Una de las patologías más típicas del otoño y el invierno son los resfriados comunes, también llamados catarros.
Se trata de infecciones víricas que afectan al tracto respiratorio superior, es decir, a la nariz y la garganta. Son muchos los virus que las producen y, por lo general, son afecciones leves que todos padeceremos entre 2 o 3 veces al año.
Es en esta época cuando son más comunes, ya que aumenta la humedad del ambiente y se producen cambios de temperatura repentinos:
Mañanas frías y tardes caldeadas. Calor en las casas y frío en la calle…
Síntomas y duración de los resfriados
Los síntomas son de sobra conocidos:
CongestiónDolor de gargantaEstornudosMocos…
Y su duración está entorno a 1 o 2 semanas.
Claro que como seguimos en tiempos de pandemia, y estamos todos con algo de temor por la llegada de una nueva olas de COVID, puede ocurrir que la aparición de estos síntomas catarrales nos provoque quebraderos de cabeza al confundir esta patología con la COVID-19.
Por eso cualquier tos en un sitio público sigue siendo algo alarmante y hace que todo el mundo nos mire.
Y por eso una de las reacciones al resfriado o catarro de toda la vida es acabar haciéndose un test rápido para estar seguros de que el problema no va mas allá.
Ocho pautas para intentar esquivar a los virus
Y como andamos en esa disyuntiva, por mucho que la sombra del coronavirus ya no nos asuste, los otorrinolaringólogos nos dan ocho pautas para intentar esquivar a los virus que provocan el resfriado común.
La primera de ellas es ya un gesto más que habitual desde hace casi 2 años: el lavado de manos. Si puede ser con agua y jabón mejor. Porque este gesto no sólo previene un contagio por coronavirus, sino que evita más de 200 patologías que pueden contagiarse a través de las manos, como la gripe A, la neumonía, la bronquiolitis, tosferina o el resfriado común. Es importante utilizar siempre pañuelos desechables para tapar la boca al estornudar. De esta manera, impediremos diseminar los gérmenes. Evitar tocarse la cara en la medida de lo posible, ya que tanto la nariz como la boca son las entradas perfectas de los virus en nuestro organismo.Huir de los espacios cerrados, donde la posibilidad de contagio es mayor, también de catarro, gripe… Lo mejor es reunirse al aire libre si la temperatura lo permite, y en lugares bien ventilados. Pero siempre bien protegidos del frio, para que o sea peor el remedio que la enfermedad.Un refuerzo natural de vitamina D no está de más. Siempre que sea posible es conveniente exponerse al sol para recargarse de vitamina D. Pero como en otoño e invierno los días son más cortos, se puede buscar esta vitamina en alimentos como los pescados azules, los champiñones o el queso.Reducir los niveles de estrés también contribuye a protegernos de este tipo de infecciones víricas leves. A más tensión y estrés, más bajas están las defensas y más debilitado el sistema inmunológico. Así que hay que dormir lo suficiente y realizar ejercicio físico para controlar el estrés.Muy importante no automedicarse, en concreto, evitar tomar antibióticos sin prescripción médica. No sirven para combatir las infecciones víricas y su uso indebido provoca que el organismo se haga resistente a su acción.Por último, hay que evitar el alcohol y el tabaco porque debilitan el sistema inmune. Además, fumar puede agravar los síntomas del resfriado común.
Seguir estas pautas puede evitar el contagio del resfriado, aunque debemos saber que no nos vamos a librar. Porque es difícil en estas fechas no coger una de estas infecciones, tal y como reconoce la Sociedad Española de Otorrinolaringología.
En caso de que finalmente padezcamos un resfriado común, los otorrinolaringólogos nos recuerdan que no existe ni vacuna efectiva, ni tratamiento que elimine el virus que lo provoca. Sólo podremos recurrir a los analgésicos para aliviar los síntomas.