Mundial de Francia 2023: la paridad le pone pimienta al torneo más esperado

De todos los ingredientes que hacen de Francia 2023 un cóctel explosivo, la cantidad de equipos con aspiraciones ciertas de llegar vivos al 28 de octubre es el más picante. De la conquista de los Springboks en Japón 2019 hasta aquí no ha habido un dominador claro. Las últimas dos temporadas terminaron de delinear un puñado de candidatos que parten con una luz de ventaja sobre otros pretendientes, pero no la suficiente como para descartar al resto.

Por juego, resultados, individualidades y el plus que le otorga la localía, Francia encabeza el lote de los favoritos, donde también hay que incluir a Irlanda, Sudáfrica y Nueva Zelanda. Más por historia que por presente, no se puede descartar a Inglaterra, Australia y Gales. Los Pumas insinuaron una mejoría en 2022 y, todavía con mucho por crecer técnica y mentalmente, pueden ganarle a cualquiera.

Tres veces finalista, Francia busca saldar la cuenta pendiente de ser campeón mundial. Ingresa en 2023 con un invicto de 13 partidos y un grupo de jugadores jóvenes pero con vasta experiencia y vistosos cualidades técnicas. Tendrá a su favor todo el apoyo del público, lo que puede convertirse en un arma de doble filo, como ocurrió en 2007. Otra contra: depende excesivamente de lo que haga su medio scrum Antoine Dupont, el mejor jugador de la actualidad, pero cuando no está se transforma en otro equipo. Además, comparte grupo con los All Blacks, en lo que será un imperdible partido inaugural el 8 de septiembre en el Stade de France y puede marcar el resto de la competencia.

Antoine Dupont alza la copa y celebra con sus compañeros en el Seis Naciones, después de haber derrotado a Inglaterra en el Stade de France, el 19 de marzo de 2022 (Thibault Camus/)

Irlanda es el seleccionado que más aceitado tiene su sistema. A los líderes experimentados se sumó una camada de jóvenes y otra de nacionalizados que lo convirtieron en un equipo muy combativo y efectivo, pero con más variantes en ataque que años anteriores. El desafío es cortar con la tendencia de alcanzar su pico el año antes del Mundial y quebrar por primera vez la barrera de los cuartos de final. Con Sudáfrica y Escocia componen el “grupo de la muerte”.

Sudáfrica es el campeón defensor y el equipo más físico. Aunque no fue del todo consistente en los últimos tres años, conserva la base de 2019 y cuando logra ejecutar su plan de juego basado en el dominio de las formaciones fijas y la defensa se hace prácticamente invencible.

Más allá de las intermitencias, sería un error descartar a Nueva Zelanda. No hay dudas que es el equipo más talentoso. Si logra conjugar esa calidad en juego colectivo, no hay quien los pare.

Caprichos del destino (y de un sorteo realizado tres años antes de la gran cita), los cuatro están repartidos en dos grupos y en cuartos de final chocarán entre sí. Aunque estén medio escalón arriba, no son los únicos aspirantes.

Después de quedarse con la sangre en el ojo en Japón 2019 (donde eliminó a Nueva Zelanda pero cayó ante Sudáfrica en la final), Inglaterra confió en darle continuidad a Eddie Jones. A nueve meses del Mundial, cambió de rumbo y apostó por el head coach de Leicester Tigers Steve Borthwick, subcampeón del mundo en Francia 2007 como jugador. Tiene plantel y tiene la historia como respaldo. ¿Tendrá tiempo suficiente para reencontrar su juego? Primer rival de los Pumas en el Grupo D.

Steve Borthwick, el nuevo coach de Inglaterra tras la salida de Eddie Jones (ADRIAN DENNIS/)

Gales también cambió de mando a fin de año. Afuera Wayne Pivac, que los llevó a la cima del Seis Naciones en 2021, adentro Warren Galtand, quien los metió en semifinales en los Mundiales 2011 y 2019, las únicas dos veces en su historia. ¿Y Escocia? Se afianzó en los últimos años y tiene jugadores talentosos.

Australia osciló entre triunfos resonantes y derrotas bochornosas. La transición pos Michael Cheika nunca terminó de concretarse. Pero es de esos equipos que se reinventa cada cuatro años. No por nada levantó la Copa Webb Ellis dos veces, fue subcampeón otras dos y semifinalista otras tantas.

A los Pumas les queda poco tiempo para corregir muchas cosas, pero tienen a favor ese fervor por la camiseta que los diferencia de otros y les permite, aunque más no sea esporádicamente, ganarles a cualquiera. Francia trae buenos recuerdos.

Muchos postulantes para un solo premio. Mayor atractivo todavía para el que pretende ser el mejor Mundial de la historia.

 

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