Hay tres jugadores de la plantilla del Sevilla, el próximo rival del Barça en la Liga, que se proclamaron campeones del mundo el pasado 18 de diciembre en el Estadio Lusail de Qatar. Marcos Acuña, Gonzalo Montiel y el Papu Gómez alcanzaron la gloria y formaron parte del grupo de futbolistas que, liderados por un antológico Leo Messi, bordaron la tercera estrella en la camiseta de la selección argentina.
Acuña, el único de todos ellos que es indiscutible en el Sevilla e imprescindible para Jorge Sampaoli, fue el efectivo del cuadro andaluz que tuvo más protagonismo en el Mundial. Solo se perdió un partido, las semifinales ante Croacia (3-0), y por sanción. Estuvo sobre el césped un total de 374 minutos y provocó un penalti –que transformó Messi– en la eliminatoria frente a Países Bajos (2-2, 3-4).
Aunque jugó bastante menos (118 minutos), Montiel fue más decisivo. Y no precisamente en los tiempos reglamentarios: marcó en las tandas de penaltis de los cuartos contra Países Bajos y de la final ante Francia (3-3, 4-2). Especialmente importante fue el segundo, pues fue el definitivo, el que dictó sentencia y proclamó campeona del mundo a la ‘albiceleste’.
El Papu Gómez, por último, fue titular en el primer encuentro de Argentina, ante Arabia Saudí (1-2), pero acabó teniendo un papel residual. A parte de la jornada inaugural, solo estuvo sobre el terreno de juego durante 50 minutos, en los octavos contra Australia (2-1). De hecho, es muy posible que, de los tres futbolistas mencionados, sea el único que no juegue de titular en la visita del Sevilla al Camp Nou.
