Una instalación de investigación nuclear en la ciudad de Járkov, en el noreste de Ucrania, ha sufrido daños graves causados por bombardeos, aunque no hay indicios de que se haya producido fugas radiactivas o desviación de material nuclear.
Así lo informó este viernes el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) al resumir en un comunicado el resultado de una misión de sus expertos que se trasladó al lugar para verificar, el miércoles y jueves pasados, la situación actual.
La misión al Instituto de Tecnología de Járkov (KIPT), la primera del OIEA a este centro de investigación desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania hace más de ocho meses, “también visitó la instalación de gestión de residuos radiactivos RADON en la misma ciudad, que hasta ahora permanece intacta”, señaló el OIEA.
En el KIPT, los expertos han comprobado que la instalación “ha sufrido graves daños a causa de los bombardeos durante el actual conflicto militar en el país, pero sin ningún indicio de liberación radiológica o desviación de material nuclear declarado”, afirma en la nota el director general del organismo, Rafael Grossi.
“Aunque los niveles de radiación eran normales, la magnitud de los daños en esta instalación de investigación nuclear es dramática e impactante, incluso peor de lo esperado”, añade.
Los principales bombardeos que afectaron al KIPT se produjeron el 6 de marzo y el 25 de junio, pero la agencia nuclear de la ONU esperó a que se diera una situación segura para sus expertos.
Ya durante las tres primeras semanas del conflicto, la instalación sufrió un centenar de ataques con misiles y bombas, según informaron fuentes del KIPT al OIEA.
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El equipo del organismo internacional con sede en Viena observó ahora que “casi todos los edificios del emplazamiento quedaron afectados, muchos de ellos probablemente de forma irreparable”.
“Muchos edificios e instalaciones del emplazamiento siguen sin calefacción ni electricidad, y la mayoría de las ventanas están rotas. El personal está trabajando para cubrir las ventanas y restablecer la calefacción y la electricidad antes del invierno”, resalta Grossi.
Añade que, por otra parte, los especialistas pudieron verificar el inventario de material nuclear en la instalación y comprobaron que “no se habían producido cambios desde el año pasado”.
En cuanto al el reactor de investigación de fuentes de neutrones, constataron que los “graves daños” sufridos afectan al edificio que lo alberga, pero no al interior del mismo.
Comprobaron asimismo que no hubo cambios en el diseño de la instalación, “aunque no pudieron acceder al material nuclear para su verificación debido a la falta de energía”, precisa el director general del OIEA.