Tyre Nichols: El último caso de brutalidad policial dispara la tensión en EEUU

Estados Unidos contiene este viernes la respiración. Las autoridades de Memphis (Tennessee) van a publicar a las 7 de la tarde (1 de la madrugada en España) casi una hora de imágenes de vídeo que muestran con angustiosa e indignante crudeza, según se ha adelantado, como cinco agentes de policía negros dieron el 7 de enero una brutal paliza a Tyre Nichols, un hombre de 29 años también negro, que murió tres días después.

Aunque los agentes fueron despedidos la semana pasada y este jueves fueron imputados con cargos que incluyen el de homicidio en segundo grado, la brutalidad de la acción, y de las imágenes, hacía temer que vuelva a prender la llama de la rabia en las protestas organizadas no solo en Memphis, sino a lo largo y ancho del país.

Las llamadas a la calma llegaban de todas las instancias. Las hacía, por ejemplo, la familia de Nichols en una rueda de prensa este viernes, en la que Rodney Wells, esposo de la madre de la víctima, decía: “Queremos paz, necesitamos hacer esto pacíficamente”.

La había realizado también el presidente de EEUU, Joe BIden, que este mismo viernes ha hablado por teléfono con la familia de Nichols. En su comunicado la víspera sobre el caso afirmó: “La indignación es comprensible pero la violencia nunca es aceptable. Es destructiva y contra la ley. No tiene cabida en protestas pacíficas que buscan justicia”.

🚨President Biden just called Tyre Nichols’ parents. He talked to them for more than 10 minutes.
“He actually tattooed my name on his arm,” his mom told Biden.

“That’s what you call something special,” Biden replied.

We were in the room for the call. Here’s a snippet. pic.twitter.com/0gpfU1wmv6

— Emily Davies (@ELaserDavies) 27 de enero de 2023

“Salvajes”

El gran temor que se palpa en todo el país es que las imágenes hagan prender la llama de la ira, por más que en este caso las acciones contra los policías implicados hayan sido mucho más rápidas que en otros casos de violencia policial (un hecho tras el que Ben Crump, uno de los abogados de la familia Nichols, que también representó entre otras familias de víctimas negras de policía a la de George Floyd, ha sugerido que hay un factor racial al ser los agentes negros y no blancos).

Todo el que las había visto o había sido informado sobre su contenido antes de que se hicieran públicas se mostraba horrorizado. Christopher Wray, el director del FBI, que colabora en una investigación abierta por el Departamento de Justicia sobre la violación de derechos civiles de Nichols, reconocía este viernes su “consternación”. Admitía también que costaba encontrar las palabras para describir lo que capturaron las cámaras que llevaban los agentes, las de sus coches y las de seguridad de la zona donde se produjo el letal incidente.

Anthony Romanucci, otro de los abogados de la familia Nichols, que tuvo la opción de ver las imágenes el lunes, había explicado que se ve a los agentes tratándole “como a una piñata humana”. Y describía tres interminables minutos en los que Nichols, que había sido detenido por una supuesta conducción temeraria de la que no hay pruebas, fue golpeado y atacado con gas pimienta y una pistola de descargas eléctricas. “No solo fue violento, fue salvaje”, dijo el letrado.

Nichols se encontraba cuando recibió la brutal paliza a escasos 100 metros de la casa de su madre, adonde este hombre de 29 años, con un hijo de cuatro años, que era aficionado a la fotografía y el skateboard, iba a cenar como cada día aprovechando el descanso para comer en su turno de tarde noche de su empleo en FedEx. Según ha contado la familia, lo último que se captura en el vídeo es a Nichols llamando tres veces a su madre.

Las imágenes han sido demasiado para esa mujer, RowVaughn Wells, cuyo nombre Nichols llevaba tatuado en el brazo, y este viernes aseguraba que no las ha podido ver. En la rueda de prensa, además, imploraba también a todo el que tenga niños: “no les dejéis verlas”.

“Peor que Rodney King”

La jefa de policía de Memphis, Cerelyn Davis, primera mujer negra en el cargo, había advertido también de que en los vídeos se iban a ver “actos que desafían la humanidad”. Y consideraba que las imágenes podían ser “quizá peores que las de Rodney King”, el hombre negro que en 1991 sufrió otra brutal paliza policial en Los Ángeles tras ser detenido cuando conducía un camión. Aquel caso acabó en la exoneración de los agentes, desatando en 1992 una ola de revueltas que dejaron en Los Ángeles más de 50 muertos y miles de millones de dólares en gastos económicos.

Esta vez la velocidad con que se ha despedido y arrestado e imputado a los agentes (que el viernes quedaron en libertad tras pagar fianzas de entre 250.000 y 350.000 dólares), o la satisfacción expresada por la familia en la rueda de prensa con los cargos, el proceso y autoridades como la jefatura de policía o la fiscalía, podrían aliviar tensiones. Pero los excesos policiales que vuelven a quedar de manifiesto también pueden dispararlas.

Unidad polémica

En particular está ahora bajo intenso escrutinio la Scorpion Unit de la que formaban parte los agentes encausados. Se trata de una unidad especial creada en 2021, similar a otras puestas en marcha en departamentos de policía de otras ciudades de EEUU para combatir el crimen en las zonas más “calientes” de las urbes. En su funcionamiento (que incluye paradas de tráfico que se usan como pretexto para registros o detenciones) muchos identifican estrategias equivocadas y tintadas de racismo, por más que haya agentes de color en sus filas como en Memphis. Se señalan también a un uso excesivo de la fuerza y a la aparente impunidad.

Davis, la jefa de policía local, ha puesto en marcha una investigación sobre esa y otras unidades especializadas. Y este viernes los abogados de la familia Nichols urgían a ir más allá y desmantelarla inmediatamente. “¿Cómo podría la comunidad volver a confiar en una unidad Scorpion?”, ha planteado Romanecci en la comparecencia ante la prensa. “La intención era buena, el resultado final fue el fracaso”.

 

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