Solo queda un puñado de verdaderos pescadores con caballos en el mundo, manteniendo viva la rara tradición flamenca. Emplean caballos de tiro belgas grandes y tranquilos, y en la marea baja buscan camarones. Hoy en día se han convertido en una importante atracción turística, atrayendo a grandes multitudes cada vez que salen a pescar, sin embargo, del mismo modo que las huellas de los cascos de sus caballos en la playa, su tradición y modo de vida está a punto de marcharse para siempre con las olas.
Fotografía de la serie ganadora en la categoría: Cultures del certamen Travel Photographer of the Year 2022