Weinsberg CaraBus: ¿qué ventajas tiene un camper gran volumen?

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Latendencia del camper parece estabilizarse en España, con una demanda continua de este tipo de modelos y la implicación de firmas en el desarrollo de nuevas propuestas. Al icono del segmento, el Volkswagen California, nadie le rechista, pero cada vez existen más alternativas. Por ejemplo, no todo el mundo está dispuesto a viajar sobre ruedas con lo mínimo e indispensable, renunciar al placer de una buena ducha o cocinar sus platos durante la aventura. Si te has sentido identificado, debes buscar un camper gran volumen como el Weinsberg CaraBus.

Lejos quedó la época en la que existían autocaravanas o caravanas, dos de los segmentos más recurrentes en España. Somos un país dado a la acampada y no es de extrañar, tenemos los mejores campings de Europa y lo dicen asociaciones alemanas, francesas y holandesas. Sin embargo, la necesidad de escapar de una rutina, vivir sin horarios y cambiar de paisaje a menudo ha incentivado el uso de los campers, antes reducidos a unos pocos “hippies” y escaladores.

Vivir con poco es prometedor, pero poco realista para la gran mayoría de personas. Estamos acostumbrados a una serie de comodidades y hábitos que son inviables en un camper pequeño, como por ejemplo ir al baño antes de acostarnos. Algo tan básico se convierte en un desafío para las mujeres si estamos acampados en medio de un bosque, en una playa o en un área de autocaravanas sin servicios públicos. De ahí que los WC portátiles sean de los primeros accesorios en añadir cuando planeas una camperización, junto con la ducha y cajones para poder guardar todos los “por si acaso” que acompañan a un viaje con la casa a cuestas.

Ahora imagina que puedes cocinar tu plato favorito, leer el libro que retrasaste por falta de tiempo y, todo esto, en un lugar alejado de la civilización, en paz y silencio. Todo eso puedes hacerlo en un Weinsberg CaraBus 600 MQ y conducir hasta ahí será como hacerlo con un Ford Transit.

Los camper gran volumen están a medio camino entre un camper y una autocaravana, ofreciendo lo mejor de los dos mundos, pero también algún inconveniente. La versión probada del CaraBus mide 5,99 metros de largo, pero también está disponible en 5,53 metros. La altura de ambos es de 2,74 m exterior y 2,05 en su interior. Este punto es el más complicado, dado que no podremos entrar en parkings privados o de ciudades como sí podríamos con un California o cualquiera de sus rivales. A cambio, tendremos un interior cómodo para adultos y con espacio suficiente para disfrutar de la acampada en su habitáculo.

La cocina se encuentra en la entrada, a la izquierda, dejando la parte frontal de la puerta para el salón de cuatro personas. Los asientos delanteros se giran y, gracias a la función de mesa extensible, el copiloto también podrá comer sin incomodidad. Además, la cocina es de lo más apañada, con una nevera en el lateral de 78 litros con congelador (90 l total). Colocarla así mejora la movilidad en el pequeño pasillo del CaraBus, que también incorpora fregadero y dos fogones. En la versión larga, gana unos centímetros de mueble para poder preparar y trabajar la comida.

Pero es el baño completo lo más importante en un camper gran volumen, el detalle que marca la diferencia. En este caso, y en la configuración 600 MQ, la ducha es muy amplia e incluso un adulto de 1,80 m podrá refrescarse sin sentirse agobiado. Además, los depósitos de aguas limpias (100 litros) y grises (75 litros) conceden una autonomía de entre 3 y 5 días, un dato muy bueno tratándose de un segmento compacto.

La cama transversal posterior ( 1,94 x 1,52 y 1,40 metros) no es el único catre que encontramos, dado que con un juego de mobiliario y cojines podemos añadir una cama individual (1,80 x 0,70 metros) a la zona del sofá, mesa y asiento del conductor. Eso sí, el invitado no dormirá tan cómodo como lo harán la pareja de atrás, que en el caso de la 540 MQ también cuentan con un tamaño más que aceptable de 1,94 m por 1,40 y 1,25 de ancho por la presencia del baño.

Conducir un camper gran volumen es como hacerlo con una furgoneta, en este caso como un Ford Transit. Hace apenas dos años, Fiat copaba el mercado del caravaning con su Ducato y la fiabilidad de una caja que se ha testeado y camperizado durante décadas. La pandemia ha afectado drásticamente a su capacidad de producción, retrasando las entregas de vehículos hasta el punto de obligar a buscar alternativas. Es ahí donde otros comerciales han dado la cara, con un producto igual de válido en su tren motriz y con precios ajustados.

El CaraBus de Weisberg monta el bloque diésel de 130 CV. Su conducción es casi idéntica a la de un turismo, excepto por una posición de conducción más elevada y la colocación del cambio en una zona algo baja. Los únicos aspectos a tener en cuenta vienen derivados del mobiliario y su tamaño, como son el peso a la hora de frenar y el impacto del viento cuando circulamos por vías rápidas o adelantamos a un camión. En cualquier caso, en apenas media hora te habrás acostumbrado a sus dimensiones, la distancia de frenado y los vaivenes habituales de este tipo de modelos.

El nivel de equipamiento del salpicadero no es de los mejores, algo tosco y ajustado a nivel digital, pero permite rebajar el coste final y mejorar los tiempos de espera en entregar el camper. En ese sentido, si priorizas una conducción conectada y la compatibilidad con tu smartphone, elKnaus Tourer Van probado hace unas semanas es mejor opción.

 

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