Qué son las llamaradas o fulguraciones solares

Puede no parecerlo desde aquí en la Tierra, pero la superficie de nuestra estrella, el Sol, es un lugar muy dinámico. Para comprender que son la llamaradas o fulguraciones solares, es necesario entender que, como toda estrella, el Sol está compuesto por gases cargados eléctricamente que generan poderosos campos magnéticos. Estos gases, además, se encuentran en constante movimiento, lo que en ocasiones enreda y retuerce estos campos magnéticos creando una gran actividad en su superficie: es lo que comúnmente se conoce como actividad solar, la cual varía en base a la etapa del ciclo solar en la que se encuentre nuestra estrella.

Este ciclo solar, en el cual cada 11 años se produce la inversión del campo magnético del Sol, también influye en la formación de manchas solares, es decir, regiones en el Sol que tienen una temperatura más baja que sus alrededores y muestran una intensa actividad magnética. Las líneas del campo magnético cerca de las manchas solares a menudo se enredan, entrecruzan y reorganizan. Esto en ocasiones puede causar repentinas explosiones, las cuales se conocen como llamaradas o fulguraciones solares, que son intensos estallidos de radiación procedente de la liberación de energía magnética asociada con estas manchas solares. Se trata de las explosiones más grandes que pueden observarse en nuestro sistema solar, lucen como áreas brillantes en el Sol y pueden durar desde minutos hasta horas.

¿Cómo se clasifican las llamaradas solares?

Los científicos clasifican las llamaradas solares según su brillo en las longitudes de onda de los rayos X. Existen tres categorías: las de clase X son grandes; se trata de eventos importantes que pueden provocar apagones de radio en todo el mundo y tormentas de radiación de larga duración en la atmósfera superior. Las llamaradas de clase M son de tamaño mediano y pueden causar breves apagones de radio que afectan sobre todo a las regiones polares de la Tierra. Por último, en comparación con los eventos de clase X y M, las llamaradas de clase C son pequeñas y tienen pocas consecuencias notables aquí en la Tierra.

Diferencias entre llamaradas solares y eyecciones de masa coronal

Aunque normalmente se asocian a las llamaradas solares, las eyecciones de masa coronal son fenómenos distintos y pueden suceder de manera independiente. La atmósfera exterior del Sol, es decir, la corona solar, también se encuentra estructurada por fuertes campos magnéticos. Cuando estos campos magnéticos están cerrados, a menudo por encima de las manchas solares, la corona del Sol puede expulsar repentinamente y de manera violenta burbujas de gas, las llamadas eyecciones de masa coronal, CME por sus siglas en inglés.

Partículas solares que golpean la Tierra

Así, una eyección de masa coronal puede expulsar millones de toneladas de material al espacio a miles de kilómetros por hora formando una explosión espectacular que puede golpear cualquier cosa que se encuentre en su camino. Cuando las partículas cargadas de una eyección de masa coronal alcanzan áreas cercanas a la Tierra, pueden desencadenar intensas auroras en el cielo. Pero cuando son particularmente fuertes también puede interferir en las infraestructuras energéticas, lo que en el peor de los casos puede causar cortes de electricidad y energía en la zona del planeta en la que impacte.

Además, si una eyección de masa coronal choca con la Tierra, puede provocar una tormenta geomagnética. Las grandes tormentas geomagnéticas, entre otras consecuencias, han causado en ocasiones cortes de energía eléctrica y daños a varios satélites de comunicaciones, ya que las partículas energéticas impulsadas por estas pueden dañar tanto los equipos electrónicos como a los astronautas o los pasajeros de los aviones que vuelan a gran altura.

 

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