Seguro que te has encontrado con personas a las que les cuesta establecer relaciones que sean íntimas, profundas y duraderas, que no suelen buscar apoyo en otros y que cuando un vínculo empieza a volverse ‘serio’, salen huyendo o lo boicotean.
En estos casos es posible que sufran apego evitativo. ¿Lo conoces?
Moisés Suárez, psicólogo en Mundo Psicólogos, indica que el
apego evitativo
comienza a desarrollarse en el transcurso de la primera infancia y suele manifestarse en niños cuyos progenitores no estuvieron disponibles emocionalmente y no dieron respuestas a sus necesidades.
«Lo que aprenden con esto es que identificar y demostrar las emociones y necesidades va a desencadenar un castigo o rechazo. Como respuesta, el infante aprende a reprimir el deseo natural de buscar a sus progenitores para que le protejan del miedo, dolor o lo que estén sufriendo en ese momento», explica Suárez.
Posibles causas
Un apego por evitación puede estar relacionado con que los progenitores manifiesten las siguientes características:
– Falta de conocimiento sobre cómo apoyar a su hijo.
– Pocas habilidades de empatía.
– Enfadarse o separarse físicamente del niño cuando muestra reacciones emocionales.
– Sentir presión por las responsabilidades que conlleva la paternidad o maternidad.
– No haber desarrollado un sentido de compromiso.
– Tener ellos mismos un estilo de apego evitativo transmitido por sus cuidadores y que ahora ellos sin querer están transmitiendo.
– Suprimir sus propias emociones o las de su infante.
Consecuencias en la vida adulta
Quienes presentan apego evitativo procuran desconectarse y no hablar de sus emociones y sentimientos, pues lo consideran una debilidad. De esta forma aprenden a calmarse a sí mismos y sienten que solo pueden confiar en ellos, pues temen que lo que compartan sea utilizado en su contra, les dañen o les traicionen.
Esto deriva –declara Moisés Suárez– de la falta de reconocimiento de las emociones, tanto propias como ajenas, por el hecho de que en su infancia no han contado con ese ‘entrenamiento’.
Clara Ponce Grosso, psicóloga en Cepsim, añade que las personas con este tipo de apego evitan sentirse y mostrarse vulnerables y tienden a evitar el contacto físico y las muestras de cariño, resultando en ocasiones fríos. «Además son muy dependientes en sus relaciones, pero parecerán todo lo contrario, y pueden llegar a ser muy recelosos con su espacio personal».
Consejos para superarlo
Superar el apego evitativo requiere de esfuerzo y dedicación, pero conlleva grandes beneficios. A continuación, Ponce Grosso enumera algunas recomendaciones que son de gran utilidad:
1. Ampliar y mejorar las estrategias de gestión emocional. No hay por qué cambiarlo todo, pero sí facilitar una evolución. Se pueden buscan estrategias de evasión más sanas como viajar, ir al cine o escuchar música. Esto se puede hacer de forma individual o con la pareja.
2. Aprender a reconocer las emociones y comprender la función que tiene cada una. Esto es importante, porque nos aportan información sobre cómo nos afecta el entorno y nuestro propio mundo interior. Es necesario aprender a identificarlas y relacionarnos con ellas adecuadamente.
3. Esforzarse por compartir sentimientos y muestras de afecto con la pareja, aunque cueste. Para facilitar esta tarea se puede empezar por compartir aquello con lo que uno se sienta más cómodo. Por ejemplo, si decir «te quiero» resulta muy difícil, se puede buscar una manera más simple de expresar lo feliz que te hace tu pareja o lo bien que lo pasáis juntos. Y poco a poco se aumentará el nivel de dificultad a la hora de expresar el afecto con el fin de obtener una mayor intimidad.
4. Normalizar la existencia de conflictos en las relaciones y entender la importancia de afrontarlos con la pareja. En este sentido, es tremendamente útil no dejar pasar las pequeñas discusiones, sino aprovecharlas como una oportunidad para mejorar la comunicación en pareja.
5. En relación con el punto anterior, dado que la tendencia de las personas con apego evitativo es aplazar las conversaciones importantes, es aconsejable buscar herramientas que les permitan sentirse más seguras para abordar los problemas en una fecha cercana al evento. Estas irían orientadas a relajarse, pensar lo que se quiere decir, buscar un momento y un espacio en el que poder hablar…
Cómo afecta a las relaciones de pareja
En las personas que tienen apego evitativo, señala Moisés Suárez, las interacciones sociales y los lazos permanecen en la superficie: «A menudo buscan relaciones y disfrutan de pasar tiempo con su pareja, pero pueden sentirse incómodos cuando las relaciones se vuelven muy íntimas, pudiendo percibir que sus parejas quieren demasiado».
Se podría decir que ponen una barrera emocional, ya que te permiten estar cerca de ellos, pero no te dejan entrar. Cuando las cosas se ponen serias, es probable que se cierren en sí mismas. «En este punto podrían intentar encontrar una razón para terminar la relación», apunta.
Estas personas suelen estar concentradas en sí mismas y en sus propias comodidades y, en gran medida, ignoran las emociones e intereses de otras personas. La respuesta que se produciría ante un conflicto, discusión o cualquier situación estresante, aclara el experto, es volverse distante.