Llegas de trabajar y estás tan cansado que solo tienes ganas de sentarte en el sofá, poner esa serie que llevas a la mitad y ya si acaso mañana bajas a hacer la compra. Puedes hacerlo en ese momento, es más, antes de haber subido a casa podrías haber pasado por el súper pero… ¡Qué pereza! A esto se le llama procrastinar y tiene mucho que ver con la conocida ley de Parkinson.
La Ley de Parkinson establece que el trabajo se expande hasta llenar el tiempo del cual disponemos para su realización. Pongamos un ejemplo: supongamos que la ejecución de una tarea se estima en cuatro días. Ahora pongamos el caso de que podría hacer en la mitad de tiempo, dos días, y que la tarea está sobreestimada. Si se cumple la ley de Parkinson, la ejecución de esta tarea se extenderá hasta los cuatro días. Como ilustra el proverbio inglés: «El hombre más ocupado es el que tiene tiempo de sobra».
Tal como cuenta Beatriz Gil Bóveda, psicóloga especialista en autoestima, liderazgo y desarrollo personal, y fundadora & CEO de Psique Cambio, esta ley fue enunciada por primera vez en un ensayo satírico escrito para la revista The Economist en 1955 por el historiador naval británico Cyril Northcote Parkinson, quien luego escribiera un libro titulado ‘La Ley de Parkinson: la búsqueda del progreso’: «Su historia en el ensayo habla sobre una mujer cuya única tarea del día era enviar una postal. Como tiene todo el día para hacer esta tarea, dedica una hora a buscar la tarjeta, media hora a buscar sus lentes, 90 minutos a escribir la tarjeta, y así sucesivamente hasta que ocupa todo el día».
El esfuerzo total que a un hombre ocupado le llevaría tres minutos, puede así dejar a otra persona postrada tras una jornada de dudas, angustias y esfuerzo. Beatriz Gil Bóveda señala que su historia tiene como objetivo «explicar cómo el trabajo se expande hasta ocupar todo el tiempo que se le asignó. Si bien el ejemplo de Parkinson puede parecer extremo, la realidad es que todos lo hemos experimentado de alguna manera».
En resumen, esto quiere decir que si dispones de un día para realizar una tarea, vas a emplear un día en hacerla. Sin embargo, si dispones de un mes, tardarás un mes. De hecho, y tal como indica la psicóloga, Parkinson también afirmó que cuanto más tiempo dedicamos a hacer una tarea, más compleja se vuelve y más difícil es acabarla. Si tenemos mucho tiempo por delante, nos fijamos mucho más en los detalles y tendemos a divagar, intentando cubrir hasta los aspectos mínimos de la tarea. En cambio, si disponemos del tiempo justo, vamos al grano, sin darle tantas vueltas al asunto.
Administración del tiempo
A todos nos ha pasado que estiramos el chicle todo lo que podemos… A Beatriz se le vienen a la mente más ejemplos, como los estudiantes que disponen de todo el trimestre para estudiar y acaban haciéndolo la noche antes del examen; cuando debemos entregar una tarea en el trabajo y acabamos posponiéndola hasta un par de horas antes del deadline y durante ese periodo de tiempo hacemos todo lo que no habíamos hecho…
Estos patrones de conducta, por tanto, nos hacen perder mucho el tiempo y nos generan ineficiencia. Desde su formulación, se ha verificado la validez de la Ley de Parkinson con el objetivo de crear nuevas metodologías de trabajo y gestión del tiempo para lograr mayor eficiencia.
Cómo lograr mayor eficacia
La psicóloga Beatriz Gil Bóveda enumera cuáles serían los pasos a seguir para dejar este tipo de procrastinación de lado y ser más responsables con lo que teneos pendiente. De esta forma, no se desperdicia el tiempo y se puede emplear para hacer otras cosas, es decir, ser más productivos…
– Crear un planning de trabajo muy específico y estratégico. «Puedes utilizar la metodología SMART de fijación de objetivos que te ayudará a establecer una meta macro y dividir el trabajo en subtareas».
– Establece un tiempo límite para cada tarea. Calcula el tiempo que necesitas para establecer plazos realistas.
– Prueba herramientas de gestión del tiempo, como la técnica Pomodora que consiste en fijar sesiones de tiempo para trabajo concentrado separadas por descansos breves y frecuentes. Por ejemplo, dedicarle 25 minutos a la tarea con foco y descansar 5 minutos. Repetir en bloques de 4 veces.
– Realizar seguimiento de los avances y bloqueos. Lo que no se mide no se puede mejorar.
«Cuando comprendes qué es la Ley de Parkinson, cómo funciona y logras identificar cómo te está afectando en tu día a día, puedes usarla a tu favor. Si pones en marcha un planning estratégico, priorizas tareas importantes y fijas plazos realistas, podrás abordar más tareas en menos tiempo y así conciliar el trabajo de la vida personal y tener más equilibrio», concluye la experta de Psique Cambio.