Jon Rahm pudo celebrar pocas horas en la intimidad su histórica victoria en el Masters de Augusta, el segundo Grande’ que logra el de Barrika pero definitivamente el que encumbra a cualquier jugador profesional.
El español, después de atender a los medios de comunicación, llegó muy tarde a la casa que tenía alquilada para su familia a muy pocos metros del campo de Augusta y pudo disfrutar en la intimidad del título.
Pero no por mucho tiempo, porque el lunes recogía los bártulos y con su esposa Kelley Cahill y sus dos hijos de corta edad cogía el coche rumbo a Carolina del Sur, siguiente parada del PGA Tour, en uno de sus torneos designados en 2023.
Con ‘resaca’ de victoria
Rahm llega con la ‘resaca’ de victoria a un torneo que solo ha jugado una vez, en 2020, el RBC Heritage, en el recorrido de Harbour Town Golf Links, a los pies el Atlántico en la localidad de Hilton Head, uno de los torneos con más historia del Tour, y por esa razón los rectores del PGA Tour le han dado categoría especial, ‘obligando’ a las estrellas del circuito a disputarlo, aunque sea solo unos días después del Mastres.
Y es que en el torneo en Carolina acuden hasta 47 jugadores que han disputado el Masters, entre ellos 12 de los 15 primeros en el ranking mundial, por lo que habrá batalla de nuevo entre los mejores, con Rahm a la cabeza como campeón del Masters y rivales directos como Scottie Scheffler o Rory McIlroy, que no pudo pasar el corte en Augusta.
El nuevo número uno del mundo quizá no llegue mentalmente ‘conectado’ para luchar por un nuevo título, pero conociendo la voracidad competitiva y de victorias del español, ya nadie duda que volverá a estar entre los mejores en Hilton Head