales en las estanterías de los supermercados que son una alternativa para personas que siguen una alimentación vegana, tienen intolerancia a la lactosa o simplemente prefieren este tipo de bebidas.
Pero cuidado, ser de origen vegetal no tiene que hacerte presuponer que ya de por sí es saludable. Muchas de ellas tienen grandes cantidades de azúcar que suelen estar en el segundo lugar de la lista de ingredientes detrás del agua. Recuerda que los ingredientes siempre van de mayor a menor cantidad, así que el producto podríamos resumirlo como agua con azúcar en su mayoría y una pequeña cantidad de almendras, avena, soja…. dependiendo.
Por eso, procura leer bien el etiquetado porque también hay bebidas vegetales de calidad, pero hay que estar atentos a sus ingredientes y las cantidades de cada uno de ellos.
Barritas de cereales
Parecen el snack perfecto para tomar entre horas cuando no tenemos mucho tiempo pero cuidado que pueden estar cargadas de azúcares, grasas hidrogenadas y aditivos que nada aportan a nuestra salud.
Además muchas personas piensan que son ligeras, pero hemos de tener en cuenta que suelen ser productos destinados a deportistas con una gran cantidad de hidratos de carbono, grasas que no suelen ser de la mejor calidad, ya que podemos encontrar muchas con aceite de palma o grasas trans (parcialmente hidrogenadas) y además otros aditivos.
¿Que podemos encontrar versiones más saludables? Claro que sí, pero a un precio más alto y ojo también a aquellas barritas sustitutivas de comidas que también tienen un alto contenido energético además de edulcorantes que en gran cantidad pueden llegar a modificar nuestra microbiota.
Yogur helado
En los últimos años han aparecido muchas heladerías que comercializan el yogur helado como una versión más saludable alternativa a los helados tradicionales.
La realidad es que siguen conteniendo gran cantidad de azúcar (nada que ver con el yogur natural) y si encima caes en la tentación de ponerle toppings pues la cosa va a empeorar seguro.
Si te gustan mucho, puedes realizar tus propios helados de yogur en casa. Nada más fácil y encima puedes combinarlos con tus frutas favoritas o un buen chocolate sin azúcar.
Jamón york
O mejor dicho fiambre de jamón. Cuidado que esa fama de saludable que tiene no siempre es real. Muchos de ellos no son lo que parecen. Tienen mucha cantidad de féculas, azúcares y sal.
Procura buscar aquellas versiones que contengan un alto contenido en carne (jamón cocido), que es a partir de un 90%. Son un poco más caros pero realmente merece la pena.
Ensaladas preparadas
Son una alternativa perfecta para aquellas personas que no les ha dado tiempo a preparar el tupper pero cuidado con los toppings que llevan (bacon, pan frito, cebolla frita,…) y las salsas que los acompañan, que pueden llevar grasas de poca calidad y que nada favorecen a nuestra salud, además de sal y azúcares añadidos.
Las mejores son aquellas que no lleven ningún alimento frito, ni gran cantidad de pasta o hidratos de carbono de absorción rápida y evitar la salsa que suele acompañarlas, utilizando un buen aceite de oliva virgen extra para aliñarlas.
Frutas desecadas
Son fruta, sí, pero la pérdida de agua hace que su contenido en azúcares se eleve considerablemente, hasta más de un 50% del producto. Es por eso que no debemos considerarlas como un snack habitual en nuestra dieta, especialmente para aquellas personas que son más sedentarias.
Es muy común escuchar en consulta que las consumen personas como tentempié en la oficina porque es una alternativa rápida, fácil de transportar, almacenar y encima no mancha y se come fácilmente. Pero cuidado, estamos consumiendo de esta manera una gran cantidad de azúcares de absorción rápida que produce un pico de azúcar en sangre que nada favorece ni a nuestra salud, ni a nuestra concentración en el trabajo. Mucho mejor consumir fruta fresca.
Tortitas de arroz o maíz
Son bajas en calorías pero ojo,siempre hay que leer un poquito más allá porque muchas de ellas pueden tener un alto contenido en sal. Además, hemos de tener en cuenta que se trata de un producto elaborado con hidratos de carbono de absorción rápida, que suelen llevar muchos aditivos y que dependiendo con que las acompañes serán o no una mejor o peor alternativa.
Procura elegir aquellas con menor contenido en sal y acompañalas con aguacate y verduras para integrar un mayor contenido en fibra. Ah, y por supuesto cuidado con las versiones con chocolate.
La mejor alternativa para cuidarse sin equivocarse, será en primer lugar elegir alimentos básicos y preparar tus propias elaboraciones, en las que controles los ingredientes que utilizas. Si no tienes tiempo para ello, haz una lectura del etiquetado nutricional que te permitirá hacer mejores elecciones.