La reunión, reservada y sin cámaras por pedido del diputado Ricardo López Murphy, transcurría de modo tranquilo y casi sin sobresaltos. Hasta que la diputada radical Karina Banfi cuestionó en vivo y en directo al canciller Santiago Cafiero, principal protagonista del encuentro en la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara baja. La política de derechos humanos del Gobierno, y su posicionamiento en relación a los regímenes de Venezuela, Nicaragua y Cuba, fueron por un rato el centro del debate entre el canciller y la diputada opositora.
“Usted dice que Argentina vota en los organismos correspondientes. Pero nunca condenaron a Venezuela en esos organismos, y a Nicaragua recién a partir de agosto pasado”, dijo Banfi, según pudo reconstruir LA NACION de boca de distintos testigos de la reunión de comisión, que preside el peronista porteño Eduardo Valdés (FDT). Banfi y Cafiero también discutieron por las ausencias del actual representante argentino ante la OEA, Carlos Raimundi, en votaciones contra esos tres país, algo que fue refutado-a veces a los gritos-por el canciller, con el argumento de que “el funcionario que está valida la posición del país”, que, en agosto pasado, cuestionó en ese organismo las violaciones a los derechos humanos por parte del gobierno sandinista.
“Hay violaciones a los derechos humanos en Venezuela, las denunciamos dónde corresponde, en el Consejo de Derechos Humanos en Ginebra”, dijo Cafiero, en el párrafo que enervó a Banfi y otros diputados de Juntos por el Cambio. “Eso lo decimos siempre, las cosas se plantean dónde corresponde y lo hacemos”, justificaron a LA NACION cerca del canciller.
El canciller, que ya se había encontrado con la misma comisión en el Senado y a agenda abierta, llegó pasadas las cuatro de la tarde con la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, Cecilia Todesca Bocco, frustrada candidata argentina a la presidencia del BID. También estuvieron la jefa de Gabinete de la Cancillería, Luciana Tito, y la subsecretaria de Asuntos Nacionales, Marina Cardelli.
“Con respecto a las posiciones argentinas en votaciones referidas a Nicaragua y Venezuela que la oposición preguntó, el Canciller demostró cada una de las presentaciones que la Cancillería argentina realizó en los diferentes foros internacionales, en las cuales no hubo ningún cambio de postura tal como la oposición quería recalcar”, contestaron cerca de Cafiero luego de la reunión.
Cafiero explicó además la importancia de la reunión con representantes del gobierno chavista y la oposición venezolana, realizada en París la semana pasada, donde junto al presidente Alberto Fernández, el anfitrión Emmanuel Macron y su par colombiano Gustavo Petro “lograron darle un nuevo impulso a la mesa de diálogo con representes del gobierno y de la oposición venezolana”.
Disconforme con las respuestas, Banfi también la emprendió contra la política de la cancillería en relación a Cuba. “No cuestionamos la crítica al bloqueo, pero no se dijo nada de la represión a los manifestantes y las marchas contra el régimen”, fustigó la diputada opositora. Cafiero, en tanto, pidió “no politizar los derechos humanos”, y sostuvo que la política de “no injerencia” en asuntos internos de otro país es una “continuidad” de las políticas del gobierno de Raúl Alfonsín.
“¿Por qué está de embajador en Venezuela un simpatizante del chavismo?”, insistió Banfi en relación al diplomático Oscar Laborde, embajador en Caracas. Le reclamaron “dejar de decir barbaridades”, antes de continuar con la reunión, contaron las fuentes.
Lejos de los intercambios más efusivos, el mendocino Julio Cobos y la bonaerense Margarita Stolbizer consultaron al canciller, esta última en relación al convenio de desarme. Desde el kirchnerismo duro, Mara Brawer preguntó por estado de las investigaciones sobre “el golpe de Estado” en Bolivia y la “participación” del gobierno de Cambiemos en ella.
“Las de Cafiero fueron respuestas insuficientes en relación a los derechos humanos y la postura del Gobierno. Necesitamos una defensa más enfática”, resumió Banfi en breve contacto con LA NACION. “La postura de parte de la oposición fue de una agenda vieja. Para ellos, todo lo que pasó en los últimos meses no existió”, retrucaron desde la Cancillería, y aseguraron que el clima general “fue muy respetuoso, y terminaron con aplausos por haber podido generar un espacio de diálogo e intercambio entre el canciller y la comisión”.