TAIPÉI, Taiwán (AP) — Una protesta contra las estrictas políticas chinas para contener el COVID resurgió en Shanghái el domingo por la tarde, incluso después de que la policía expulsara a cientos de manifestantes por la mañana mediante el uso de la fuerza y de gas irritante.
La multitud se puso de pie y usó sus celulares para grabar mientras la policía empezaba a empujar a la gente que se había reunido en la calle y gritaba: ”¡No queremos pruebas de PCR, queremos libertad!”, según un testigo que no quiso ser identificado por temor a represalias.
La gente ha realizado protestas desde el viernes en toda China, donde las manifestaciones callejeras son extremadamente raras. Las manifestaciones de ira y la frustración han estallado tras un incendio mortal en un edificio de apartamentos en Urumqi, la capital de Xinjiang, que la gente cree que fue causado por unas medidas de confinamiento excesivas que retrasaron las tareas de rescate.
Una lista elaborada mediante colaboración colectiva y publicada en redes sociales mostró que hubo manifestaciones en 50 universidades.
Los videos publicados en redes sociales —que decían que fueron grabados en Nanjing, en el este; en Guangzhou, en el sur; y al menos otras cinco ciudades— mostraban a los manifestantes peleando con policías que vestían trajes protectores blancos o desmantelando las barricadas utilizadas para sellar vecindarios. The Associated Press no pudo verificar de forma independiente todas las protestas.
Las imágenes se divulgaron rápidamente en línea. Algunos de los videos más compartidos procedían de Shanghái, que soportó un encierro devastador en la primavera, por el cual las personas pasaron trabajos para conseguir alimentos y medicamentos y fueron forzadas a someterse a una cuarentena.
En medio de la oscuridad de las primeras horas del domingo, los manifestantes gritaban frases como: “Xi Jinping, renuncia; Partido Comunista, renuncia”, “liberen Xinjiang, liberen China”, “no queremos (pruebas) PCR, queremos libertad” y “libertad de prensa”. Ellos estaban parados en una carretera que lleva el nombre de una ciudad en Xinjiang donde al menos 10 personas murieron en un incendio de un edificio de apartamentos.
Un manifestante que coreó con la multitud confirmó que la gente exigía la destitución de Xi Jinping, el presidente de China, palabras que muchos nunca habrían pensado que se dirían en una de las ciudades más grandes del país.
La cuarentena en Urumqi ha estado en vigor por más de tres meses. Muchos afirman que los obstáculos provocados por las medidas contra la pandemia hicieron que los rescatistas tardaran horas en extinguir las llamas del incendio, pero las autoridades negaron las acusaciones, afirmando que no había barricadas en el edificio y que los residentes tenían permitido salir.
Durante la cuarentena en Xinjiang, a algunos residentes de la ciudad les han cerrado sus puertas físicamente con cadenas, incluido uno que habló con The Associated Press y que no quiso ser identificado por temor a represalias.
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El periodista de The Associated Press Dake Kang en Beijing contribuyó para este despacho