«En una relación, lo más importante es que exista un proyecto en común»

El amor no siempre es perfecto, más bien predomina la asimetría: parejas en las que uno de los miembros «resalta» por encima del otro, y tiene mucho que ver con el poder, como la relación entre un jefe y un empleado en la que el primero ejerce poder sobre el primero.

Cuando esa balanza se inclina totalmente hacia un lado u otro en términos de compromiso, es posible que se esté lidiando con una relación desigual o asimétrica, que podría resultar perjudicial a largo plazo. «En las relaciones, generalmente hay una persona que tiene mucho poder y otra menos. Como un jefe y un empleado», comenta Sebastián Girona, psicólogo especialista en vínculos. Por tanto, habría que preguntarse cuando estamos en pareja cómo circula el poder dentro de nuestra relación y cómo de equitativamente trabajamos juntos.

Además…

Estas son las claves para tener una relación de pareja sana y duradera

El malo de la película, como lo llama el experto, suele ser aquel que está más arriba en la relación y decide a qué colegio enviamos a los niños, dónde nos vamos de vacaciones o en qué barrio vivimos. Sin embargo, la ecuación no es tan sencilla: el que está más abajo, también tiene mucha responsabilidad en que esto suceda y se sostenga en el tiempo. Para representarlo, él juega mucho con la figura del empleado del mes: el que hace caso en todo y asiente cuando el otro toma las decisiones importantes. Así es como existen las conocidas parejas asimétricas, en las que la igualdad no suele estar muy presente.

¿Uno da más que el otro? No necesariamente, pero como cuenta el psicólogo, uno de los miembros de la relación tiene más derechos y menos obligaciones y, por ende, el otro tiene menos derechos y más obligaciones que el primero. «Esto pasa cuando se distribuye inequitativamente el poder que circula dentro de la pareja. Esto puede pasar en parejas heterosexuales, homosexuales, con chicos de 20 o con adultos de 40, 50, etc.».

Parejas asimétricas
No obstante, esto no le ocurre, ni mucho menos, a todas las parejas… «No pasa en todas las relaciones pero pasa más de lo que pensamos. Muchas parejas se forman por opuestos que se complementan y desde esta lógica en estas parejas hay uno que es el que más propone, el que toma la iniciativa y otro que es más de acompañar, de sumarse a la propuesta. Esto no está mal, no necesariamente es negativo, el problema es cuando estos rasgos se profundizan demasiado, se enquistan y se instalan dentro del vínculo creando una lógica de jerarquías en donde uno está muy por encima del otro como si fuera un jefe que decide todo y donde el otro, el que está debajo, termina acatando todo lo que decide el de arriba como si fuera el empleado del mes.

Y ¿cómo se detecta que se está en una relación asimétrica? Sebastián Girona comenta que en estas parejas uno tiene bastante más poder que el otro, «tienen roles rígidos que no se pueden mover tal como yo me ocupo de los pagos y tú de las compras, por ejemplo, y no se puede modificar, estas parejas también tienen problemas para pasar tiempo solos, suelen quedar mucho con familia o amigos pero les cuesta la intimidad cuando están solos, les cuesta conectar. Además también a estas parejas les cuesta mucho dialogar acerca de lo que pasa en la relación y si tenemos en cuenta que el dialogo es el oxigeno de la pareja esta parte es crítica. También las diferencias de sus integrantes alejan en lugar de ser una oportunidad para el enriquecimiento mutuo.

En su opinión, «lo que es importante para el vínculo, es que exista un proyecto de pareja que nos unifique y, al mismo tiempo, un proyecto propio que nos enriquezca también de forma individual». 

Generated by Feedzy