‘Las verdades del barquero’ es una expresión que alude a decir la cruda verdad aunque se trate de malas noticias. Nos rodean muchas verdades del barquero aunque cada vez están más escondidas, ya sabemos que hoy en día sentirnos ofendidos es casi una moda. Si al revisar la etiqueta de un producto con propiedades, supuestamente, adelgazantes podemos advertir una leyenda que explica que para conseguir los efectos deseados hay que llevar una vida activa y una dieta equilibrada, lo primero que deberíamos cuestionar es qué está consiguiendo resultados ¿el producto o mi estilo de vida?
Detrás de esta letra pequeña solo hay una explicación y es que los fabricantes saben lo que va a ocurrir: la decepción general del consumidor ante las expectativas que habían imaginado. Se dice que el sentido común es el menos común de los sentidos, no deberíamos tener que leer estos avisos para entender que en ningún caso vamos a conseguir cuerpos de anuncio con un batido, o con siete minutos de ejercicio diario, pero es bonito creérselo. Estas promesas imposibles de cumplir acaban haciéndote pensar que has fracasado, cuando en muchas ocasiones lo que ocurre es que ni has empezado. Si a menudo te has hecho el firme propósito de empezar a hacer ejercicio, pero fracasas una y otra vez cambia estas expectativas:
Será rápido
No es raro que muchos productos o sistemas de entrenamiento te garanticen un resultado que llega en poco tiempo. Hoy en día se venden muchos planes a treinta días. Es verdad que plantear objetivos a muy largo plazo desanima a muchísimas personas y que lo importante es empezar, pero empezar para abandonar solo hace bien a quien te ha cobrado la cuota, para el que paga es muy destructivo anímicamente, además de caro si tenemos en cuenta que hemos tirado el dinero.
No conviene echar la culpa de lo que nos pasa a nuestro entorno, pero tampoco sería justo obviar que nos hablan de caminar diez mil pasos como si fuera una píldora mágica de salud que ya contiene todo lo necesario, o que con tablas básicas de unos pocos minutos tendremos unos glúteos firmes. Eso si hablamos de ejercicio, pero a nivel nutricional está más de moda discutir sobre el azúcar que tiene un dátil que hacer una revisión seria de nuestra dieta en conjunto. Y en medio de todo este lío, te prometen resultados en tiempo récord, algo que por otra parte no nos queda muy claro qué se considera récord, pero si te hablan de meses o incluso años pocos van a ser los clientes, porque casi nadie es tan paciente. Cuanto más retador sea tu objetivo, ya sea perder treinta kilos o correr una maratón con solvencia, mayor ha de ser tu horizonte temporal. Los métodos milagrosos que consiguen resultados relámpago o son mentira o no son nada saludables.
Medir el éxito o el fracaso en la báscula
Tu peso o tus centímetros son indicadores son perfectamente válidos, pero no necesariamente implican resultados positivos para nuestra salud. Si te prescriben un batido mágico sustitutivo a las comidas durante todo un mes acabarás perdiendo peso y centímetros. Nada que objetar, pero claro cuando dejas el batido se producirá el famoso efecto rebote que te devuelve todo lo perdido y un poco más. Tras haber pasado un mes de auténtico asco, en tres o cuatro días estás como antes ¿no es para abandonar y no volver a intentarlo?
Los kilos es un dato incompleto que puede no reflejar la realidad de lo que está pasandoUna dieta excesivamente restrictiva o un plan de entrenamiento demasiado duro pueden conseguir el mismo efecto: indudablemente funcionan, tanto en kilos como en centímetros, pero son insostenibles, incluso a medio plazo, por lo que acaban en abandonos y una sensación de que lo mal que lo hemos pasado en el intento no merece en absoluto la pena.
Sin esfuerzo
Hoy en día todo es sin esfuerzo, al alcance de un solo clic. Lo veo, me gusta, lo necesito, lo compro y en veinticuatro horas (si no es inmediato) disfruto del producto que hasta hace veinticuatro horas ni conocía ni me importaba un pimiento.
Sin esfuerzo, no hay recompensa. Suena un poco espartano pero es real. Si te toca la lotería, ha sido suerte. Todos sabemos lo que significa la suerte. Es altamente improbable que ocurra. Pero hasta en ese caso, has tenido que realizar el esfuerzo de pagar por tu número, has querido participar. ¿Piensas que en términos de salud esto funciona de manera diferente? ¿Crees que por hacer un poquito de ejercicio muy de vez en cuando, o tomar un comprimido de algo por las mañanas sin hacer nada más, tendrás una salud de hierro o una figura de anuncio?
Los resultados llegan con esfuerzo. En términos generales hay una curva de esfuerzo proporcional a tus objetivos. Creo que es evidente. Si quieres correr una maratón en un mes viniendo del sedentarismo, cosa que no deberías hacer en ningún caso, vas a pasarlas canutas. Si tu objetivo está más enfocado a cambiar tu vida y hacerla más saludable, el esfuerzo diario será más asequible, pero tu principal enemigo será que este cambio requiere constancia y tiempo. No hay métodos mágicos ni milagrosos, pero debemos entender que el resultado final merece mucho la pena.