El Día Mundial del Párkinson es una iniciativa global que se celebra anualmente el 11 de abril para concienciar sobre la enfermedad de Parkinson y promover una mayor comprensión de esta afección neurodegenerativa. Esta fecha fue elegida en honor al Dr. James Parkinson, quien describió por primera vez la enfermedad en su libroo An Essay on the Shaking Palsy (Un ensayo sobre la parálisis agitante) en 1817.
Algunas personas famosas que han sido diagnosticadas con la enfermedad de Parkinson son el actor Michael J. Fox, el boxeador Muhammad Ali (murió en 2016) o la cantante y compositora Linda Ronstadt.
¿QUÉ ES LA ENFERMEDAD DE PARKINSON?
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo crónico que afecta principalmente al sistema motor. La afección se debe a la pérdida progresiva de neuronas productoras de dopamina en una región del cerebro llamada sustancia negra. La disminución de los niveles de dopamina en el cerebro afecta el control del movimiento y causa los síntomas característicos del párkinson.
La prevalencia de esta enfermedad se estima en 0,3% de la población general y siendo aproximadamente el 1% en mayores de 60 años. La incidencia estimada es de 8 a 18 por 100.000 habitantes.
SÍNTOMAS DEL PÁRKINSON
Temblor en reposo: temblores involuntarios que suelen comenzar en una extremidad, como un dedo o una mano, y que se presentan cuando la extremidad está en reposo.
Rigidez muscular: resistencia al movimiento de los músculos, que puede provocar dolor y limitar la amplitud de movimiento.
Bradicinesia (lentitud de movimiento): dificultad para iniciar y continuar con los movimientos, lo que provoca una disminución general en la actividad física.
Problemas de equilibrio y postura: inestabilidad al estar de pie y propensión a caídas debido a una disminución en los reflejos posturales.
Cambios en la escritura: la letra puede volverse más pequeña y apretada, lo que se conoce como micrografía.
Además de estos síntomas motores, las personas con párkinson también pueden experimentar síntomas no motores, como trastornos del sueño, pérdida del olfato, estreñimiento, problemas cognitivos y cambios en el estado de ánimo.
TRATAMIENTO
No existe una cura definitiva para el párkinson, pero hay tratamientos disponibles para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Estos tratamientos incluyen:
Medicamentos: Los fármacos como la levodopa, los agonistas de la dopamina y los inhibidores de la MAO-B ayudan a aumentar los niveles de dopamina en el cerebro o a imitar su función, lo que puede aliviar los síntomas motores del párkinson.
Terapia física: Ejercicios y terapias de rehabilitación pueden mejorar la fuerza muscular, el equilibrio y la movilidad en personas con párkinson.
Terapia ocupacional: Esta terapia ayuda a las personas con la enfermedad a mantener su independencia en las actividades diarias y a adaptarse a los cambios en su capacidad funcional.
Terapia del habla y del lenguaje: Los terapeutas del habla pueden ayudar a los pacientes a mejorar su capacidad para hablar y tragar, así como a manejar problemas de comunicación relacionados con el párkinson.
Cirugía: En casos seleccionados, la estimulación cerebral profunda (DBS) puede ser una opción. La DBS implica la implantación de electrodos en el cerebro, que se conectan a un dispositivo que envía impulsos eléctricos para ayudar a controlar los síntomas motores.
El tratamiento del párkinson suele ser personalizado y se basa en las necesidades específicas y en la progresión de la enfermedad de cada paciente.