Mercedes-Benz EQE SUV: primeras sensaciones al volante

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Mercedes-Benz completa la oferta de todocaminos eléctricos con el lanzamiento del EQE SUV, la variante de guiños crossovers que deriva de la berlina con el mismo nombre. Gana enteros en diseño, adaptándose al gusto de los europeos, al tiempo que mantiene un tamaño compacto que lo sitúa entre un EQA y un EQS. Mide 4,86 metros de largo, 1,94 metros de ancho y 1,68 metros de alto con algo más de 3 metros de batalla, de modo que se podría comparar con un GLE de combustión claramente más enfocada al futuro cero emisiones que demuestra el compromiso y la cartera de lanzamientos de la firma de la estrella.

Este artículo lo empezaré por el final, recordando la cena en la que pude conversar con el ingeniero a cargo del lanzamiento del Mercedes-Benz EQE SUV. Ante la pregunta sobre el tema de la semana,los e-fuels y su viabilidad como alternativa a la electrificación, fue tajante: se tendría que gastar la misma energía para producir esos combustiblesque en recargar los vehículos eléctricos y sus baterías.

Mercedes ha apostado por las arquitecturas cero emisiones, descartando incluso el hidrógeno más allá de los vehículos pesados, de modo que todos sus lanzamientos se producirán sobre plataformas eléctricas a partir de 2025. Arranco mis primeras impresiones del Mercedes-Benz EQE SUV por el final para adelantar que las opciones son pocas, el eléctrico ha llegado para quedarse y no podemos dar marcha atrás. Las marcas no pueden.

Aceptar el futuro de la movilidad nos ayuda a entender los beneficios y avances que supone esta propulsión, al tiempo que pasamos a valorar aspectos que antes podían pasar desapercibidos para los amantes de la conducción. En el caso del EQE SUV el protagonismo del apartado tecnológico es tal que preferirás ir de copiloto que al volante, una posición que también se disfruta por su facilidad, confort y calidad de rodadura.

El EQE SUV llega tras el lanzamiento de todo un portfolio eléctrico de todocaminos. Primero llegó el EQC, más tarde los EQA, EQB y EQS SUV. Las bases de su desarrollo son las mismas, con un claro enfoque minimalista y aerodinámico en su diseño. Este lenguaje, llamado Purpose Design se inspira en la proporcionalidad y eficiencia, claves a la hora de aumentar el rango de autonomía sin perder la esencia de la estrella.

Ejemplo de ello es el patrón Mercedes-Benz Pattern disponible para el panel central completamente ciego al no requerir de una función de refrigeración. Impedir que el aire detenga al EQE SUV ha sido la obsesión de sus diseñadores, que lo han plagado de soluciones que contribuyen a mejorar el flujo de aire. Puedes descubrir todos los detalles de su diseño en este artículo sobre su lanzamiento, en este reportaje nos centraremos en las sensaciones de conducción.

La gama del Mercedes-Benz EQE SUV se estructura en España del siguiente modo. Actualmente, puedes disponer de tres versiones, que arrancan con el modelo de acceso llamado EQE 350+ con un precio de 91.575 euros. Se trata de una opción de tracción trasera y 180 kW (292 CV) y 565 Nm de par máximo que alcanza hasta los 590 kilómetros de autonomía según el consumo medio de 22,0 a 18,5 kWh/100 km homologado.

El siguiente escalón será el EQE 350 4MATIC SUV, con la misma potencia pero con un par de 765 Nm, tracción total y una autonomía de hasta 558 km homologada en ciclo WLTP. El tope de gama, por ahora, es el EQE 500 4MATIC SUV, también con tracción total por sus dos motores que alcanzan los 408 CV y un par máximo de 858 Nm. La autonomía en este caso se cifra alrededor de los 552 kilómetros y tiene un precio de partida de 95.825 euros.

Todos ellos comparten sistema de batería de 90,6 kW de capacidad y 400 V, que podrá cargarse a un máximo de 22 kW en corriente alterna y hasta 170 kW en corriente continua. Más adelante llegarán los modelos Mercedes-AMG EQE 43 4MATIC SUV (476 CV) y el EQE 53 4MATIC+ SUV de 626 CV, par máximo de 950 Nm y hasta 470 km de autonomía. Este último podrá equipar el AMG Dynamic Plus, un paquete que eleva su potencia a los 687 CV y 1.000 Nm de par.

