Conseguir un permiso de trabajo es una odisea burocrática. Los migrantes denuncian que, al infierno que supone dejar su familia atrás, cambiar de vida y algunos casos jugársela, tienen que sumar un proceso de regularización que tachan de “casi interminable”. Así lo hicieron saber en concentración que tuvo lugar ayer frente a la Delegación del Gobierno en la capital grancanaria en apoyo a la X Marcha por la Dignidad. La lluvia no impidió que medio centenar de personas se manifestaran para recordar la muerte, hace nueve años, de 14 migrantes cuando la Guardia Civil trataba de repeler con material antidisturbios a 300 individuos que intentaban acceder a nado a España por la frontera ceutí de la playa del Tarajal.
La portavoz de la Red Canaria por los Derechos Migrantes, Valeria Mastroiani, que también forma parte de la plataforma Regularización Ya, pidió que no se olvide lo ocurrido en aquella madrugada del seis de febrero de 2014. Una tragedia mortal en la que también se devolvieron a Marruecos en caliente a 23 personas. “Basta ya, queremos el cese de la violencia en la frontera sur de una vez”, declaró la activista.
Los números y cifras que deja la migración esconden vidas como la de Morlou (prefiere no revelar su apellido), que desembarcó en Gran Canaria hace dos años y medio. Viajaba en la patera junto a otras 33 personas. Ahora trabaja en el sector de la construcción, pero para llegar hasta aquí, hasta el permiso de trabajo, ha tenido que escalar una montaña de barreras burocráticas. “Te piden unos papales, luego otros, y así todo el rato. Cada documento tarda casi seis meses y claro, por mucho que quieras trabajar, sin permiso no se puede. En esta situación están muchos compañeros a los no les faltan oportunidades laborales”, asegura.
Mastroiani relata que para solicitar, por ejemplo, el arraigo laboral, el migrante debe permanecer mínimo tres años en suelo español y haber trabajado un mínimo de seis meses. “La irregularidad no les permite desarrollarse ni tener derechos”, señala. Debido a ello, Marlou lleva desde que partió de su casa sin poder ver a su familia, añora en especial a su madre. “Con el permiso tengo que trabajar, cuando se acaba el contrato ya no tengo el permiso, así que no puedo salir a ver a mis padres” lamenta.
21.000 migrantes en las Islas
“Es muy difícil saber cuántas personas necesitan papeles porque están fuera del radar de las instituciones”, apunta la portavoz de la Red Canaria por los Derechos Migrantes. De forma oficial hay contabilizados en el Archipiélago 21.000 migrantes. “Es una cifra muy chica. A la gente que habla de que nos invaden habría que recordarle que aquí vivimos más de dos millones de personas”, dijo Mastroiani. Señala que los inmigrantes regulares pueden aportar al sistema “como tú y como yo” y que, a pesar de no tener papeles, pagan impuestos indirectos porque están viviendo en las Islas.
Precisamente ayer, la Asociación Pro Derechos Humanos de España (Apdhe) pidió a través de un comunicado justicia para las víctimas del Tarajal e instó a un pronunciamiento del Tribunal Constitucional (TC) al considerar que puede responder “frente a las vulneraciones de derechos fundamentales denunciadas durante todo el procedimiento”, informó Europa Press.
La acusación popular, de la que forma parte Apdhe, llevó el año pasado al TC la causa por la actuación de los guardias civiles implicados en la intervención en la frontera. Este paso se produce después de la inadmisión por parte de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo de los recursos de casación interpuestos por distintas organizaciones contra el sobreseimiento del caso dictado por la Audiencia Provincial de Cádiz, por lo que todavía no se ha agotado la vía judicial del asunto.
“Los familiares de las víctimas siguen esperando que se haga justicia y se diriman responsabilidades”, recuerda la Apdhe con motivo del aniversario de la tragedia.
En la ruta canaria el flujo de llegada no cesa pese a la caída que registró la estadística a finales de 2022 con un 29% menos. La primera semana de febrero arribaron a las Islas más de 660 personas. Así del 30 de enero al 1 de febrero alcanzaron las costas del Archipiélago unos 238 migrantes, mientras que desde la noche del 3 de febrero y hasta la media mañana de este 6 de febrero se rescataron nueve embarcaciones con 426 personas a bordo.
Los servicios de rescate están además preocupados por el uso de neumáticas -más inestables que los cayucos o las pateras-, en travesías cada vez más largas. Por ejemplo, 51 personas rescatadas el domingo por la Guardamar Polimnia al sur de Gran Canaria habían salido desde Dajla (sur del Sahara) a bordo de una lancha de este tipo, lo que supone una travesía de unos 450 kilómetros. Un recorrido sin precedentes para estas embarcaciones.