Mundial de Qatar, todo un relato femenino

Hubo un tiempo en el que el territorio del fútbol era propiedad masculina. Ninguna voz autorizada que no fuera la de un hombre podía aventurarse en ese espacio cerrado de los medios donde figuras bravuconas, omnipotentes y, supuestamente, especializadas eran dueños y señores. Pero eso cambió en esta última Copa del Mundo. Algo que hacía años venía incubándose en la sociedad, con el notorio mayor interés y participación femenina respecto del universo del fútbol, terminó eclosionando en las transmisiones de los partidos de la selección en Qatar. Los periodistas deportivos varones convivieron con profesionales mujeres que relataron, comentaron e hicieron trabajo desde el campo de juego con distintas perspectivas. Parece un tanto exagerado definir como algo histórico el hecho de que un persona, mujer o varón, participe de una emisión de un partido de fútbol. Si, quizá, atípico e inédito. Pero ¿histórico? Como fuera, para algunos sí. La TV Pública eligió sobreactuar hasta el paroxismo emocional el envío de tres mujeres en su nutrido equipo de cobertura del acontecimiento deportivo. Al punto que el mismísimo presidente, Alberto Fernández, calificó en un tuit a esta presencia femenina casi como una epopeya comparada con el cruce de los Andes.

Cada una con su estilo, Ángela Lerena (frenética y autorreferencial), Lola del Carril (de tono vieja escuela y contenido) y Sofía Martínez (el aporte a la curiosidad y la frescura), en verdad, informaron sobre un evento deportivo que ya se realiza invariablemente desde 1930. O sea, el Mundial y los periodistas no son nada nuevo, pero el prisma y la óptica que intercede entre el acontecimiento y las audiencias futboleras resultó más diverso. Quizá no todo lo disruptivo que ciertos referentes de la TV esperaban, pero digno de destacar. Por fuera de lo artificioso y aparatoso que resultaron algunas participaciones, sobre todo las masculinas, cabe señalar, hay que decir que el fútbol necesitaba las nuevas voces y miradas que, sin duda, recibieron el apoyo de las audiencias a juzgar por el rating que obtuvieron las emisiones. Martínez, que también trabaja en ESPN, fue la revelación entre las mujeres periodistas del Mundial. Justamente el fuerte de Sofía fue consolidar una óptica más sensible, humana y precisa sin intentar fusionarse con la tradición masculina donde coexisten personalidades y voces imborrables que atravesaron a generaciones de futboleros. La periodista, con notable esfuerzo, informó desde el campo de juego cambios o instancias que acontecían en los bancos de los equipos con rapidez y precisión. Aunque su verdadera sensibilidad surgió en las entrevistas con los jugadores después de cada partido.

Las habilidades de un relator de fútbol van más allá de mencionar los nombres de los jugadores que llevan la pelota, comentar algún fallo de un árbitro que ya ocurrió o gritar un gol. Quienes valoran ese trabajo profesional sostienen que el buen relator y comentador pueden anticipar jugadas, posiciones, posibilidades de habilitaciones y, sobre todo, fallos de los referee y jueces de línea. En el “nuevo fútbol”, el profesionalismo de un relator o comentarista aparece más expuesto, dado que puede terminar gritando apasionadamente un gol que no fue, según el VAR. En este sentido, las voces femeninas, dieron cátedra en un formato vivo de TV cada vez más exigente y arriesgado ante el escarnio fácil de las audiencias.

 

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