Durante la presentación pudimos conducir un 500 4MATIC de excelente confort de rodadura y un 350+, destacado por su autonomía. En el primer caso, la potencia bruta no es su mejor fuerte, sino su tracción y la increíble salida de curva gracias al par máximo de reacción casi inmediata. Para ello recurren al Torque Shift, una función que garantiza el reparto de potencia entre los motores delanteros y traseros. Además, opcionalmente puedes instalar el eje trasero direccional con 10 grados de giro solidario o contrario en función de la velocidad.

Tampoco podemos pasar por alto la incorporación de la ya conocida suspensión neumática AIRMATIC (opcional), una obra de ingeniería que estudia cada situación para ofrecer un rodar cómodo, estable y eficaz en todo momento. Además, en caso de contar con una unidad 4MATIC podrás activar el modo de conducción OFF ROAD. Su simple accionamiento eleva la carrocería del EQE SUV unos 20 milímetros en el mercado español (por debajo de los 60 km/h) y el ESP tolera cierto deslizamiento. Tras un tramo fuera pista, puedes volver a rebajarla en los programas COMFORT y SPORT, mejorando así su aerodinámica y la paso por curva en un tramo de montaña.

Viajarás con él como si flotaras, en gran parte por la confección de los propios bloques eléctricos, pero también por la presencia de espuma aislante en largueros y travesaños del EQE SUV. Al mismo tiempo, detectar la velocidad a la que circulas será todo un reto y fácilmente sobrepasarás los límites establecidos, elevando así el consumo y reduciendo la autonomía final disponible. Para elevar ese dato final, este último lanzamiento incorpora la bomba de calor de serie para aprovechar la temperatura generada por el sistema de propulsión y no tirar de la energía de la batería.

La cantidad de kilómetros recorridos con el EQE dependerá de la conducción, pero también de la utilización de la frenada regenerativa. En este caso, el conductor puede seleccionar entre tres niveles de retención (D+, D y D-), sin llegar a conseguir una circulación ‘one pedal’ por completo. Es más, si tuviera que sacar un pero de la parte dinámica del EQE sería la de los frenos, que me parecieron demasiado esponjosos y poco eficaces en el primer tramo del recorrido del pedal.

Más allá del confort y la facilidad que sientes al conducir un Mercedes-Benz EQE SUV, me pareció el típico coche en el que preferiría ir como acompañante. El culpable de esta afirmación no es el tren motriz, que me resultó agradable y de notable en todos los aspectos, sino el arsenal tecnológico con el que han dotado las unidades tope de gama de este crossover compacto. Hablo, como no puede ser de otro modo, del MBUX Hyperscreen.

No llega de serie en el EQE, pero sería capaz de pagar los 8.000 euros que cuesta para contar con lastres pantallas que cubren todo el salpicadero. Suman más de 141 centímetros de superficie futurista y merece especial mención la tercera pantalla de 12,3 pulgadas con interfaz propia para el copiloto, que podrá ver series o entretenimiento online. Por cierto, tiene una función inteligente de bloqueo que reconoce si el conductor está mirando el visualizador del acompañante para apagar las pantallas.

Eso sí, sin olvidarnos de otro elemento clave para el disfrute de los pasajeros, como es el sistema de audio trabajado con tecnología Dolby como la que encontramos en muchos cines. Sencillamente espectacular y recomendable a la hora de viajar en familia, un núcleo que disfrutará de un habitáculo de excelente calidad y con espacio suficiente para todos. Incluso para el equipaje gracias a sus 520 litros de capacidad de maletero, ampliables a 580 l con la banqueta en la posición más beneficiosa y 1.675 litros al abatir los respaldos traseros.

En resumen, y por más de 90.000 euros, tienes un vehículo al que cuesta sacarle peros más allá del precio y las exigencias en tiempos de espera que suponen un eléctrico. Una demostración más de que la nueva era de la movilidad poco tiene que ver con las sensaciones de conducción y mucho con el confort de rodadura, la sostenibilidad y la eficiencia. Además de la promesa de sistemas de ayuda a la conducción muy próximos a la circulación autónoma, siendo un coche de nivel 2 que podrá actualizarse inalámbricamente para subir al 3 en cuanto la legislación lo permita.

 

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