La imagen va a ser potente, cargada de simbolismo político. De un lado, Pedro Sánchez, el presidente que en cuanto llegó al Gobierno en 2018 dio la orden de entrada a España al barco Aquarius, con 600 inmigrantes que navegaban a la deriva tras ser rechazados por Italia. Del otro, Giorgia Meloni, recién estrenada como primera ministra italiana, cuyo Gobierno de tinte ultraderechista aplica una nueva política anti-inmigración que sólo permite desembarcar en sus puertos a los migrantes vulnerables, sobre todo mujeres, niños o enfermos. Acaba de aplicar esta política restrictiva a varios barcos de ONG repletos de personas rescatadas en el mar.
Sánchez y Meloni van a mantener su primera reunión bilateral este viernes en Alicante, donde ambos participarán en el encuentro de los países del Mediterráneo (la llamada IX Cumbre EU-MED9).
La intención de Moncloa es la de soslayar en esta toma de contacto esa cuestión espinosa entre ambos países y centrarse en temas más acuciantes de la agenda europea, informan fuentes del Gobierno: la crisis energética y el modelo de producción y pago que se pelea en Bruselas; las medidas para encarar la guerra en Ucrania; o el modelo de gobernanza de la Unión, especialmente de cara a la segunda mitad del próximo año, cuando España ostentará la presidencia rotatoria de la UE.
Primero se va a tratar de buscar la sintonía entre ambos, y a eso puede ayudar el perfecto español que habla la italiana. Con el moderado tecnócrata Mario Draghi buscar acuerdos fue sencillo. Meloni es una incógnita, pero los primeros mensajes que ha dado desde que llegó al Gobierno han tranquilizado a los líderes europeos.
Había temor a que la romana rompiera el consenso europeo en las sanciones a Rusia, pero no ha sido así. También temían PP y PSOE que ese Gobierno de centro derecha y ultraderecha italiano (una coalición de tres partidos, los otros dos liderados por Mateo Salvini y Silvio Berlusconi) sirviera de ejemplo en España y diera alas a Vox en las urnas, informan Marisol Hernández y Paloma Esteban.
En público, Sánchez ha restado importancia al hecho de que en Italia ahora gobierne la ultraderecha. “Las relaciones entre España e Italia trascienden a los gobiernos y entrelazan a las sociedades en múltiples ámbitos”, dijo el pasado 4 de noviembre. “Cuando los dos países han trabajado conjuntamente, han sucedido cosas buenas”, añadió en referencia a la respuesta económica conjunta a la pandemia.
Reparto de inmigrantes
Antes de la llegada de Meloni al poder, Madrid tenía previsto hacer palanca con Italia en Europa para llegar a un acuerdo justo de reparto de migrantes. Con Conte, ambos países, junto a Grecia y Malta, habían firmado en Mallorca una propuesta común (un ‘non-paper’) que enviaron a Bruselas para pedir un reparto “justo” en cuotas de los migrantes que llegan a la “frontera sur” de la Unión. ¿Sigue vigente? ¿Se propondrá otro más restrictivo con las llegadas? El Gobierno italiano ha declinado responder, a través de su embajada en Madrid, a las preguntas de este diario al respecto.
España seguirá intentando impulsar un nuevo Pacto de Migración y Asilo de la UE durante la presidencia del semestre europeo, pero está por definir cuál será la contribución de la nueva Italia anti-inmigración.
El tema de las migraciones se va a tratar eventualmente en la propia cumbre EU-MED9, aunque probablemente quede eclipsado por otros más acuciantes, como la energía y la guerra de Ucrania.
Asisten la presidenta de la Comisión Europea, Urrsula von der Leyen, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, además de los líderes de los nueve países del mediterráneo que forman parte de este grupo de trabajo: España, Portugal, Francia, Italia, Grecia, Malta, Chipre, Eslovenia y Croacia.
Previamente, Sánchez se va a encontrar con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con el portugués, António Costa para cerrar los detalles de la propuesta de corredor de hidrógeno verde Barcelona-Marsella. Los tres países implicados en el proyecto, conocido como BarMar, quieren presentarlo antes del 15 de diciembre a la Comisión Europea.
En la pasada edición, en Atenas, se debatió sobre migración, crisis climática, promoción conjunta de la protección de la biodiversidad, la gestión de los bosques y los ecosistemas marinos, la prevención de desastres ecológicos y la organización de la protección civil.