Qué dramática la vida del jubilado del PAMI: no consigue turnos médicos, no le entregan prótesis ni medicamentos, las prácticas de urgencia se las programan –con suerte– a partir del segundo semestre de 2023 y las ambulancias que le envía la obra social parecen manejadas por discípulos del general Ernesto Alais, el militar supuestamente “leal” al que Alfonsín le encomendó reprimir la rebelión carapintada de Aldo Rico, pero que nunca llegó a destino.
Con igual pereza, el PAMI distribuye ahora el cotillón que compró por 14 millones de pesos para que sus afiliados disfruten del Mundial calzándose sombreros arlequines, pintándose la cara con maquillaje albiceleste y soplando vuvuzelas con toda la fuerza que les permita la capacidad de sus pulmones.
No vamos a gastar muchas líneas de esta breve columna, querido lector, para contarle que ese gasto exorbitante fue decidido en un trámite abreviadísimo para que ganara una empresa sin antecedentes que se presentó sola a concurso, cuya constitución tuvo lugar poquito antes del Mundial y con un capital inicial de 100.000 pesos. Eso es un detalle que seguramente usted ya conoce porque lo estuvieron difundiendo ponzoñosamente los medios hegemónicos que desprecian el esfuerzo del Gobierno por hacer felices a los afiliados de tan digna obra social.
Hoy nos preocupa más la angustia de nuestros mayores porque, según el arreglo que hizo el PAMI, el 50% del cotillón les va a llegar a los jubilados pasado mañana –para entonces la Argentina ya habrá jugado cuatro partidos– y el otro 50% lo van a recibir el 20 de este mes, es decir, dos días después de que el Mundial haya terminado. No hay derecho, salvo que las mentes brillantes de la dirigencia que vive colgada de la ubre del Estado haya programado todo para que sea usado recién en la fecha patria del 25 de Mayo.
Tampoco vamos a gastar tinta -o golpes de teclado- para decirle que la cantidad de productos de esa innecesaria compra estatal no alcanza para el solaz y la alegría de los 4,6 millones de jubilados de todo el país, sino para un puchito de gente de vaya a saber qué distrito.
Por esa gran idea denunciaron penalmente a Luana Volnovich, la mandamás del PAMI. Seguro que la conoce: es la misma que se fue a una isla del Caribe con su novio funcionario a pesar de que el profe Alberto recomendaba veranear dentro del país.
Habrá que ver qué dice la Justicia, porque la política, seguramente la perdonará. Y probablemente también la premie como acaba de hacerlo con Ginés González García, a quien homenajearon en Casa de Gobierno por su trayectoria. ¿Qué Ginés minimizó el Covid y niega el vacunatorio vip? Otro detalle, querido amigo. Estamos llenos… de detalles.