Shania Twain reveló los abusos que sufrió en su infancia por parte de su padrastro: “Me escondía y aplanaba mis senos; solo quería pasar desapercibida”

Es una de las máximas estrellas canadienses y una de las cantantes más exitosas de las últimas décadas. Sin embargo, la vida de Shania Twain dista mucho de ser la de un lecho de rosas: mientras enfrenta complejos problemas de salud, la intérprete de “Man! I Feel Like a Woman!” reveló este martes los motivos por los que su infancia y su adolescencia fueron una pesadilla.

En una entrevista publicada por The Sunday Times, la artista contó que creció en Ontario, junto a sus cuatro hermanos, su madre, Sharon, y su padrastro, Jerry Twain, y que la pubertad la puso en riesgo de sufrir más abusos por parte del marido de su mamá. Para protegerse, reveló, decidió esconder sus senos: “Me escondía y aplanaba mis senos. Porque… ¡Dios mío! Fue terrible, no quería ser una chica en mi casa. Usaba sostenes que eran demasiado pequeños para mí, y usaba dos, le restaba importancia hasta que no había nada de mujer en mí. Hacía lo que fuera por pasar desapercibida”, rememoró.

Y agregó: “Pero luego salís a la sociedad siendo una chica y también vivís otras cosas desagradables que son tomadas como normales. Y eso refuerza el autorechazo. Pensás: ‘Oh, supongo que es una mierda ser una chica. Oh, es tan desagradable tener senos. Me avergonzaba de ser una mujer’”. Según explicó, le costó mucho tiempo desandar la ira que le produjeron aquellos abusos. “Me tomó mucho tiempo. Durante ese tiempo, si alguien me hubiese atacado en la calle, le hubiera arrancado la cabeza”, indicó.

Recién pudo “amigarse” con su femineidad tras el trágico accidente automovilístico en el que su padrastro y su madre perdieron la vida, cuando ella tenía 22 años. “De repente fue como, ‘Bueno, ¿cuál es tu problema? Es así: sos una mujer y tenés este hermoso cuerpo. Lo que era tan natural para otras personas hasta ese momento había sido aterrador para mí”, recordó.

En 2014 la cantante canadiense habló por primera vez de los abusos sufridos a manos de su padrastro. Lo hizo en un aviso publicitario contra la violencia doméstica. “A veces, el hogar es donde está el dolor”, aseguraba en el video. Y continuaba: “Es realmente confuso ser lastimado por alguien a quien amas. Ya sea físico, sexual o emocional, el abuso es abuso”.

En aquel aviso, instaba a las víctimas a romper el silencio y denunciar a sus agresores. “Tal vez no quieras hablar de eso, pero la violencia familiar no debe mantenerse en secreto. Decíselo a alguien en quien confíes. Y siempre informá los incidentes de violencia a la policía”, recomendaba.

Eilleen Regina Edwards tomó el apellido Twain cuando su madre se casó con Jerry. La cantante nació en Windsor, Ontario y creció en la pobreza en Timmins. Nunca conoció a su padre biológico y, según explicó la cantante en un artículo publicado por The Guardian en 2018, su madre era depresiva y su padrastro era un hombre alcohólico, violento, muy discriminador y con problemas mentales. “Un tercio de mis parientes se suicidaron a edades tempranas, eso no es una exageración. Varios de ellos murieron prematuramente solo por negligencia y abuso de alcohol”, explicaba.

Además de sus tres hermanos maternos, Sharon crió al hijo que tuvo con Jerry y al sobrino de este, tras la temprana muerte de su hermana. La situación económica era acuciante y la violencia era moneda corriente en su hogar. “Me preocupaba que mi padrastro matara a mi madre. Pensaba que se matarían entre ellos, porque mi mamá también era bastante violenta. Muchas noches me acostaba pensando: ‘No te vayas a dormir, no te vayas a dormir, esperá a que se duerman’. Y me despertaba y me aseguraba de que todos estuvieran respirando”, recordó en aquella entrevista.

Una noche, Jerry golpeó a Sharon hasta dejarla inconsciente y luego hundió su cabeza varias veces en inodoro. Y la violencia no terminó allí: el hombro tomó una silla y se la partió en la espalda. Cuando su madre volvió en sí, su padrastro le pegó una trompada en la mandíbula y ella le devolvió el golpe. Shania tenía apenas 11 años y presenció toda la escena.

Para esa época, su padrastro ya abusaba “físicamente y psicológicamente” de ella. “Sí. Abusó sexualmente de mí. No voy a entrar en detalles al respecto. No me importa decirlo, porque creo que es importante que la gente entienda que podés sobrevivir a estas cosas”, le explicó a The Guardian. E indicó: “Tendría alrededor de los 10 años cuando comenzó a abusar de mí. Siento que el abuso sexual va de la mano con el abuso físico y psicológico cuando es alguien cercano a vos. Aprendí a bloquearlo. Los abusadores necesitan manipularte, ya sea antes o después, y lo que me dije a mí misma es: ‘Está bien, hay algo mal con esta persona y esa persona no está bien’. Sentí mucha pena por mí misma cuando era niña”.

La cantante reveló que en aquel momento tuvo en cuenta la opción de denunciar a su padrastro y pedir ayuda, pero sabía que si lo hacía era muy posible que ella y sus hermanos fueran separados. “Simplemente, no podía soportar eso; así que todos permanecimos juntos para bien o para mal”, sumó.

Aquel calvario fue, de alguna manera, el que la empujó a comenzar con su carrera musical. “Comencé a escribir canciones porque quería escapar de todo, de mi hogar violento, de las tensiones, de la realidad de no tener nada para comer. Cuando tenés hambre, no podés hacer nada más que distraerte del hambre. Y realmente funciona. Es terapéutico. Muchos niños juegan con muñecas y yo jugué con palabras y sonidos”, indicó. Así, a los ocho años, Shania cantaba en bares para pagar las cuentas de la familia.

 

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