“No se puede llegar a una negociación con una propuesta que humilla al contrario“. Con esta afirmación referida a la negociación de los presupuestos, la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, intentaba ayer marcar distancias con Isabel Díaz Ayuso, cuyo resultado electoral el próximo mes de mayo va a depender, entre otros, de cómo consiga achicar el espacio de Vox. Con esa frase, la portavoz de la fuerza de ultra derecha en la Asamblea de Madrid se desmarcaba de Ayuso en dos planos. Por un lado, situó a su partido como “contrario” al PP, procurando alejarse de esta otra formación conservadora a pesar de dirigirse a un votante del mismo espectro político. Por otro, intentó que quedara en evidencia que el PP en Madrid no se basta por sí mismo en la Asamblea, sino que depende de la voluntad de Vox para que sus iniciativas parlamentarias salgan adelante.
Las elecciones autonómicas se dejan notar ya en cada una de las intervenciones, iniciativas y propuestas de los grupos políticos, y este movimiento de Monasterio no escapa de esa estrategia, Vox necesita posicionarse como diferente y necesario si no quiere que el PP de Ayuso arrase con ellos como hizo con Ciudadanos en las elecciones de 2021. “Todo lo que hacen los partidos, cualquiera, es ya campaña electoral”, reconocía un parlamentario madrileño del PP. El mismo que no parecía temer por la decisión de Vox de aparentar distancia respecto a su partido ni sobre los propios presupuestos: “¿Qué van a hacer, votar en contra como van a hacer los partidos de la izquierda?”.
Estrategia electoral
El año pasado por estas mismas fechas, PP y Vox habían hecho ya público su acuerdo de presupuestos. La negociación se fraguó durante las semanas previas a que comenzara el debate del proyecto en la Asamblea, pero desde entonces, Vox no ha conseguido avanzar en las encuestas y Ayuso, al menos de momento, está entre repetir resultados o mejorar. Entre la mayoría simple que tiene ahora o una mayoría más cercana a la absoluta, que es lo que busca y necesita no solo para repetir en el cargo sino para poder seguir en la liga de barones del PP que hablen al oído de Alberto Núñez Feijóo.
En la cúpula de Vox “son conscientes de que no importa el candidato que pongan contra Ayuso”, saben que “ella gusta” a su electorado y que “no pueden mejorar resultados”, apuntan fuentes del PP en el Congreso de los Diputados, convencidas de que Vox solo puede jugar a mantenerse, “y ni siquiera eso”. Lo cierto es que en la formación que lidera Monasterio en Madrid, desde que comenzó el curso en septiembre han intentado poner en aprietos a Ayuso, primero con la amenaza de sacar adelante una comisión de estudio sobre las residencias de mayores en la región, más tarde amagando con tumbar la ley de defensa de autonomía financiera, en la que Ayuso quiere apoyarse para recurrir la ley del Gobierno sobre el impuesto de patrimonio, y ahora dejando caer que podrían no votar los últimos presupuestos de la legislatura. Pero a pesar de los esfuerzos de Monasterio por desmarcarse de Ayuso y de intentar acorralar a su Gobierno en el ámbito parlamentario, las encuestas publicadas en las últimas semanas no anotan modificaciones a su favor.
Negociaciones congeladas
Mientras Vox busca su espacio, en el PP siguen hablando con cierta condescendencia sobre el peso que tienen sus amenazas. Además, sugieren que no están negociando limpio cuando “a pesar de conocer el proyecto de presupuestos desde hace dos meses, hace solo dos días” que presentaron sus propuestas. Monasterio tampoco es rotunda cuando se le pregunta si la negociación está rota, se limita a decir que en estos momentos el PP ha intentado “humillar” a sus votantes al ignorar todas sus propuestas y su formación emplaza al final de la fecha límite de los presupuestos para conocer el sentido de su voto. Es decir, las negociaciones no están rotas, solo congeladas por su parte. Su argumento es que han sido muy “generosos” con el PP y con Ayuso durante toda la legislatura, sin embargo, no ve retorno en ese altruismo parlamentario, porque el PP no recoge sus propuestas o porque no se traduce en mejoras demoscópicas.
Mientras, su objetivo es registrar hoy sus enmiendas parciales, darlas a conocer y que se debatan en la Asamblea. Es decir, aprovechar las próximas tres semanas para que se sepa lo que Vox propone para los madrileños al tiempo que ponen de manifiesto que, al menos hasta ahora, el PP no ha querido apoyar ninguna de esas propuestas. En línea con lo que han defendido hasta ahora, sus enmiendas están relacionadas con bajadas de impuestos, reducción de organismos públicos, de publicidad institucional o de lo que llaman “gasto superfluo”, un menor presupuesto para Telemadrid y más ayudas para promover la natalidad. También han incluido esta vez una partida para que se fomente la ayuda de los mayores en casa y se reduzca así el traslado a las residencias.
Pero sobre todo, en Vox ponían ayer de relieve que tienen propuestas para mejorar la situación de los profesionales sanitarios. Subidos a la ola de apoyo a los médicos, aprovechando que ayer mismo se manifestaban en la puerta de la Asamblea de Madrid y que entre estos profesionales hay votantes de todos los colores políticos, los de Monasterio buscan hacer un guiño a los que están contra Ayuso por su gestión de la sanidad pero no en otros asuntos más ideológicos. Al analizar sus propuestas, se encuentran dos muy concretas para los médicos: incrementar su salario, en línea con lo que el sindicato médico Amyts ha solicitado en la mesa de negociación para suspender la huelga, y una partida extra de un millón de euros para pagar a los pediatras que están atendiendo a menores que no tienen pediatra asignado.
Autodeterminación de género
De momento, lo que sí consiguieron ayer en Vox es que Ayuso dijera en sede parlamentaria con más rotundidad que otras veces que está dispuesta a suprimir el concepto de “autodeterminación de género” de la legislación vigente en la Comunidad, es decir, a modificar las leyes autonómicas de igualdad (la de Identidad y Expresión de Género e Igualdad Social y no Discriminación y la de Protección Integral contra LGTBIfobia y la Discriminación por Razón de Orientación e Identidad Sexual): “Su pregunta es si voy a eliminar el concepto de autodeterminación de género de la legislación vigente en la Comunidad de Madrid y la respuesta es que desde este grupo parlamentario, porque esto se hace desde aquí, desde esta Cámara, la respuesta es sí”,
La promesa la viene haciendo Ayuso desde que preside el Gobierno en solitario, pero hasta ahora no ha querido modificar las leyes como contraprestación al apoyo de Vox y en los últimos meses se ha escudado en la ley trans nacional para no abrir aún en canal las normas regionales. De hecho, cuando al escuchar las palabras de Ayuso Monasterio reaccionó diciendo que la próxima semana le trae una propuesta para modificar la ley, la presidenta regional frenó el ímpetu derogador de la dirigente de Vox amparándose precisamente en los tiempos y en la tramitación de la ley en el Congreso: “Vamos a ver qué engendro fabrican con esta ley, antes de tomar una decisión equivocada en esta Cámara”. Pero la promesa quedó formalizada: “Desde aquí corregiremos todos los excesos. Somos conscientes de que habrá muchos, pero hay que hacerlo con cabeza”.