Primeros pasos hacia tratado sobre polución con plástico

Más de 2.000 expertos concluyeron el viernes una semana de negociaciones sobre la contaminación por plástico, en una de las reuniones globales más grandes de la historia para atender lo que incluso los líderes de la industria del plástico reconocen es una crisis.

Fue la primera reunión de una comisión de las Naciones Unidas establecida para redactar lo que se pretende sea un tratado histórico con el fin de poner fin a la contaminación por plástico en todo el mundo.

“El mundo necesita este tratado porque estamos produciendo plásticos por millones”, dijo Jyoti Mathur-Filipp, secretario ejecutivo de la Comisión Intergubernamental de Negociación sobre la contaminación por plásticos en una entrevista con The Associated Press. “Cada año se producen miles de millones de toneladas de plástico y no existe absolutamente ninguna forma de garantizar que este plástico no acabe en el medio ambiente”.

Playas enteras en las que solían ser islas vírgenes están ahora llenas de montículos de basura. En muchos sitios, si se examina un puñado de arena al azar, pueden hallarse fragmentos de plástico.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sostuvo una reunión en Punta del Este, Uruguay, de lunes a viernes.

Delegados de más de 150 países, representantes de la industria del plástico, ambientalistas, científicos, recolectores de basura, líderes tribales y otros afectados por la contaminación asistieron en persona o en forma virtual. Los recolectores de basura desean que se reconozca su trabajo y tener una transición justa a empleos saludables, sostenibles y remunerados adecuadamente.

Incluso en esta primera reunión, de las cinco programadas para los próximos dos años, fue posible ver que hay facciones. Algunos países propugnaron por que haya mandatos globales instituidos al más alto nivel, otros por que se implementen soluciones a nivel nacional y algunos más estuvieron a favor de ambas. Si se llega a alcanzar un acuerdo, sería el primer tratado global legalmente vinculante para combatir la contaminación por plástico.

Al frente del punto de vista de la industria se encontraba el Consejo Estadounidense de Química, un organismo comercial que agrupa a compañías químicas. Joshua Baca, vicepresidente de la división de plásticos, dijo que las compañías desean trabajar con los gobiernos en el asunto porque también se sienten frustradas por el problema. Pero indicó que no respaldarán las restricciones a la producción, algo que algunos países han pedido.

“El reto es muy simple. Es trabajar para asegurar que los plásticos usados nunca lleguen al medio ambiente”, señaló Baca. “Un enfoque de arriba abajo que ponga un tope o prohíba la producción no hace nada para atender los retos que enfrentamos desde una perspectiva de manejo de desperdicios”.

Estados Unidos, uno de los países que más plástico producen, está de acuerdo en que los planes a nivel nacional le permiten a los gobiernos priorizar las fuentes más importantes y tipos de contaminación por plástico.

La mayor parte del plástico es fabricado a partir de combustibles fósiles. Otros países que producen plásticos y petróleo y gas también pidieron poner la responsabilidad sobre naciones individuales. El delegado de China dijo que sería difícil controlar eficazmente la contaminación global por plástico con un enfoque universal, o incluso con varios.

El delegado de Arabia Saudí también dijo que cada país debería determinar su propio plan de acción, sin que haya una estandarización ni armonización entre ellos. El plástico desempeña un papel crucial en el desarrollo sostenible, agregó, por lo que el tratado debería reconocer la importancia de continuar con la producción de plástico y a la vez hacer frente a la causa fundamental de la contaminación, que él considera es un mal manejo de los desechos.

Algunos se refirieron a estos países como el grupo de “baja ambición”.

Andrés del Castillo, abogado sénior del Centro de Derecho Ambiental Internacional, dijo que si bien los planes nacionales son importantes, no deberían ser la columna vertebral del tratado porque ese es el sistema que ya tiene el mundo.

“No vemos el sentido de reunirnos cinco veces con expertos de todo el mundo para discutir acciones voluntarias”, dijo tras participar en las discusiones del jueves.

El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, se sumó con un tuit: “Los plásticos son combustibles fósiles en otra forma y suponen una grave amenaza para los derechos humanos, el clima y la biodiversidad”.

La autodenominada coalición de países de “alta ambición” quiere poner fin a la contaminación por plásticos para 2040, mediante un instrumento internacional ambicioso y eficaz jurídicamente vinculante. El grupo es liderado por Noruega y Ruanda.

El delegado de Noruega en la reunión dijo que hay que frenar la producción y el uso de plásticos, y que la primera prioridad debe ser identificar qué productos de plástico, polímeros y aditivos químicos aportarían el beneficio más rápido si se eliminaran.

Los países africanos, Suiza, Costa Rica, Ecuador y Perú, entre otros, pidieron también un enfoque global, argumentando que los planes nacionales voluntarios y fragmentados no podrán hacer frente a la magnitud de la contaminación por plástico. Los pequeños países insulares que dependen de los océanos para su alimentación y sustento hablaron de estar abrumados por los residuos plásticos que llegan a sus costas. Los países en desarrollo afirmaron que necesitan ayuda financiera para combatir la contaminación por plástico.

Australia, el Reino Unido y Brasil afirmaron que las obligaciones internacionales deben complementar la acción nacional.

Tadesse Amera, científico medioambiental, dijo que el tratado debería abordar no sólo los residuos, sino también los problemas de salud ambiental que plantean las sustancias químicas de los plásticos cuando los productos se utilizan, se reciclan, se desechan o se queman como residuos. Amera es el director de Pesticide Action Nexus Association Etiopía y copresidente de la Red Internacional de Eliminación de Contaminantes.

“No es una cuestión de gestión de residuos”, dijo. “Es un problema químico y de salud, de salud humana y también de biodiversidad”.

Personas de comunidades afectadas por la industria acudieron a la reunión para asegurarse de que sus voces se oyeran en las conversaciones sobre el tratado. Entre ellos, Frankie Orona, director ejecutivo de la Sociedad de Naciones Nativas de Texas.

Orona dijo que las conversaciones parecen centradas, hasta ahora, en la reducción del plástico, cuando los gobiernos deberían apuntar más alto.

“Tenemos que liberarnos completamente de los plásticos”, sentenció.

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