Pedro Sánchez ha salido exultante este jueves del Congreso. La aprobación de los Presupuestos, más allá de las medidas que contiene el proyecto, ha puesto de relieve que la mayoría progresista del hemiciclo continúa estando bien cimentada. “Quiero agradecer a esos 10 partidos políticos, que representan a 12 millones de españoles, por anteponer el interés general a cualquier otro interés”, ha señalado el presidente del Gobierno sobre las cuentas públicas. Dentro de ese clima de entendimiento y mano tendida hacia los socios parlamentarios, el líder socialista ha vuelto a abrir la puerta a la reforma del delito de malversación que defiende ERC.
En primer lugar, Sánchez ha negado que una reforma de este tipo, que se podría abordar como enmienda parcial al proyecto para cambiar la sedición, suponga contar con menos armas a la hora de enfrentarse a un desafío independentista como el que tuvo lugar en Cataluña en 2017. “Tenemos que extraer lecciones de lo que ocurrió entonces. La política tiene instrumentos: el diálogo y el reencuentro. La Constitución cuenta con el artículo 155 ante cualquier intento de violentar el orden constitucional. El estado de derecho seguirá teniendo herramientas”, ha señalado el líder socialista.
Después, ha ligado esta hipotética reforma de la malversación a un esfuerzo por “homologar” las penas de los delitos en España a las de las “principales democracias europeas”, un argumento que el presidente del Gobierno también empleó para dar el visto bueno a la reforma de la sedición. Y por último, ha pedido calma cuando le han preguntado si el grupo socialista apoyaría la iniciativa de los republicanos. “Vamos a esperar a la tramitación parlamentaria”, ha dicho.
La insistencia
En principio, sería ERC quien plantearía esta modificación de la malversación, que se pretende que se aplique solo cuando esté ligada a la sedición, no a delitos de corrupción. Fuentes de la Moncloa, sin embargo, llevan días enfriando esa posibilidad. Pero Sánchez ha vuelto a alentarla con sus palabras de este miércoles.
Esta es la segunda vez que Sánchez esquiva confirmar qué hará el grupo socialista si ERC registra una enmienda para reformar la malversación, a pesar de que en privado algunos ministros aseguran que ese tema ya no está sobre la mesa e incluso que los republicanos no la registrarán. En una rueda de prensa en Bali (Indonesia), tras la cumbre del G-20, el presidente ya se pronunció en términos parecidos, sin llegar a descartar su respaldo.
Estas nuevas manifestaciones resultan aún más llamativas porque en los últimos días ERC ha mostrado sus dudas sobre el encaje legal de este cambio. Los republicanos no quieren que contribuya a rebajar las penas de políticos implicados en casos de corrupción como el de los ERE, ‘Gürtel’ y ‘Nóos’. La dificultad de hacer esa separación, entre la malversación por un tipo de delitos o por otros, es lo que ponía en solfa su viabilidad, aunque fuentes del partido republicano aseguraban que iban a seguir peleando por ese asunto hasta el final.
Una vez que el Congreso apruebe este jueves la tramitación de la iniciativa para reformar el Código Penal y sustituir la sedición por un nuevo delito de desórdenes públicos agravados, la semana que viene se abrirá un plazo de enmiendas y será cuándo ERC confirmará sus intenciones.
Como sucede con la sedición, el incentivo de una rebaja de penas en la malversación, afectaría directamente al presidente de ERC, Oriol Junqueras, que vería reducido el plazo de inhabilitación y podría concurrir en poco tiempo a unas elecciones. Además, ayudaría a que muchos altos cargos de la Generalitat procesados por el 1-O, que desviaron dinero para los actos destinados a la celebración del 1-O, con causas abiertas en los juzgados 1 y 13 de Barcelona y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, no pisen la cárcel.