Villaplane, el capitán de Francia que acabó fusilado por nazi (1930)

Francia, una de las pocas selecciones europeas que acudió al primer Mundial, disputado en Uruguay en 1930, tiene el honor de haber marcado el primer gol de la historia del torneo. 

Lo marcó Lucien Laurent el 13 de julio ante México: ese partido también lo jugó Alexander Villaplane, capitán del equipo galo y protagonista de una turbulenta historia con un final no precisamente feliz. 

Había nacido en 1905 en Argel, entonces colonia francesa. A los 16 años se trasladó a Francia para jugar en el Sète (Cette según la terminología de la época; el cambio de nombre de la ciudad no llegó hasta 1928), donde demostró su talento futbolístico, pero también un carácter complicado y una ambición sin límites.

Peleado con sus compañeros del Cette, se fue a un equipo de Segunda, el Vergèze. En 1926 fue convocado por la selección francesa y participó en los JJOO de Amsterdam, en 1928.

El fútbol no era aún del todo profesional en Francia, pero Villaplane se las arreglaba para recibir dinero bajo cuerda o disfrazar sus ingresos con empleos ficticios. Era un buen futbolista y varios equipos se disputaron sus derechos: eligió el Nimes y luego se fue al Racing de Paris, donde llevó una vida de bohemio. Gastana mucho dinero en cabarets y sobre todo, en apostar en carreras de caballos.

De escándalo en escándalo

Tras participar en el Mundial de 1930, Villaplane firmó por el Antibes. En 1932, la federación francesa aceptó el profesionalismo, pero esa misma temporada Villaplane se vio envuelto en un escándalo de compra de partidos. Fue expulsado del Antibes.

Fichó por el Niza, pero su comportamiento dejó mucho que desear: pasaba más tiempo apostando que entrenándose. El equipo bajó a Segunda y fue despedido.

Tenía 29 años cuando dejó el fútbol: empezó a ser noticia por sus implicaciones en asuntos turbios (apuestas clandestinas y vínculos con el crimen organizado).

El estallido de la Segunda Guerra Mundial destapó la cara más cruel de Villaplane. Cuando la Alemania nazi invadió Francia, Villaplane se sumó a las hordas de Henri Lafont, uno de los cabecillas de la ‘Carlingue’, la Gestapo francesa que perseguía a los miembros de la resistencia.

Villaplane se especializó en una tarea perversa: chantajeaba a los judíos, pidiéndoles grandes cantidades de dinero para salvarlos de los nazis, y cuando cobraba, los delataba sin piedad o los entregaba directamente a los alemanes.

El ex capitán de la selección francesa llegó a ser uno de los jefes de unas milicias asociadas a los nazis que se llamaron Brigada del Norte de África, formada por colaboracionistas de origen magrebí que perseguían a los judíos.

La matanza de Oradur

También se le vinculó a la matanza de Oradour-sur-Glane, un pueblecito francés en el que todos sus habitantes (643) fueron salvajemente asesinados.

A mediados de 1944, Villaplane intuyó que Hitler perdería la guerra. Intentó lavar su imagen ayudando a algunos judíos, pero los miembros de la resistencia lo tenían fichado. Estuvo a punto de ser linchado en agosto de 1944, cuando París fue liberada.

Fue juzgado por colaboracionista con el régimen nazi y condenado a muerte el 1 de diciembre de 1944: fue fusilado el 26 de diciembre de ese mismo año en el fuerte de Montrouge, a las afueras de París.

 

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