En un contexto de salida de empresas internacionales, señales de enfriamiento de la economía y tensiones políticas de cara a las elecciones presidenciales, Vaca Muerta se convierte en un oasis que invita a ilusionarse hasta a los más pesimistas. La productividad de petróleo y gas hará cambiar la balanza energética argentina, que podría pasar de un déficit actual anual de US$5000 millones a un superávit de US$9000 millones en tres años, con lo que esto representa en las reservas del Banco Central.
Solo este año, las exportaciones de petróleo crecieron 130% en los primeros 10 meses con respecto al mismo período de 2021, de US$1404 millones a US$3226 millones, según el último informe de intercambio comercial del Indec. Esto se debió al incentivo que generó la disparada de los precios internacionales, luego de la invasión de Rusia a Ucrania. Por caso, este año el precio del barril de petróleo promedió los US$90, luego haber tocado un piso de US$25 al comienzo de la pandemia, en marzo de 2020.
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Sin embargo, para que el crecimiento sea duradero, primero será necesario ampliar los oleoductos y gasoductos, que se convirtieron en el principal cuello de botella de la industria. En este contexto, mientras que en el caso del gas la empresa estatal Enarsa ya licitó la construcción del gasoducto y se entusiasma con tenerlo terminado en el invierno próximo, en el petróleo se desató una disputa inesperada entre las productoras por el acceso a mayor cupo de transporte.
El principal oleoducto que conecta Vaca Muerta con Buenos Aires está a cargo de la empresa Oldelval, que recientemente obtuvo una extensión de la concesión hasta 2037, luego de la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía. Este era un pedido de la industria y de los gobernadores a la Casa Rosada desde hace más de un año, ya que la prórroga era la condición necesaria que pedía la compañía para invertir US$750 millones en duplicar la capacidad de transporte. Sin esa extensión, dicen en la industria, el desembolso no se iba a repagar.
El pasado 18 de octubre, por lo tanto, Oldelval hizo una licitación para que cada productora solicite cupo de transporte para cuando esté finalizada la ampliación del ducto. La empresa incrementará la capacidad de transporte de los actuales 36.000 metros cúbicos por día (m3/d) a 72.000 en un plazo aproximado de dos años. Es decir, de 226.000 barriles diarios a 452.000. Por caso, la Argentina hoy produce 610.200 barriles diarios en todo el país.
La licitación dejó resultados para ser optimistas, pero quedó opacada por una jugada sorpresiva de Chevron, según reconstruyó LA NACION, en diálogo con varias productoras. Un sector de la industria, por lo tanto, teme que algunas empresas pidan anular la licitación y convocar a una nueva, lo que generaría una demora mayor de la ya ocurrida con el retraso para extender la licitación a Oldelval.
La buena noticia es que, de los 36.000 m3 que se licitaban, se recibieron ofertas por 130.000 m3 de parte de todos los actores. Las productoras interesadas fueron YPF, Pan American Energy (PAE), Vista, Tecpetrol, Shell, ExxonMobil, Chevron y Pluspetrol, entre otras.
La composición accionaria de Oldelval está conformada por YPF (37%), ExxonMobil (21%), Chevron (14,5%), Pan American Energy (11,9%), Pluspetrol (11,9%), Tecpetrol (2,1%) y Pampa Energía (2,1%)
“Que las empresas hayan ofertado cuatro veces más la capacidad del oleoducto muestra que hay interés en conectar producción. Es un reflejo de lo que viene diciendo cada operadora. Actualmente, hay pozos sin conectar porque no hay capacidad en el oleoducto por falta de infraestructura. Con esta licitación, los operadores respaldaron los dichos de los últimos meses con hechos”, dijo en reserva una de las productoras.
Sin embargo, las compañías se sorprendieron cuando se enteraron de que Chevron había pedido cupo por el total de la ampliación; es decir, por los 226.000 barriles adicionales que se podrán transportar por día desde Vaca Muerta a partir de 2025.
“Algunas empresas hicieron predicciones mirando más el largo que el corto plazo. Pidieron mucho más de lo que la obra en sí tiene capacidad para distribuir. Lo que se hace ahora es encontrar un consenso, porque Oldelval está volviendo a hablar con todas para llegar a una racionabilidad en cuanto a los pedidos”, indicaron en otra productora.
Un primer malestar se manifestó con Oldelval por el diseño del pliego, que no contempló un límite a la cantidad que se podía ofertar. “Hay malestar con el resultado de la licitación y con cómo estuvo administrada. El resultado no fue casualidad. Algo falló, con el diario del lunes es fácil entender qué. Como estaba pensada la licitación, había un compromiso de que cada operadora oferte lo que puede cumplir, la idea era que nadie pida una barrabasada”, dijeron en otra empresa.
Como se suponía que los pedidos iban a exceder la capacidad y que Oldelval iba a tener que dividir de manera proporcional la capacidad sobre la base de lo que ofertó cada una, las empresas presentaron una oferta un poco mayor, excepto Chevron, que directamente ofertó por la totalidad de la nueva capacidad disponible. En la empresa no quisieron hacer comentarios al respecto. La petrolera estadounidense fue la primera en invertir grandes sumas en Vaca Muerta, en sociedad con YPF, en 2013.
Este año el precio del barril de petróleo promedió los US$90, luego haber tocado un piso de US$25 al comienzo de la pandemia, en marzo de 2020 (Hernan Zenteno/)
En Oldelval, por su parte, indicaron que “nadie previó que podía pasar esto” y señalaron que “el pliego tuvo ocho meses de trabajo en conjunto con el directorio, donde todos estuvieron de acuerdo”, haciendo referencia a que las petroleras también son responsables, ya que son las accionistas de la empresa. La composición accionaria de Oldelval está conformada por YPF (37%), ExxonMobil (21%), Chevron (14,5%), Pan American Energy (11,9%), Pluspetrol (11,9%), Tecpetrol (2,1%) y Pampa Energía (2,1%).
“El proyecto es necesario y es una lástima que no se terminen de poner de acuerdo. Se está pensando cómo seguir aumentando la capacidad del caño. No creemos que haya malestar por cómo se desarrolló la licitación, sino por los volúmenes de capacidad demandados por las operadoras, que superaron ampliamente la capacidad del proyecto y eso hace que todas obtengan menor capacidad de la pretendida”, señalaron en Oldelval, que tendrá reunión de directorio el lunes próximo para tratar este tema.
“Confío en que como industria lograremos superar nuestras diferencias y nos alineemos constructivamente en un proyecto clave para el país con el que el sector privado puede aportar un flujo recurrente de US$10.000 millones por año en exportaciones de crudo liviano”, dijo Juan Garoby, COO de Vista, una de las empresas que está a la expectativa de la decisión que finalmente tomo Oldelval.