Roger Bacon, el primer defensor del método científico

La fecha y lugar de nacimiento de Roger Bacon es tan incierta como otros muchos aspectos su figura. Los registros sitúan su llegada al mundo entre los años 1214 y 1220 en algún lugar de los condados de Ilchester o Gloucester, en Inglaterra. Nació en una familia adinerada aunque más tarde caída en desgracia, y disfrutó de una buena educación temprana en materias como la geometría, la aritmética, la música y la astronomía. Sin embargo, parece que dedicó la primera parte de su carrera a las artes, sin visos de mostrar un interés temprano por la ciencia, la cual ocuparía años más tarde una parte importante de su vida. 

Bacon estudió en Oxford, donde leyó a Aristóteles, un autor prohibido en Europa hasta ese momento y el cual apenas era accesible a través de algunos escritos islámicos. En el año 1241 se instala en París, en cuya universidad ejerció de profesor hasta su regreso a Oxford 6 años después, en 1947. 

Durante los años consecutivos se produce un giro en el desarrollo intelectual de Bacon, quien parece que gastó mucho tiempo y grandes sumas de dinero tanto en la investigación experimental como en la adquisición de libros “secretos” y caros que en aquella época debían de ser transcritos a mano. 

En 1957 ingresó en la Orden de los Franciscanos, donde defendió el estudio de la figura de Aristóteles a través del latín y no de las traducciones realizadas hasta la fecha, lo que le llevó a entrar en varias desavenencias con algunos de sus compañeros como Nicolas III y Jerónimo de Ascoli, lo que le llevó a ser acusado de herejía y encarcelado en algún momento entre 1277 y 1279. 

Considerado por algunos como un nigromante medieval y por otros como el primer científico experimental, Bacon desarrolló durante su vida una fuerte defensa de la observación y los estudios experimentales para alcanzar el conocimiento. Sus obras contienen tratados sobre matemáticas, física, óptica y alquimia. Fue el primero en proponer la reforma del calendario juliano, estudió la luz y algunos fenómenos relacionados con esta como el arcoíris y formuló algunos de los primeros planteamientos sobre el uso de lentes para corregir la vista e incluso construir un telescopio. 

“De salitre tómense 6 partes, cinco de sauce joven y cinco de azufre, de lo que se harán rayos y truenos”

Bacon también poseía un laboratorio dedicado a la alquimia y varios experimentos. Muchos de ellos solo fueron descritos, como el de la posibilidad de construir un globo con una delgada lámina de cobre que, relleno de “fuego” líquido”, flotaría en el cielo como un barco en el agua.

“De salitre tómense 6 partes, cinco de sauce joven y cinco de azufre, de lo que se harán rayos y truenos”, de esta manera Bacon se convertía también en 1942, en ser la primera persona en occidente de dar las primeras instrucciones exactas para la fabricación de la pólvora.

El que fuera conocido a título póstumo como “Doctor Mirabilis”, maestro maravilloso, se codeó con grandes pensadores y filósofos de la época, pero una de las figuras que más notablemente influyo en su vida fue la del Papa Clemente IV, con quien entabló una buena amistad. Fue este quien le animó a publicar sus principales trabajos en secreto a pesar de la oposición de la doctrina franciscana y el impulsor de que en un breve espacio de tiempo Bacon diera a luz sus 3 obras principales, Opus Majus;Opus Minus y Opus Tertium, con las que se pretendía una reforma hacia el empirismo en el currículo de los estudios universitarios, objetivo que no obstante se vio frustrado con el fallecimiento del Papa en el año 1268. 

Fallecería en Oxford pocos años después de ser excarcelado, en 1294, gracias a la intervención de varios nobles ingleses que intercedieron en su nombre ante el vaticano. 

 

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