El Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA ha registrado una imagen asombrosa del gigante de hielo, Urano. La novedosa imagen muestra un panorama espectacular de sus anillos y características luminosas en la atmósfera.
Los datos del Webb evidencian la capacidad sin precedentes del observatorio para detectar los tenues y polvorientos anillos del planeta, algo que solo se había logrado antes por parte de la sonda Voyager 2 en 1986. Sin embargo, cuando Voyager 2 observó Urano, su cámara solo mostró una esfera de color verde azulado prácticamente sin rasgos distintivos en longitudes de onda visibles.
Gracias a las longitudes de onda infrarrojas y la mayor sensibilidad de Webb, ahora podemos apreciar más detalles que evidencian la dinámica atmosférica de Urano. Concretamente, la imagen infrarroja, captada por la cámara de infrarrojo cercano de Webb (NIRCam), combina datos de dos filtros, a 1.4 y 3.0 micras, representados en azul y naranja, respectivamente. El resultado es una imagen en la que el planeta presenta un tono azulado.
De este modo, el JWST logró tomar imágenes de 11 de los 13 anillos conocidos que giran alrededor del planeta, incluidos los dos anillos interiores. Finalmente, el telescopio capturó un buen puñado de las 27 lunas conocidas de Urano, aunque no todas porque algunas son demasiado pequeñas.
Con todo, esto solo ha sido fruto de una una breve imagen de exposición de 12 minutos de Urano con solo dos filtros. Así que es solo la punta del iceberg de lo que Webb puede hacer al observar planetas del sistema solar con una resolución sin precedentes.
URANO, UN MUNDO DE HIELO
Urano se caracteriza por ser un gigante de hielo debido a la composición química de su interior. Se cree que la mayor parte de su masa es un fluido caliente y denso de materiales ‘helados’ (agua, metano y amoníaco) sobre un pequeño núcleo rocoso.
El que es el séptimo planeta a partir del Sol es singular por su rotación lateral, aproximadamente a 90 grados respecto al plano de su órbita. Esto provoca estaciones extremas, ya que sus polos experimentan largos períodos de luz solar constante seguidos de igual cantidad de años de oscuridad total.
Urano tarda 84 años en orbitar el Sol, y actualmente es el final de la primavera en su polo norte, visible en la imagen. El verano en el hemisferio norte uraniano llegará en 2028. En contraste, cuando Voyager 2 visitó Urano, era verano en el Polo Sur, que ahora está en el “lado oscuro” del planeta, oculto y enfrentando la negrura del espacio.
El astrónomo William Herschel descubrió el planeta en 1785 y sugirió nombrarlo en tributo al rey Jorge III de Gran Bretaña. Urano ostenta el título de ser el primer planeta descubierto en la era moderna, ya que los planetas más próximos al Sol habían sido identificados en la antigüedad, mucho antes de que tuviéramos una comprensión clara de lo que constituye un planeta.