La elección de un destino para viajar e ir de vacaciones o bien hacer una escapada es a veces fuente de conflicto porque a unos puede gustarles el mar y la playa y a otros la montaña. Una disyuntiva que se soluciona con lugares que combinan ambas preferencias. Las opciones son diversas, pero en esta ocasión nos vamos a centrar en el País Vasco Francés. Es ideal tanto para el verano como para el otoño-invierno. Y, ¿qué se puede hacer en esta época del año? Aquí te hacemos algunas propuestas para disfrutar de esta tierra.
Qué hacer
Además de recorrer la zona turística, varias son las opciones que se tienen para disfrutar de este destino. Uno de ellos es acudir a Anglet, conocida como la “pequeña California” por sus playas y, sobre todo, por sus olas. En su puerto, puede verse L’Hermione, una de las mayores reconstrucciones navales del mundo.
Esta fragata, del siglo XVIII, tiene más de 66 metros de eslora, 22 cañones y 400.000 piezas de madera diferentes, lo que permite conocer a fondo los entresijos y característicos de esta embarcación y la historia naviera.
Si por el contrario, se prefiere la montaña, una buena opción es el Valle de los Aldules, aunque aquí es importante fijarse en qué fecha se viaja para que esté abierto a los visitantes. Además, se organizan diferentes actividades como la mayor feria agrícola del País Vasco francés en la que hay más de 1.000 especies animales, aparte de disfrutar de de los productos de agricultores y comerciantes. También hay danzas y otros actos para amenizar esta feria, que suele celebrarse del 13 al 16 de octubre.
La cultura popular y más underground es otra opción para recorrer esta zona. En este caso, hay que hacer parada en Baiona porque ahí se encuentra una ruta de murales con más de 80 grafitis de artistas de todo el mundo en el barrio de Saint-Espirit. Es una colección que crece porque es habitual que cada año se incorpore otro mural.
Asimismo, cada año se celebra el Festival Puntos de Vista con los mejores artistas internacionales que llegan a este enclave del País Vasco francés para dejar su arte y firma. Aparte, se organizan talleres, encuentros y visitas guiadas por toda la ciudad.
El deporte es otra forma de recorrer esta zona. Por ejemplo, en Biarritz, se puede conocer todo lo relacionado con la pelota vasca de la mano de los últimos artesanos. Los frontones también mantienen su actividad durante todo el año, acogiendo diferentes ferias en verano y también eventos en invierno como el Campeonato Mundial de Pelota Vasca en el que se reúnen 400 atletas de 30 países diferentes.
El conocimiento sobre pelota vasca asimismo se aprende en Bidart, que acoge torneos de pelota vasca, aparte de haber también artesanos en este sector que transmiten su saber de la mano de Ona Pilota y los hermanos Tambourindeguy, campeones de cesta punta que, ahora, son artesanos de chistera y pelotas.
El turismo de compras también es posible en el País Vasco francés. Es una zona en la que se organizan numerosos mercadillos en los que se pueden encontrar un gran abanico de artículos vintage. Normalmente, se celebran durante los fines de semana en diferentes plazas. Son un buen entretenimiento o para encontrar artículos especiales de segunda mano como ropa, así como muebles restaurados, libros antiguos y muchos objetos de decoración. Entre los mejores mercadillos, destacan por ejemplo los que tienen lugar en Ahetzce, Anglet, Baiona, Biarritz, Bidart, Ziburu y Cambo-les-Bains.
Y, finalmente, no hay que olvidarse de la gastronomía. Aunque es muy rica, destaca un producto: el pastel vasco con o sin cerezas. En torno a él se organizan numerosas citas culinarias como las de Cambo-les-Bains. No es la única. También Biarritz y Baiona organizan eventos gastronómicos en torno a otros productos como la cerveza y el chocolate, respectivamente.