¿Es un mecenas?
Toda la vida he sido un mecenas, no solo desde que hice la donación. Empecé a comprar obra de artistas conceptuales a principios de los años 70 y les ayudé a sobrevivir en un momento en el que ni particulares, ni museos, ni instituciones públicas les prestaban la menor atención en España. Cuando me separé de mi segunda esposa ella se quedó las obras de valor absoluto y yo quise el conceptualismo porque tenía una relación importante con los artistas y su trabajo. Es una colección viva, no histórica, porque su mensaje social y político perdura.
Parece que siempre ha ido por libre.
Me he mantenido fuera de lo oficial. Soy una persona independiente.
¿Le parecen suficientes las deducciones fiscales derivadas de la donación al Macba?
Se firmará dentro de quince días o un mes. Las obras quedan en posesión del Ayuntamiento de Barcelona, no del Macba, porque tienen miedo de que al ser el museo una sociedad [Ayuntamiento de Barcelona, Generalitat de Cataluña y Fundación Museo de Arte Contemporáneo] esta pueda desaparecer un día, lo que podría afectar a la colección. Solo falta que el ayuntamiento firme el acuerdo de donación, con las condiciones que he puesto para que si hubiera que pagar impuestos se hagan cargo ellos. Encima de haber donado, no pienso pagar.
Más que ventajas, la donación tiene desventajas
Se supone que una donación tiene unas ventajas fiscales.
De momento no tengo noticia de que esto pueda pasar. Creo que no me desgravará nada. Más que ventajas, la donación tiene desventajas.
Alucinante, ¿no?
Por eso me he cubierto.
¿Nunca pensó en crear una fundación?
La tengo. La Fundación Rafael Tous de Arte Contemporáneo. Me aconsejaron crearla para hacer el espacio cultural Metrònom. Ahora está inactiva. Si la sala funcionó 35 años, durante 30 estuve solo y en los cinco últimos recibí alguna ayuda del ayuntamiento.
Disculpe el error. ¿Es necesario reformar la ley de mecenazgo?
Es importantísimo. Una buena ley haría que saliera a la luz mucha obra oculta. Hay mucha gente que tiene arte y no dice nada por los impuestos.
Como particular que interactuaba directamente con los creadores, ¿nunca recibió un estímulo público?
El 100% de mis beneficios empresariales me lo gastaba en comprar obra y en Metrònom. En cultura. Y nada de nada.
Amasó una colección atrevida.
De gente que estaba fuera del mercado, absolutamente desconocida, a menudo exiliada en París o en Nueva York.
Los presupuestos destinados a cultura son de país analfabeto y estrambótico. Tendrían que triplicarse o cuadriplicarse
¿Qué opina de los presupuestos que destinan Gobierno y Generalitat a cultura?
Son una cosa de país analfabeto y estrambótico. Así no se puede tener una cultura creativa. Somos un país anticultural. Todas las instituciones públicas tienen ahora menos dinero que antes. En España la cultura se fue a paseo con Franco. Y los recortes fueron una recusación de la cultura. Los presupuestos son ridículos y se tendrían que triplicar o cuadriplicar.
¿Colabora con alguna fundación?
No del ámbito cultural. Sí con entidades que combaten la pobreza en el mundo. Con Médicos Sin Fronteras por ejemplo. En Burundi montamos con mis hijos un proyecto que beneficia a casi 3.000 personas: agua, protección medica, escuela…
¿Cuál debería ser en cultura el equilibrio entre Administraciones y mecenazgo?
El mecenazgo solo puede ser un añadido, un más a más.
Hay artistas buenísimos que lo dejan porque no pueden vivir del arte
¿Cree que algún artista habría tirado la toalla sin su apoyo?
Es muy posible. Estaban fuera de contexto en España y además politizados. Hay artistas buenísimos que lo dejan porque no pueden vivir del arte.
¿Recuerda con especial cariño alguna compra?
La de una pieza de Artur Heras en una galería de Consell de Cent fue divertida. Un cuadro de un Jeep de la policía incendiado y, en el suelo, octavillas. Compré la obra, me llevé cuadro y octavillas y poco después fue la policía a retirarlo. Ya no estaba.
¿Mantiene relación con esos artistas?
Continúo viendo a casi todos los que están vivos. Con Pere Noguera y Francesc Abad como muchos fines de semana en el Empordà. Y si voy a Nueva York, voy a ver a Miralda. De tanto en tanto aún les compro obra, que añado a la colección donada porque forma parte de ella.