La gente que había colmado el anfiteatro municipal de Dolores, en el parque Libres del Sur, en la entrada de la ciudad, esperaban sus palabras. Había terminado la oración interreligiosa. Las más de 2500 personas no se movían de sus lugares. Querían escucharlos a ellos, Silvino Báez y Graciela Sosa, los padres de Fernando Báez Sosa, el joven muerto a golpes hace tres años en Villa Gesell. “Quiero una Justicia ejemplar, no busco venganza”, dijo la madre de la víctima, y el público se emocionó. Las lágrimas ganaron la noche.
“Solo deseo tener un poco de paz y que Fernando pueda descansar en paz. Estoy destrozada en mi corazón, no encuentro razón para vivir sin Fernando. Gracias a todos ustedes que me demuestran tanto cariño, estoy de pie”, dijo emocionada Sosa. Las más de 2500 personas clamaron “¡Justicia, Justicia!”.
Antes, cuando había dicho, “te amo Fernando con todo mi alma”, hombres, mujeres, adultos y niños no podían parar de llorar. Entre ellos personal de la policía bonaerense.
Hubo un momento de fuerte impacto. Fue cuando Graciela Sosa recordó las audiencias del juicio donde tuvo que ver los videos de los golpes que recibió su hijo. Con el corazón abierto dijo que, al ver las filmaciones, sintió la necesidad de socorrer a su hijo, de ponerse delante para salvarlo.
“Sigo esperando que mi hijo regrese, a pesar de que sé que nunca jamás regresará en nuestra vida. Les agradezco infinitamente por venir a acompañarnos”, sostuvo.
Las personas colmaron el anfiteatro de Dolores (Mauro Rizzi/)
Los agradecimientos los había comenzado su esposo, Silvino. “Necesitamos Justicia y paz para segur viviendo”, dijo el padre de la víctima.
”Nosotros somos un brazo de Fernando. Queremos que la gente nomás no se olvide de él”, afirmó el padre de la víctima.
En el anfiteatro había familias que llegaron de barrios como San Cristóbal o amigas que viajaron en camioneta desde Capilla del Señor, Exaltación de la Cruz.
“Queremos Justicia. Vinimos a apoyar a los padres. Es terrible. Queremos un fallo ejemplar, para que no vuelva a pasar”, dijo a LA NACION León Ibarra, vecino del barrio porteño de San Cristóbal, que llegó a Dolores con su esposa y sus dos hijas.
También estaba el encargado de negocios de la Embajada de Paraguay en la Argentina, Juan Ramón Cano Montanía. “Estamos para acompañar y apoyar a los padres de Fernando, que buscan Justicia”, comentó.
La gente en el acto en Dolores
(LA NACION/Mauro Rizzi/)
“Vine a pedir que se haga un poco de justicia en el país, que el sufrimiento de estos padres, de esa criatura, sirva para algo, y que la violencia no nos lleva a ningún lado”, dijo a LA NACION Mirta Álvarez, que vino a Dolores desde Capilla del Señor con un grupo de amigas, en auto.
Graciela y Silvino se fundieron en un abrazo con sus abogados, Fernando Burlando y Fabián Améndola, que desde el inicio de la causa los representan ad honorem.
Todos los presentes tenían carteles con imágenes de Fernando y la leyenda “Justicia, Justicia”.
Exclamaban: “Justicia es perpetua”. Se referían a la condena que esperan que les apliquen a Luciano Pertossi, de 21 años; Ciro Pertossi, de 22; Lucas Pertossi, de 23; Ayrton Viollaz, de 23; Máximo Thomsen, de 23; Enzo Comelli, de 22; Matías Benicelli, de 23, y Blas Cinalli, de 21, que desde el 2 de este mes son juzgados por el homicidio de Báez Sosa.
