PANAMÁ (AP) — Una pequeña rana de piel semitransparente centroamericana, una tortuga de agua dulce sudamericana y los tiburones que son capturados para vender sus aletas y carne recibirán protección contra su comercialización en los acuerdos alcanzados en la cumbre mundial sobre el comercio internacional de fauna y flora silvestre que concluyó el viernes en la capital de Panamá.
En las dos semanas que ha durado la 19na edición de la cumbre se aprobaron medidas de protección para más de 500 especies de animales y plantas que están en riesgo debido al comercio internacional.
Se acordó controlar la venta y compra de todas las especies de ranas de cristal que tienen piel semitransparente y dejan a la vista su esqueleto, sus intestinos y el corazón latiente. También se apoyó dar amparo a tortugas matamata, de cuello largo y cabeza grande, aplanada y triangular, propias de hábitats de agua dulce.
Ambas especies son buscadas en el creciente comercio de mascotas exóticas en mercados de Europa, Estados Unidos y China.
Las ranas de cristal y las tortugas matamata entraron, al igual que los tiburones réquiem, martillo y guitarra, a una lista que implica que, por primera vez, el comercio internacional de esos animales tendrá que realizarse bajo controles que garanticen la sostenibilidad de las especies. Los países deberán fijar cuotas de exportación de esas especies, entre otras reglamentaciones.
Extractos de un análisis de los registros de importación de Estados Unidos, citado por Fondo Internacional para el Bienestar Animal (IFAW) en un comunicado, muestran que entre 2016 y 2021 las importaciones de ranas de cristal aumentaron exponencialmente, pasando de 13 ejemplares vivos en 2016 a 5.744 individuos en 2021.
Joaquín de la Torre, director regional de IFAW para Latinoamérica y el Caribe, elogió la decisión de proteger a las ranas que ya venían lidiando con la presión ecológica por la pérdida de su hábitat, por el cambio climático y por enfermedades. Son “sumamente codiciadas y populares”.
“Desde hace tres años estábamos esperando esto, son especies muy carismáticas”, valoró De la Torre. Según explicó, el personaje ficticio infantil de la rana René es una especie de cristal.
Igual protección tendrán los tiburones réquiem, especialmente perseguidos para el consumo de su aleta con la que se hace la sopa de aletas de tiburón, considerada un manjar en Asia.
La decisión a favor de esta especie se votó y celebró hace una semana. “Esto será recordado como el día en que cambiamos el rumbo para evitar la extinción de los tiburones y rayas del mundo”, dijo Luke Warwick, director del Programa de Tiburones y Rayas de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre.
El comercio de aletas, explicó, queda ahora bajo vigilancia internacional por parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.
En un comunicado difundido durante la clausura, la CITES concluyó que se adoptaron 46 propuestas de las 52 presentadas. “Especies como tiburones, lagartijas, tortugas, peces, aves, ranas y más de un centenar de especies de árboles están ahora bajo las normas CITES, diseñadas para garantizar la sostenibilidad de estas especies en la naturaleza, al tiempo que permite su comercio internacional y también contribuyendo a la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad global”, aseguró la secretaria general de la CITES, Ivonne Higüero, al cierre de la cumbre.
El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) elogió las protecciones acordadas para los tiburones, rayas y otras especies; sin embargo, consideró como “otra oportunidad perdida” el ritmo “extremadamente lento” al que se están llevando a cabo los esfuerzos para proteger de la caza furtiva y el comercio ilegal a los tigres, los felinos más grandes del mundo.
“Este año, el año lunar del tigre, esperábamos que la amenaza del comercio que enfrenta el felino más grande del mundo recibiera mayor atención en la CITES. Aunque no retrocedimos en Panamá, se necesitan acciones urgentes y específicas para mejorar la implementación de las leyes y reducir la demanda que aborden el problema a la escala de esta amenaza”, comentó Heather Sohl, líder de Comercio de Tigres de WWF.
“Más de un millón de especies están en peligro de extinción si no cambiamos la forma en que tratamos la vida silvestre”, sentenció Matthew Collis, vicepresidente adjunto de conservación del IFAW. “Los gobiernos en la CITES han demostrado que están empezando a comprender la magnitud del desafío”, recalcó.