Todos los días 29, como este domingo de enero, son los días que la tradición asigna para comer ñoquis, esta pasta tan difundida en la Argentina. Pero, ¿de dónde proviene esta costumbre y por qué se eligió ese día para celebrarla?
Si bien, en general, se trata de un plato que se disfruta mucho más en el otoño y en el invierno, lo cierto es que todos los 29, más allá de la época del año en el que se esté, cientos de familias sirven platos de ñoquis sobre la mesa. A pesar de que una es mucho más difundida que la otra, hay dos versiones que explican el por qué de esto.
Noquis: tres recetas coloridas y con mucho sabor
La primera de ellas remite a un santo y a la actitud de una familia hacia él. La historia se remonta al siglo VIII en la región de Véneto, en el noreste de Italia, donde el joven San Pantaleón, mártir cristiano nacido a finales del siglo III, predicaba y curaba enfermos.
Un 29 de julio una familia de pescadores lo invitó a comer y le sirvió ñoquis, un plato tradicional del país europeo, donde se pronuncia de la misma forma pero se escribe Gnocchi. En agradecimiento por la invitación y el agasajo, Pantaleón les auguró que, en los próximos meses, mejoraría la actividad de la pesca, pese a que hasta el momento era un pésimo año en ese aspecto. Según cuenta la leyenda, cuando levantaron el plato en el que el peregrino había comido se encontraron con algunas monedas de oro.
El ñoqui es una de las pastas predilectas de los argentinos, que por tradición preparan este plato los 29 de cada mes (Pixabay/)
Este relato es el más conocido, aunque la otra versión también tiene cierto nivel de difusión. En este caso, lo que explica la tradición no es una historia, sino la cuestión socioeconómica del país. Ocurre que además de ser sabroso, el ñoqui es un plato barato de realizar, y no faltan quienes consideran que la costumbre de comerlos el 29 de cada mes responde al hecho de que los inmigrantes italianos con menos recursos optaban por cocinar esta pasta alrededor de esta fecha porque, al ser fin de mes, necesitaban hacer rendir sus menguados ingresos.
Además, de un modo similar a lo que supuestamente ocurrió con Pantaleón, esta segunda teoría sostiene que aquellos inmigrantes de los sectores más acomodados invitaban a comer a sus compatriotas de bajos recursos y les dejaban algo de dinero debajo el plato como una forma de ayudarlos. Con el tiempo, afirman, esto se extendió al resto de la población hasta que se estableció el 29 de cada mes como un día fijo del calendario para hacer esto.
Cabe resaltar que esta tradición no sucede solo en la Argentina, sino que también tiene injerencia en países como Uruguay y Paraguay, que también recibieron una fuerte inmigración italiana durante las primeras décadas del siglo XX.
Sea cual sea el origen de esta costumbre, tanto una versión como la otra consideran que esta tradición, que ha logrado resistir el paso de los años, tiene acento italiano más allá de la fidelidad que logró alcanzar entre los argentinos a lo ancho y largo del país.