El Parlamento de Singapur ha derogado este martes la polémica ley que data de la etapa colonial que castiga la homosexualidad, tal y como ya había prometido a mediados de año el primer ministro de esta ciudad Estado, Lee Hsien Loong.
A su vez, el Parlamento también ha modificado la Constitución para garantizar que sea la cámara el único organismo con autoridad para definir qué es matrimonio, que en la actualidad es exclusivo de los enlaces entre mujeres y hombres.
“Ha llegado el momento de eliminar la Sección 377A”, ha dicho este lunes el ministro de Justicia, Kasiviswanathan Shanmugam, tras un debate de dos días en el Parlamento. “Humilla y perjudica a los homosexuales. La mayoría de ellos no causan daño a nadie, sólo quieren vivir pacíficamente y con tranquilidad y ser aceptados como parte de la sociedad igual que cualquier otro singapurense”, ha reconocido.
Si bien la decisión del Gobierno de poner fin a esta legislación va orientada a establecer una sociedad más igualitaria en su cada vez más multicultural población, en cuanto al matrimonio, ha señalado que por el momento se quedará como está ya que la mayoría de los singapurenses está a favor de “las normas familiares y sociales actuales” en las que estos enlaces están formados por un hombre y una mujer.
El conservador Partido de Acción Popular controla el Parlamento, lo que ha hecho posible que el proyecto se convirtiera este martes en ley, un texto que también busca proteger la institución del matrimonio, que incluye beneficios en materia de vivienda y ayudas económicas para las parejas casadas, blindándola ante cualquier recurso en los tribunales.
Aunque los grupos LGBTQ han celebrado la derogación de esta norma cuando se anunció, han manifestado su preocupación por esta enmienda constitucional relacionado con el matrimonio. Por el momento, la mayoría de la población afirma estar a favor de acabar con esta ley, pero el 55 por ciento se muestra en contra de las uniones entre personas del mismo sexo, según una encuesta de Blackbox Research.