“No acabáis la Comisión el jueves”. El aviso de la oposición que puede obstruir la ley de vivienda

Ferrán Bel, diputado del PDeCAT, un tipo tranquilo, empezó el martes enfadado y convocó una rueda de prensa en el Congreso antes de las 10.00 horas para protestar por cómo el Gobierno estaba tratando a la oposición en el trámite de la nueva ley de vivienda.

Estaba enfadado porque terminó el viernes pasado sin que nadie del Gobierno o del PSOE le enviara correo o mensaje sobre el acuerdo alcanzado con ERC y EH Bildu (apoyado por Unidas Podemos).

Enfadado porque el lunes por la mañana le convocaron a la ponencia de la Comisión de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana llamada a ratificar las novedades pactadas, este mismo martes.

Y enfadado porque, el lunes por la tarde, sin apenas tiempo para analizarlas con detenimiento, recibió una lista con las más de 40 enmiendas transaccionales que el grupo socialista ofrecía incluir en el texto del proyecto legislativo.

Por todo esto, en la rueda de prensa, dijo: “En una ley que ha estado parada durante meses el Gobierno va a pisar el acelerador para tramitarla en unos días por una cuestión electoral”. Y añadió en modo advertencia: “Si las cosas no las hacemos bien, las leyes saldrán mal”.

El diputado del PDeCAT citó los efectos de la ley del ‘sólo sí es sí’ y mencionó errores lógicos de los letrados de la Cámara, a los que la urgencia legislativa no les gusta absolutamente nada. No es lo mismo ensamblar en un día 80 enmiendas en un informe que ensamblarlas en una semana.

Más rapidez a los letrados

El enfado de Ferrán Bel no terminó cuando terminó la rueda de prensa. El diputado catalán se fue a la sala del Congreso que albergaba la ponencia que habría de estudiar ¡en una hora! la ley de vivienda y su enfado creció y creció.

Cuatro fuentes parlamentarias consultadas por EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, del grupo Prensa Ibérica, cuentan que grupos como el PP, PNV, Cs o el PDeCAT han protestado este martes por cómo se han gestionado las enmiendas transaccionales. Sus representantes en la ponencia se han quejado por ver las siglas de sus formaciones en dichas propuestas cuando nadie del PSOE las había hablado con ellos/as previamente. El representante socialista ha explicado que las siglas aparecían en los encabezamientos porque lo que han hecho ha sido unir retazos de las enmiendas que habían presentado por separado.

Esa forma de proceder no es habitual. Los grupos afectados así lo han transmitido. Además, han solicitado que se retiraran las nomenclaturas y que quedaran solo las de los partidos a favor, que han sido PSOE, Unidas Podemos, ERC y EH Bildu. Gracias a la pinza formada por los cuatro, las transaccionales han sido aprobadas. El ardid con el que el grupo socialista ha intentado atraer a más grupos ha salido mal.

La sesión de la ponencia efectivamente duró una hora, algo más de una hora, para ser preciso. Se celebró acto seguido la reunión de los cinco miembros de la Mesa y de los portavoces de la Comisión de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, que es la que habrá de enviar el dictamen de la ley de vivienda al pleno del Congreso. Esta reunión, de una hora también, fue aún más tensa, según las versiones de las cuatro fuentes, completamente coincidentes.

El enfado comenzó a hacerse palmario cuando el presidente de esta Comisión, el socialista Ignacio López Cano, propuso acortar el plazo de entrega del informe de la ponencia.

Aquí volvemos al trabajo de los letrados. Una vez terminada la votación del informe, tienen que incluir las novedades en el texto original, sea el proyecto del Gobierno o la proposición de un grupo. No sólo hacen un “copia y pega”. Tienen que dar forma, una redacción inteligible, y además, escrutar el documento en busca de contradicciones legislativas, incoherencias o errores ortográficos o gramaticales. No es tarea como para tomarse a la ligera. Abreviarla puede ser contraproducente.

Para ello, disponen de dos días como poco. Dado que el informe de la ley de vivienda tiene que estar listo en 24 horas, la Mesa de la Comisión ha de dar el visto bueno a la salvedad, y esto es justo lo que llevó a cabo. “Hemos respetado el procedimiento”, sostienen fuentes socialistas.

Eternizar el trámite del jueves

El malestar no amainó. Aumentó cuando López Cano sugirió a los grupos que no pidieran votaciones por separado de las enmiendas que decidieran mantener vivas para la Comisión. Y añadió que si optaban por votar alguna así, se comunicara a la Mesa lo antes posible. Las fuentes socialistas encajan la idea en el intento de hacer menos problemático el procedimiento.

Pero, a criterio de las fuentes consultadas, era tan evidente el apremio del PSOE que la tensión se hizo ineludible. Algunos de los presentes, puntualiza un diputado consultado, alegaron que lo que estaba planteando el presidente de la Comisión no podía hacerse: los grupos pueden solicitar votaciones por separado hasta justo antes de que empiece la votación.

Las prisas, por ser tan obvias, airaron a Bel. Expuso que las cortapisas a la labor de los grupos, precisamente por la necesidad de tramitar a toda velocidad la ley de vivienda, atentaban contra el proceder parlamentario. Comentó, según la versión de las fuentes, que él desde luego no iba a descartar la petición de votaciones separadas de enmiendas aisladas hasta el límite del plazo, que es justo antes de que empiece la votación.

Su trabajo, añadió, consiste en analizar todas aquellas enmiendas que pueden suscitar transacción. Por tanto, se reservaba la solicitud de votaciones así hasta el mismo jueves por la tarde. Y añadió, dirigiéndose a los representantes del PSOE, que si algo así lo planteaban más grupos, “no acabáis la Comisión el jueves”.

Representantes de otras formaciones se expresaron en términos similares. Acabada la reunión, hablaron incluso sobre esa posibilidad, la de pedir votaciones separadas y, así, expresar su protesta por el “rodillo” que está imponiendo el Gobierno. Sopesan también, como opción, acogerse al artículo 114 del reglamento del Congreso, que permite el debate del informe de la ponencia artículo por artículo.

La protesta, sea la que sea, ni mucho menos truncaría los plazos que se ha marcado el Ejecutivo con la ley de vivienda. Su tope es la aprobación por el pleno del Congreso el 27 de abril. Sí es cierto que el encadenamiento de numerosas votaciones separadas eternizaría la Comisión. Al letrado, sin duda, le generaría un engorro importante, ya que también se encarga de ordenar y enumerar las votaciones. A la norma se han presentado más de 800 enmiendas.

Indican las fuentes que se produjo otra anomalía este miércoles. Estaban hablando los portavoces tras fijar el jueves como día clave cuando recibieron en sus móviles, por SMS, la notificación de la convocatoria de la Comisión. El mensaje, por regla general, se envía después de las reuniones. Bel, quien tenía que acudir a otra sala en ese momento, en concreto a la de la comisión de investigación de la “Operación Cataluña”, avisa que se marcha entre gestos de desaprobación por todo lo que estaba sucediendo.

No todos los encontronazos irrumpieron a raíz de discrepancias procedimentales. El presidente de la Comisión reprochó a los grupos su malestar por los tiempos y sus pegas. “No entendéis el problema social que ha generado la vivienda”, proclamó, según la versión de las fuentes.

El comentario enconó los ánimos porque la norma entró en el Congreso en febrero de 2022, se desatascó en abril del año pasado y accedió a la fase de ponencia en enero. Tramitarla en nueve días para que sea aprobada por las Cortes antes de las elecciones del 28 de mayo es un acelerón que gran parte de la oposición, al menos la que no participa en el acuerdo, no termina de asumir.

 

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