El yoga es una forma fantástica de despertar y vigorizar la mente y el cuerpo. El movimiento fluido hace que el corazón bombee con ganas y que los músculos trabajen, y concentrarse en la respiración puede ayudar a calmar y despejar la mente. Todo esto lo dicen los numerosos estudios que han demostrado que el yoga puede ayudar a mejorar su fuerza y flexibilidad, y la práctica regular puede ayudar a reducir los dolores y molestias, la presión arterial alta, el estrés y los síntomas de depresión. Y todos estos beneficios los encontramos también en el awakening yoga, un tipo de yoga progresivo creado por Patrick Beach y Carling Harpes.
¿En qué consiste? Esta práctica tiene como base el Hatha-Vinyasa con un mayor enfoque a la auto indagación, a que seas capaz de conectar con tu cuerpo y sentir cómo adaptar la práctica a ti, a través de las herramientas que te ofrece el instructor. Isabel Navalón, profesora de Awakening yoga en The Garden, centro de Bienestar en Madrid, cuenta que esta actividad rinde homenaje a la naturaleza tradicional de la práctica del Yoga, «con la intención de obtener practicidad y funcionalidad en las asanas (posturas), construyéndolas para los cuerpos y las mentes de hoy. Es una práctica que fomenta la exploración personal, la potencialidad y la libertad de movimiento tanto del profesor como del alumno».
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Al parecer, cualquier persona puede iniciarse en la práctica de yoga y por ende de Awakening yoga. La profesora asegura que «solo hacen falta ganas, constancia y auto-escucha».
Beneficios del Awakening
Haciendo referencia al nombre, es un estilo que busca el ‘despertar’ en todos los sentidos, por lo que se trata de una práctica idónea en las primeras horas del día, aunque en The Garden también pueden encontrarse otros horarios.
Isabel Navalón, profesora de Awakening yoga.
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Imagen cedida
Es fundamental crear nuevos patrones de movimiento donde el cuerpo tenga cada vez más espacio donde moverse y no reciba el mismo estímulo de forma continuada. «A nivel físico, mental, espiritual… la intención es conectar con nuestra esencia, nuestra naturaleza y buscar en la práctica un auto-cuidado a través de un trabajo a nivel físico y energético, combinando en las clases la práctica de coordinación, fuerza, equilibrio, movilidad y flexibilidad mediante diferentes secuencias creativas partiendo de una base funcional», asegura la experta. Esta práctica ayuda además a tener una mayor conciencia y favorece la capacidad de concentración así como proporciona paz interior, reduce la ansiedad y mejora la calidad del sueño.
«En The Garden las clases duran entre 60 y 75 minutos, pero también hay prácticas de menor y mayor duración, como es ‘Full Solar Vinyasa’ con alrededor de 100 minutos de práctica y es una gran introducción al awakening yoga ya que trabajamos con todo el cuerpo a través de 12 secuencias base», explica. Con esta práctica buscan meditar en movimiento mediante subidas y bajadas de energía, lo que supone tanto un reto mental como físico donde jugar y fluir.