Adiós a las carnes: esto pasa en tu cuerpo si dejas de comer carne roja

Los mexicanos estamos muy acostumbrados a consumir carne roja con frecuencia en la medida de lo posible. Y es que —a pesar de los precios de cualquier carne— sabemos que la proteína es necesaria en nuestro cuerpo, y en ocasiones el antojo nos gana más que las cuentas, pero la repercusión en nuestra salud es lo que nos motiva o nos detiene para consumir carne roja. Así que te contamos qué es lo que pasa con tu cuerpo si dejas de comerla.

Los mexicanos somos carnivoros, sí, de acuerdo con los datos del 2022 del Consejo Mexicano de la Carne (Comecarne) México fue el quinto país del mundo que registró el mayor consumo de carne durante 2021, solo por debajo de la Unión Europea, Brasil, Argentina y Estados Unidos. Pero ¿qué pasaría en el escenario contario si dejáramos de consumir carne por completo?

¿Hay efectos positivos o negativos?

Según este artículo de The Conversation, la carne (en general, ya sea roja o blanca) es un alimento que sí, tiene muchos aportes nutrimentales para nuestro cuerpo, desde proteína, vitaminas del grupo B, hierro y grasas (en su mayoría saturadas). Sin duda alguna, es un elemento importante para nuestra nutrición y rendimiento físico, ya que es un elemento importante para fortalecer y constituir los músculos, permite la correcta oxigenación del cuerpo y convierte los alimentos en combustible.

Un estudio publicado en Revue Scientifique et Technique destaca que el consumo moderado de carne puede ayudar a evitar la deficiencia de algunos nutrientes esenciales, ya que contiene grandes cantidades de proteínas y dosis moderadas de hierro, zinc, selenio, vitamina D y vitamina B12, pero esta misma investigación concluye que dejar de comer carne puede reducir el desarrollo de una amplia variedad de enfermedades crónicas y, a su vez, podría tener efectos beneficiosos en la seguridad alimentaria mundial.

La siguiente es una lista de lo que podrías o no experimentar si dejas de consumir carne, recuerda que cada cuerpo y organismo reacciona diferente.

Perder peso: esto ocurre porque se disminuye la ingesta total de calorías en la dieta, lo que a mediano y largo plazo, esto reduce los marcadores de inflamación.

Mejora de la microflora intestinal: la microflora intestinal de las personas que comen carne y las que son vegetarianas es muy diferente, según datos de Human Microbiome Journal. Se advierte que las personas que toman más alimentos de origen vegetal tienen más bacterias beneficiosas.

Salud cardiovascular regulada: un estudio publicado a través de JAMA Internal Medicine expone que el consumo excesivo de carne roja y procesada incide en un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y muerte, por lo que si se reduce o elimina la carne de la dieta es altamente probable que con el tiempo la salud cardiovascular mejore.

Reduce el riesgo diabético: las personas que siguen una dieta vegetariana tienen menor riesgo de síndrome metabólico, tal y como menciona este estudio publicado Current Diabetes Reports .

Pérdida de nutrientes: como no todo es color de rosa, también existe un riesgo de producir un déficit de nutrientes necesarios para el correcto funcionamiento de tu organismo. En general, es posible padecer deficiencia de yodo, hierro y vitaminas D y B12. Por esta razón es indispensable acudir con un profesional.

Pérdida de masa muscular: las proteínas animales y vegetales son necesarias para formar y recuperar los músculos después de hacer ejercicio, por lo que un experto debe acompañar en este proceso para cubrir las necesidades que requiera la ausencia de la carne.

¿Cuánta carne debemos comer?

“La recomendación de consumo de carne es moderada para la blanca (pollo) y poco frecuente para la roja (vacuno mayor, animales de caza y vísceras)”, exponen los expertos en The Conversation.

Lo recomendable sería consultar a un nutriólogo o un especialista en nutrición para determinar las necesidades personales en cada caso, sin embargo, también existen estas recomendaciones generales que han emitido algunas instancias de salud en las que indican unas cantidades semanales, en las que todas coinciden que lo preferible es que sólo se consuma carne de manera ocasional.

Según la Organización Mundial de la Salud, lo mejor es consumir carne roja al menos una vez a la semana, pero sin superar los 500 gramos semanales de carne. Esto puede dividirse en no más de dos raciones de carne roja a la semana. Es importante que la pieza de carne que vayas a consumir sea completa y de preferencia no procesada.

También anotó la organización que un adulto sano no debe sobrepasar la cantidad de 70 gramos al día de carnes rojas y un máximo de 25 gramos diarios de procesadas o embutidos. A su vez, la Escuela de Medicina de Harvard indicó que lo mejor es equilibrar tu ingesta de carnes con bastantes vegetales. Que de preferencia, deberíamos reservar la carne roja para un consumo ocasional o un mero complemento, acompañado con bastantes verduras, especialmente en guisos, salteados o sopas.

 

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