Mundial Qatar 2022: Josko Gvardiol, la historia del defensor de Croacia que tendrá el enorme desafío de anular a Neymar

Nació en Zagreb, tiene 20 años, mide 1,85 y mete miedo: juega con una máscara, es corpulento, vuela por los aires y tiene la convicción de un guerrero. Es la revelación del Mundial: para los especialistas, es el mejor zaguero del torneo. Aprende al lado de Dejan Lovren, un gladiador, en la avejentada y jovial Croacia, instalada en los cuartos de final de Qatar. Este viernes se cita con Brasil, el gigante, con una idea: que el ruido sea mundial. En esa búsqueda está Josko Gvardiol, un pibe entre veteranos. El documento más cercano es el de Dominik Livakovic, el héroe del arco, que tiene 27.

El joven maravilla escucha y aprende. Grandote, con barba y movimientos cansinos. A la distancia, parece de 10 años más. Sobre todo, por cómo juega. Se destaca en Leipzig, brilla en Qatar. Lo quieren todos: Chelsea, Real Madrid, los dos Manchester, Inter y Barcelona. ¿No será demasiado? Marjan Sisic, su representante, pisa el freno. “Con respecto a una posible transferencia en el verano de 2023, no tenemos prisa y puedo dejar claro que no hay acuerdos previos con ningún club. Por supuesto, muchos clubes importantes se han informado sobre él, pero Josko tiene un contrato a largo plazo en Leipzig y se siente totalmente feliz. Su desarrollo es asombroso y está jugando muy bien con Marco Rose”, reflexiona, acerca de su obra y del entrenador alemán. Se habla de una cifra descomunal: 90 millones de euros.

Josko Gvardiol lucha por la pelota con Daichi Kamada (OZAN KOSE/)

Mateo Kovacic elogió la actuación de uno de los jugadores sensación del torneo. “Es fenomenal, tiene tan solo 20 años y es un jugador fantástico. Puede jugar al más alto nivel y no tenemos dudas de solo seguirá mejorando y mejorando”, expresó con énfasis el mediocampista de Chelsea. El defensor suele maravillarse con las figuras del Mundial. Las de su propio equipo, también. “Espero que este no sea el último Mundial de Luka [Modric], pero también espero que este sea el año en el que podamos aprovecharlo para hacer algo grande. Cuando llegas a la selección y ves contigo un centro del campo donde juegan Modric, Brozovic y Kovacic, todo es más fácil”, aseguró Gvardiol.

Gvardiol cautivó la atención del público desde el principio de Qatar. Por su templanza, seguridad y… por llevar una máscara en su rostro, que le cubría la nariz y parte de los pómulos. En la Bundesliga, el defensor estuvo a punto de quedarse sin la oportunidad de disputar su primer Mundial con Croacia a raíz de un fuerte choque con su compañero de equipo Willy Orban, el 10 de noviembre pasado, en una accidental situación de juego al golpear sus cabezas. Por este motivo, Gvardiol quedó fuera de órbita y se solicitó una rápida intervención de un médico.

Entre las repercusiones inmediatas después de observar, el entrenador de Leipzig, Marco Rose, le graficó a la prensa la sensación que sintió al ver cómo su defensor cayó desplomado al piso: “Escuché que se rompió la nariz, además, el ojo está bastante hinchado, parece un boxeador después de disputar doce asaltos contra un oponente fuerte”. Luego de los chequeos de rutina, la cuenta de Twitter de Leipzig aseguró que su visión era “limitada” y que no requería una intervención quirúrgica, a tal punto de asegurar su participación en el siguiente partido de la liga ante Werder Bremen.

Este brutal accidente le produjo la fractura de su nariz y un notorio hematoma en su párpado. La única solución posible para que pudiera continuar con sus actividades era utilizando una máscara que le cubre toda la zona lastimada para sostenerla firmemente, bajo el riesgo de tener que afrontar la misma situación de juego contra un atacante rival o el infortunio de disputar nuevamente la pelota con un compañero de su mismo equipo. Y así juega. Así se destaca. De arriba y abajo. No es el único caso enmascarado.

El belga Leandro Trossard intenta superar sin éxito al croata Josko Gvardiol (Luca Bruno/)

Heung-min Son, el crack surcoreano, jugó el Mundial con una máscara facial que le cubrió los principales huesos de la cara y los ojos. El talentoso futbolista de Tottenham Hotspur llevó esa protección para evitar problemas en el contacto con los rivales. En rigor, una lesión en la cavidad ocular durante un partido contra Marsella puso en duda su participación en la Copa del Mundo. Era este “antifaz” protector o nada. Y así jugó.

Gvardiol no necesita una máscara para estar en el centro de la escena. A pesar de su estatura, recibió el apodo de “El pequeño Pep”, debido a la similitud de su apellido con la del técnico de Manchester City, Pep Guardiola. “Es el mejor defensor del mundo”, advirtió Zlatko Dalić, el conductor de Croacia. “Si bien no es el número uno actualmente, será el número uno”.

Aunque extendió recientemente su contrato con Leipzig hasta 2027, su futuro es grandioso. “El Real Madrid es el club más grande del mundo, así que quién sabe, quizá algún día pueda jugar allí. Me gustaría, sí. Luka (Modric) no tiene que decirme nada del Madrid, no hace falta…”, declaró Gvardiol, con una sonrisa. Sin máscara, desde ya.

 

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